Negro sobre negro

Víctor del Árbol y la tierra sin olvido

  • El autor barcelonés vuelve a las librerías con ‘Nadie en esta tierra’, una novela negra con personajes atormentados por un turbio pasado

Víctor del Árbol.

Víctor del Árbol.

Hay tierras en las que nadie perdona, nadie olvida, nadie es inocente del todo. Tierras duras habitadas por fantasmas del pasado donde siempre hay cuentas que ajustar. Partiendo de una aldea de la costa gallega incapaz de disfrutar de la alegría del olvido, Víctor del Árbol construye una espléndida novela. Nadie en esta tierra (editorial Destino) viene a confirmar todo lo bueno que ya sabemos del autor barcelonés, un hombre adorado en Francia y que en España empieza a recoger lo que se merece: el reconocimiento del público y la crítica.

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro.

Si con su anterior novela, El hijo del padre, ya nos fascinó, en este nuevo título confirma que está en racha. En esta ocasión Víctor se pregunta hasta dónde está dispuesta una persona a llegar para hacer justicia cuando hay que enfrentarse a aquellos que harán lo necesario para ser parte de la fraternidad de los intocables.

Del Árbol posee una narración rompedora, efectiva e innovadora que traspasa los límites del género negro. Y lo hace en dos tiempos, en contrapunto. Con dos narradores distintos que muestran diferentes visiones de los mismos hechos, en un duelo tenso de puntos de vista. Y un viaje físico y mental. Por un lado, Barcelona en 2005, en la que transcurre la mayor parte de la acción, y por el otro, una aldea de la costa gallega en 1975, cuando el futuro inspector asiste de niño al traumático incendio de su casa y al probable y jamás esclarecido asesinato de su padre a manos de quienes consideraba sus hermanos de sangre, con quien había combatido en la Guerra Civil en el bando perdedor. Ese hecho, ese crimen nunca resuelto, atormenta al inspector Julián Leal. Eso, y un suceso oscuro que marcó su infancia y que, en el fondo, fue decisivo para que su padre se decidiera a cantar ante la Guardia Civil y poner al descubierto la trama de contrabando que llevaba desde años enriqueciendo a los líderes de su pequeña comunidad.

La novela arranca con Julián apartado de la Policía tras agredir brutalmente a un conocido empresario catalán. Nadie se explica el suceso, aunque nuestro protagonista sabe bien que los monstruos a veces pueden llevar corbata, y que son capaces de las mayores aberraciones sin remordimiento. Lo hacen porque pueden hacerlo, y porque se creen por encima del bien y del mal.

Cuando en la aldea gallega empiezan a aparecer cadáveres, será el momento de que Julián, y su fiel compañera Virginia, inicien una carrera contrarreloj para salvar sus vidas y a la gente que aman, pero también para hacer justicia. Ytodo ello, con un sicario de mirada vacía llegado desde la otra orilla del Atlántico pisándoles los talones. Una gran novela negra.

La recomendación: ‘La gota de sangre’, de Emilia Pardo Bazán

Cuando en 1911 Emilia Pardo Bazán escribió La gota de sangre el género negro era exclusivamente masculino. Desde entonces y hasta hoy día han sido muchas, y muy buenas, las féminas que se han adentrado en este territorio apasionante del noir. Ahora la editorial Siruela, que lleva tiempo recuperando títulos imprescindibles, ha reeditado una novela fundamental con un brillante prólogo de Alicia Giménez Barlett, una de las grandes voces de la novela negra de nuestro país en la actualidad. En este prólogo, indica lo siguiente: “Sin duda el trazo principal de este texto es la originalidad. Nos encontramos frente a una doña Emilia que subvierte todos y cada uno de los estereotipos del género. Se las compone para que el detective ocasional sea al tiempo un sospechoso de cara a los agentes de la ley: policías y jueces. Pero no solo eso: suplanta a la policía, les da órdenes, les escamotea información y es él quien impone el ritmo y las pausas de las pesquisas. Finalmente, sin despeinarse demasiado, toma las riendas de la investigación, participa en ella activamente y, a escondidas de los agentes del orden, resuelve el crimen. Justamente en la resolución del crimen es cuando la autora ejecuta la pirueta más llamativa. ¿Resolución del caso implica detención del culpable? No pienso destriparles el desenlace. Solo les diré que, tal y como es prescriptivo, todo cuadra y, a su modo, la justicia resplandece”.

Escena de 'Infiesto' Escena de 'Infiesto'

Escena de 'Infiesto'

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