“En ‘Planeta’ llevo al grupo de homicidios al límite”
Negro sobre negro
La autora Susana Martín Gijón publica la tercera novela de la saga de la inspectora Camino Vargas tras los éxitos de ‘Progenie’ y ‘Especie’
Susana Martín Gijón es una de las autoras que enarbola esa corriente que se ha dado en llamar novela negra social. Sus obras siempre tienen un trasfondo que van más allá de la trama policiaca, sembrando dudas sobre cuestiones que deben afrontarse sin demora, como el cambio climático, el bienestar animal o la igualdad de sexos. Tras los éxitos cosechados con Progenie y Especie, ha publicado recientemente Planeta (Alfaguara), donde la inspectora Camino Vargas y su equipo siguen persiguiendo criminales.
–¿Satisfecha con el resultado final de ‘Planeta’ y con cómo marcha la campaña de promoción?
–Mucho. La novela lleva un mes de rodaje, la ha leído mucha gente, me han llegado reseñas de lectores y veo que está gustando. La recepción en librerías ya fue brutal, al segundo día ya saltaba la segunda edición, que yo lo veía por redes y era alucinante. Tenía una sensación de vértigo tremenda porque no paraba de ver a gente con el libro en redes y al día siguiente, estando en prensa con Alfaguara, ya vinieron a decirme desde comunicación que había saltado la segunda edición.
–¿Y qué le dicen los lectores en sus mensajes?
–Hay de todo, pero la mayoría coincide en que la calidad ha ido subiendo en las tres novelas de la saga, y esto es lo que yo quería conseguir, así que no puedo estar más satisfecha.
–Novela negra pero con un toque de crítica social. En esta tercera se centra mucho en el mundo de la droga, en los problemas de adicción de la heroína. Son tramas secundarias valientes y comprometidas.
–De eso se trata. Sin querer irme mucho de la trama principal, porque siempre hay que intentar mantener ese equilibrio para que la atención no se desenfoque mucho y no se pierda el ritmo ni la agilidad, pero sí es cierto que me gusta darle recorrido a otros personajes no tan principales, como pueda ser la inspectora Camino, y desarrollar temas secundarios. Por ejemplo, con uno de los personajes más importante de este grupo de homicidios. De lo que se trata es de meterse en la mente de un personaje y ver hasta dónde es capaz de llegar.
–Nadie está libre de caer en una adicción tan dañina ¿no?
–No lo estamos, no. Nos creemos libres de caer en ciertas cosas, en ciertas adicciones, pero incluso hasta el que más alejado piensa que se encuentra está en riesgo. Profundizamos un poco en esa psicología de que se puede acabar cayendo.
–Y nuevamente Sevilla, pero en esta ocasión no la afecta una ola de calor sino lluvias torrenciales que condicionan también la novela.
–Por una parte me interesaba, como parte de la trama principal, por el cambio climático y las repercusiones que puede ir teniendo a corto o medio plazo, incluso en el presente. Me sirve como reflexión de fondo pero también para llevar al límite a nuestro grupo de homicidios, que es de lo que se trata también, poner en el mayor aprieto posible a nuestros protagonistas para que tengan que ir superando los más difíciles obstáculos a fin de conseguir el objetivo. Y si ya era difícil una carrera contrarreloj para detener a un asesino en medio de una ola de calor sevillana, pues lo es aún más en unas inundaciones como estas en las que no deja de llover y cuyas consecuencias están sufriendo incluso los cuerpos de seguridad, que han tenido que coordinarse en estos planes de emergencia. Pero en mitad de esta situación se van a encontrar con una víctima que está claro que no se debe a las fuerzas de la naturaleza. Y ahí es donde entra Camino con su equipo y, con todas esas dificultades, van a tener que ponerse en marcha para atrapar al culpable.
–Y el personaje de Camino que sigue creciendo y absorbiendo más protagonismo. ¿Hasta dónde puede llegar esta mujer?
–He querido mantener la esencia de la Camino que ya los lectores conocen, esa mujer disfrutona, que es muy implicada en su trabajo pero que sabe disfrutar de las cosas importantes de la vida. Sigue con esa poca empatía, esa poca diplomacia que tanto nos hacía sonreír, pero es verdad que esas dos novelas han pasado por ella y se nota. No podemos decir que sea empática todavía, ni diplomática, pero sí le vamos viendo cierta evolución en el trato con su equipo. También fruto de esa historia anterior está un poco lastrada. Lo que sucedió en Especie le dejó huella.
–El éxito de Planeta ¿también está tirando de las anteriores novelas de la saga, de Progenie y Especie?
–Sí, me lo han comentado desde la editorial, que se ha reactivado mucho, aunque es cierto que nunca dejaron de venderse. Han venido muy seguidas en el tiempo, solamente con un año de diferencia la una de la otra, pero sí que se ha animado bastante. Porque bueno, a muchos les gusta comenzar desde el principio. Yo recomiendo que si no desde Progenie, porque es más autoconclusiva, al menos desde Especie sí que deberían de arrancar, porque Planeta se va a disfrutar mejor conociendo esa historia de la que viene. Aunque bueno, hay gente que ha empezado por esta última y también la ha disfrutado, así que al gusto de cada cual.
–Con lo bien que están funcionando las novelas, ¿no le han puesto un proyecto encima de la mesa para llevar a Camino Vargas y su equipo a la pequeña pantalla?
–Sí, sí, los derechos de Progenie están vendidos a una productora audiovisual y de hecho el año pasado ya estuvimos trabajando en una primera temporada, de ocho capítulos, pero bueno, sabemos que esto es complicado y hay que atar muchos cabos. A mí me haría mucha ilusión.
–A ver dónde encontramos a una Camino que refleje la que usted ha creado.
–Es que para mí hay cosas que son prioritarias, como mantener la esencia de Sevilla, por ejemplo. No es negociable que la historia salga de esta ciudad. Y los actores también. Y además que la protagonista tenga la edad, las curvas, la fuerza, el carácter de Camino. Que no me pongan a una chica que aparente menos de 30 años, sino una mujer que aparente los 44 que tiene Camino. Y que nos quitemos ya tantos clichés de encima.
–¿Tienen sus novelas un punto feminista, porque el peso de los personajes son todo mujeres?
–Sí, pero se trata de naturalizarlo todo. Hasta hace poco me seguían preguntando por qué una protagonista mujer, y yo siempre decía: ¿por qué no?, si somos la mitad de la sociedad, qué hay de extraño. En este caso me dicen que los tres principales puestos dentro de la policía los ocupan mujeres. Quizá es una forma de provocar la reflexión, porque si estuvieran ocupados por hombres nadie seguramente se extrañaría. Se trata de ir normalizando esto. Sí que es cierto que los cuerpos de seguridad del Estado siguen estando muy masculinizados, no digamos ya los puestos jerárquicos, y esto es una forma de provocar la reflexión, consciente o inconsciente, de que esto se vaya integrando en la sociedad como corresponde.
–¿Y en qué está ahora?
–Sigo escribiendo, me lo tomo con la seriedad que implica mi trabajo, y siempre que puedo escribo. Además desde que termina una novela hasta que se publica siempre existe un margen, un proceso de edición, maquetación... que yo aprovecho para emprender la nueva aventura. Ahora estoy un poco más parada por la promoción pero sigo en ello.
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