Cultura

"Poner el sello de documental a una película es una forma de marginarla"

  • La realizadora, autora de las cintas 'El cielo gira' y 'Mercado de futuros', recibe hoy el homenaje de Alcances durante la gala de clausura que tendrá lugar a las nueve de la noche en el Gran Teatro Falla

No cree en las etiquetas. Cree en la mirada. Mercedes Álvarez (Aldealseñor, 1966) huye de la monoforma, de los corsés, de las fronteras. Su participación en la señera En construcción, de José Luis Guerín, un corto de ficción y dos largometrajes como directora (El cielo gira y Mercado de futuros) avalan a la realizadora que recibe el homenaje de la 44 Muestra Cinematográfica del Atlántico esta noche en el Gran Teatro Falla.

-Pregunta obligada. ¿Cómo se siente al ser la homenajeada de Alcances de este año?

-Muy contenta y muy honrada pero pensando que quien de verdad se merece un homenaje es el propio festival que ha cumplido 44 años. Es uno de los más antiguos de España así que Alcances es el que se merece un homenaje.

-¿Es importante la supervivencia de citas como este festival?

-Es fundamental porque dan lugar a películas que, normalmente, no llegan a las salas de cine que suelen ser más estrechas de miras y donde no caben miradas diferentes. Cada vez menos películas ocupan un mayor espacio público y no hay hueco para dar una oportunidad a que otro tipo de cintas entren en contacto con el público que es lo que todo realizador quiere al fin y al cabo, que su película se vea. Cada vez es más difícil, con los recortes, la subida del IVA y demás, que las películas se logren ver. Así, con festivales como Alcances se asegura un espacio para que las distintas miradas cinematográficas, más allá del espectáculo, entren en contacto con el público.

-¿Los momentos de crisis económica son más propicios para que el lenguaje cinematográfico sea más creativo? Menos recursos, más imaginación.

-No tiene por qué ser así. Me explico, es cierto que el cine es más libre cuanto más artesanal sea pero es que los cambios en el lenguaje cinematográfico no se han producido desde la industria, desde las grandes producciones. Son las pequeñas películas las que no están sujeta a las normas, las propuestas distintas que mantienen la libertad al margen de que haya crisis o no.

-Usted pertenece a una generación de cineastas donde se difuminan las fronteras entre la ficción y la no ficción...

-No, no es que yo pertenezca a esa generación es que en realidad nunca ha sido así, realmente nunca ha existido esa frontera desde el momento en el que el cine supone la mirada de alguien sobre algo y esa mirada es completamente subjetiva. Filmas imágenes de cosas reales pero luego tienes que construir un relato y ahí intervienen elementos de ficción y de no ficción, según la propuesta. Lo interesante es cómo se construye la mirada... Desde los inicios del cine a la actualidad hay ejemplos de estas películas que se escapan a las etiquetas.

-Pero alguien pondrá esas etiquetas. ¿Qué ocurre? ¿Es que las necesita el espectador?

-Yo creo que lo que no se puede es engañar al espectador, decepcionarlo. No es que se le tenga que decir lo que es ficción y no, pero sí quién es un actor y quién una persona real y ese tipo de cosas. Realmente quien pone la etiqueta es el crítico. Les encanta eso de poner "es un documental antropológico...". Pero, como he dicho, hay muchas películas que se escapan de ésta u otra etiqueta. También, por otro lado, son los distribuidores y productores los que ponen el sello a una película. Y, hoy en día, poner el sello de documental a una película es una forma de marginarla porque parece que esa etiqueta está diciendo que la cinta va dirigida para un tipo de público y no para el gran público. Pero, creo que también lo decía antes, hay que dar la oportunidad al gran público de acercase a estas cintas. A mí me ocurrió con El cielo gira, que llegó a las salas de exhibición y nadie esperaba que estuviera, como estuvo, cuatro meses en sala.

-¿Le preocupa el tema de la memoria? Lo digo porque en sus dos películas, de alguna manera, está presente.

-Sí pero de una manera casual... Es cierto, en realidad, una habla de la memoria y la otra del olvido. Pero no fue un planteamiento pensado de antemano. En El cielo gira, ellos recuerdan, todo lo ocurrido ocurrió ya, en el pueblo hay más vivos que muertos y los vivos viven de la memoria, del pasado y en un presente que está en proceso del final. En Mercado de futuros la memoria parece que no tiene cabida en el mundo actual, en la lógica del mercado.

-En 'Mercado de futuros' parece que nos cuenta que la arquitectura de una ciudad es el reflejo de la sociedad que la habita.

-Reflexioné mucho sobre el libro El arte de la memoria de Frances A. Yate donde se relaciona desde la antigua Grecia el espacio y la memoria. La arquitectura, claro, es un lenguaje. Mira, hace unos días, paseaba por el casco antiguo de Cádiz y, después, por la parte nueva donde está el Corte Inglés. Ahí se ve perfectamente que se realizaron con lógicas diferentes.

-Fue montadora de la cinta 'En construcción', ¿qué aprendió de Guerín?

-Pues es que yo entré en el master de Barcelona buscando, precisamente, a los profesores. Estaban Guerín, Joaquim Jordá... Quería aprender, descubrir, esa manera de hacer cine, fuera de la manera estandarizada, de la monoforma, buscaba diferentes miradas. Eso es lo que me impulsó a hacer cine, lo que me impulsa. Quizás mirar las mismas cosas, pero de diferente manera.

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