Cultura

Ojos del Hermano Eterno apuesta por lo íntimo en 'Simplemente el fin del mundo'

  • El grupo colombiano trae a La Lechera una obra en la que se habla "bajito y muy deprisa"

"No es una secta", se apresura a aclarar Manuel Orjuela cuando se le pregunta directamente, después del saludo de rigor, por el nombre de la compañía de teatro colombiana que dirige: Asociación Los ojos del Hermano Eterno. "¿Se lo han preguntado muchas veces?", le pregunta el periodista. "Siempre", sentencia Orjuela, que explica la génesis de la nominación: "Cuando empecé de director, allá por 2004, yo andaba muy pegado a una novela de Stefan Zweig que lleva ese título: Los ojos del hermano eterno". Y con él bautizó al grupo, que hoy y mañana representará en la Central Lechera, a partir de las nueve y media de la noche, la obra Simplemente el fin del mundo, del autor francés Jean Luc Lagarce.

La obra, explica Orjuela tras la tranquilizadora y necesaria aclaración del nombre del grupo, es una coproducción con el Festival Iberoamericano de Bogotá. Allí la vio el director del FIT, Pepe Bablé: "Le gustó y nos invitó. Y aquí estamos, después de haber representado la obra con éxito en Dublín durante seis días".

El espectáculo presenta la historia de un hombre de 34 años que, después de un tiempo sin ver a su familia, regresa a su casa para comunicar a sus seres queridos que le queda poco tiempo de vida, que se va a morir. Pero su familia lo recibe con reproches, por lo que no encuentra la oportunidad para dar a conocer la noticia.

Es una obra, advierte Manuel Orjuela, en la que "se habla bajito y muy rápido. Sólo al final hay una explosión verbal". Así lo ha querido el director y así lo llevan a cabo los actores, en una obra "perfecta" para la intimidad que proporciona la Central Lechera: "No conocía la sala; la he visto y me parece perfecta. La obra funcionará bien ahí. Se habla así, bajito y muy deprisa, porque a mí me gusta que el espectador se duerma con la espalda despegada de la silla, no me gusta que lo haga pegado a la silla", dice con ironía el director.

Orjuela ya conoce el FIT, su funcionamiento y su contenido, porque estuvo en la edición de 1996 como técnico de una compañía. Hoy vuelve como director.

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