Cultura

Los aires flamencos de Diego Villegas

  • El músico sanluqueño lanza su primer trabajo en solitario, 'Bajo de Guía' El saxofonista, armonicista y flautista es habitual acompañante en los espectáculos de primeras figuras

Con Farru, con Belén López, con Remedios Amaya, con Javier Ruibal, con Estrella Morente, con La Tana, con María Juncal, con Rafael de Utrera, con su adorado Jorge Pardo, con Antonio Serrano, con Ginesa Ortega, con El Negri, con Calixto Sánchez... El nombre de Diego Villegas rima con los grandes. Del flamenco, pero también del jazz. De Sanlúcar de Barrameda, de la añada del 87, el multinstrumentista que pellizca el aire no abandona su carrera de acompañamiento, que vive un momento dulcísimo, pero sí da un paso adelante con su primer disco en solitario bajo el brazo, una carta de presentación, y de amor, a sus raíces, a su ciudad. No se podía llamar de otra manera, Bajo de Guía.

"Creo que un primer disco sirve para que uno le cuente al mundo quién es, y como cada uno de nosotros es el resultado de lo que ha vivido, qué mejor que rendir homenaje en esta carta de presentación al lugar donde he nacido y he crecido como persona, Sanlúcar", argumenta el joven saxofonista, armonicista y flautista que tilda de "autobiografía" el contenido de un trabajo inspirado "en lo que Sanlúcar significa para mí, en mi familia y en algunos hechos históricos que han ocurrido en Sanlúcar".

Un tributo que deja poso, un disco sincero -con toda la frescura y el arrojo de la juventud que atesora su autor- pero también maduro y reposado -resultado de la trayectoria amplia y del afán de conocimiento y superación del músico y compositor-. Un disco, Bajo de Guía, que se abre con el mirabrás del mismo título donde el fraseo jondo de la flauta de Villegas se intercala con las voces de las cantaoras de su tierra -Laura Vital, Cintia Merino, Caridad Vega y Amara Román- y con el recitado del investigador José Luis Ortiz Nuevo que traduce en versos el mensaje cifrado en pentagrama de Diego para Sanlúcar.

Y sólo es el principio. Armónica que llora los fandangos, el saxo soprano y la flauta que se revolucionan por tanguillos, saxo tenor que pellizca por soleá... Un compendio de aires, de aires flamencos, que remueven el ambiente, que dan vueltas al paladar exquisito. Tantas vueltas como Villegas le ha dado al proceso de composición de su obra. "Soy bastante melómano y exigente con lo que escucho, ¿cómo no lo iba a ser con lo mío?", confiesa el músico que "durante un año y medio" ha estado cocinando este trabajo, a la espera de cada momento perfecto para "las 40 personas" que han colaborado con esta autoproducción. "Había que ir cuadrando las agendas de los músicos, amigos que me han regalado su tiempo y su arte, y también tenía que apañármelas yo mismo con mi agenda de trabajo. Pero, eso sí, lo que fue la grabación de mis intervenciones las hice todas en tres días porque tenía el disco ya en mi cabeza y, además, quería conseguir la frescura del directo y transmitir energía y espontaneidad".

"Cierra los ojos y disfruta", se dijo el músico cuando llegó ese momento de registrar sus sonidos en los estudios La Azotea, de José Ramón Salazar. Cierra los ojos. Y disfruta. Y toca con duende. "El flamenco viene del cante y, a mi parecer, claro, para sonar flamenco con estos instrumentos lo que uno tiene que tratar es, ya no de imitarlo, sino de comprenderlo. De comprender el cante", dice el joven que ensucia el sonido limpio de su formación clásica -estudios de guitarra clásica en los conservatorios de Sanlúcar y Cádiz y clarinete y percusión sinfónica en la banda sanluqueña Julián Cerdán- para emular el afillao del rajo jondo "dentro de mis límites y del de los instrumentos, claro, pero creo que así consigo un sonido real, un sonido que se identifique con el pueblo, con la tierra, que se queje, como se queja el flamenco", explica el músico de mirada chispeante.

Y es que su trayectoria profesional guarda similitudes con la de un cantaor que va del atrás al paso alante. Así, en el bodegón A Contratiempo, de su hermana, la bailaora Raquel Villegas, fue su escuela flamenca. "Yo escuchaba a los cantaores y empecé a tocar allí para acompañar a los cuadros entonces, como al principio no tenía ni idea, empecé a aprenderme letras y a ir intercalando mis instrumentos. También Gerardo Núñez da su curso durante una semana en verano en Sanlúcar y por las noches iban al Bodegón la gente del curso a actuar. Además, al igual que los cantaores, tocando para el baile fue como absorbí todo lo que es el compás del flamenco, dónde eran los cierres, las subidas, los cortes, los remates... Así desde los 15 a los 20 años me fui curtiendo también allí con el flamenco, bueno, y con el jazz porque me enamoré de esa música y con unos amigos íbamos por la mañana también allí a ensayar y tocar cositas", rememora el artista que completa su reflexión sentenciando que "si comprender el cante es fundamental para sonar flamenco, tocar para el baile es lo que te da mayor sabiduría".

Y de Sanlúcar, y de su época de estudios en el Conservatorio de Cádiz, a Madrid. "Si no me hubiera ido a Madrid creo que no hubiera llegado al punto en el que estoy ahora", reconoce el artista que enriqueció su propio gusto musical "a través de conocer a músicos de otros países, sobre todo, latinos y árabes". "Madrid en eso es una maravilla, hay gente de muchos lugares y aprendes un montón, que es el objetivo de los que estamos en la música. Porque el objetivo no es tocar mejor que el que está a tu lado, el objetivo es tocar mejor que el mejor, porque si alguien ha podido hacerlo, tú lo tienes que intentar. Aunque nunca llegues, pero hay que tener esos referentes, al menos, a mí, esa forma de pensar me ayuda. Y si voy a un concierto de Jorge Pardo, para mí el mejor, cuando lo escucho pienso, Diego, vete para casa y ponte a estudiar, lo mismo que cuando escucho un disco de Enrique Morente, de Charlie Parker, de John Coltrane, de Stevie Wonder...".

Con esa mentalidad ganadora, y unas maneras cercanas y sin dobleces, a Diego Villegas se le abren las puertas a su paso. Así, Bajo de Guía se presentará el 13 de septiembre en la Bienal de Sevilla, aunque antes podremos disfrutarlo el 13 de mayo en Cádiz (en El Pelícano) y este verano en Sanlúcar "aunque haremos un preestreno el día 26 en el bodegón".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios