David Palomar preestrena hoy en Sevilla, a partir de las once dentro de Las noches de la Bienal del Teatro Quintero, su espectáculo La dama del poncho rojo, un tributo a la artista, recientemente fallecida, en el que el cantaor interpreta las canciones "más emblemáticas" de su repertorio, pero "sin aflamencar los temas, porque podría rozar la horterada", ya que "cuando algo se fuerza, no camina", afirma contundente. 

El gaditano -galardonado con dos Premios Nacionales en el Concurso Nacional de Córdoba y que sorprendió con su primer disco Trimilenaria- ha explicado que el espectáculo, cuya idea surgió en 2007 aunque después quedó aparcado, "es ahora un tributo a la figura de Chavela Vargas, su obra, y su vida", desde "su personalidad y su forma de ver la música", para lo que ha cogido "el repertorio más emblemático y las canciones que más le decían", asegura. 

  Así, La dama del poncho rojo, que se estrenará el próximo 21 de septiembre en el Teatro Falla de Cádiz dentro del programa oficial del Bicentenario, comienza con Macorina, que "es como abría ella sus actuaciones", apunta Palomar. Luego, le seguirán Los ejes de mi carreta, Somos, En un mundo raro, La nave del olvido, Volver, volver o Piensa en mí, hasta untotal de 13 temas, entre los que hay un instrumental, y un tema "cogido" del disco Cupaima llamado La despedida, señala. 

Pero, puntualiza el cantaor, "no he querido aflamencar los temas porque podría rozar la horterada", y solo "le he dado a alguno de ellos una pincelada sútil y muy fina", puesto que "cuando algo se fuerza no camina", apostilla, al tiempo que afirma que "ha intentando mantener la estructura y la energía que llevaban los temas originales". En esta aventura, Palomar está acompañado por Ricardo Rivera (guitarra española), Miguel Ángel López (piano), Alejandro Benítez (bajo) y Javier Catumba (percusión).  

 Asimismo, Palomar ha asegurado que su admiración por Chavela surgió cuando escucho su música y quedó "embrujado" por la interpretación y la transmisión. "No he conocido a nadie que se asimile a esa manera de transmitir las canciones", subraya, toda vez que agrega que a partir de ahí se puso a buscar el modo de ejecutar las canciones "como ella lo hacía". Además, "al conocerla me interesé también por su vida", aunque lamenta no haberla podido conocer nunca personalmente. "Una vez casi la conozco en DF, pero al final no puso ser, y en su último viaje a Madrid, poco antes de morir, me casaba, y no pude subir".