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Cultura

El Polaco Pawlikowski deslumbra en el Festival de Cannes con un amor en la Guerra Fría

El polaco Pawel Pawlikowski dejó este viernes a la prensa fascinada con el hermoso homenaje que dedica a sus padres en Cold War, la historia de un amor imposible en los años de la Guerra Fría envuelta casi en un musical.

Pawlikowski va directo a la casilla de películas favoritas para la Palma de Oro, con el intenso amor de un músico (Tomasz Kot) por una joven campesina con buena voz (Joanna Kulig)

El cineasta, al que las dudas de una novicia catapultaron a la fama tras ganar el Oscar y el Bafta con Ida, también rodada en blanco.

El cineasta compone una hermosa sinfonía cinematográfica con una nítida fotografía en blanco y negro en la que cada plano, cada secuencia, provoca admiración. Al ser el protagonista un pianista que recorre el país para recopilar las canciones populares, la música se convierte en un tercer protagonista dando al drama una velada apariencia de musical con canciones tradicionales polacas y música jazz de los años 50.

Pawlikowski, que tiene en su haber seis películas de ficción y algunos documentales, comentó lo mucho que trabajó, tanto en la fotografía como en el sonido, para conseguir calibrar tanto el plano como la música adecuada para cada escena.

Explicó, además, que escribe el guión en términos visuales, sin pensar tanto en la dramaturgia, ya que lo que realmente le emociona del cine es el proceso de creación.

Cold War arranca en Polonia en 1949 cuando se forma un grupo de música folclórica en el país. Durante los años 50, en una visita a Berlín, el pianista (Kot) abandona el grupo y se exilia en París trabajando como músico de jazz, pero la cantante (Kulig) no se atreve a marcharse con él. Cuando finalmente se decide y se une a él en la ciudad del amor, su relación naufraga.

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