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Cultura

'Momentos de silencio' de Pepe Palacios

  • El artista gaditano expone en el Castillo de Santa Catalina 40 piezas de su obra más reciente, entre la soledad de sus naturalezas paisajístias y arquitecturas de interior religiosas

Pepe Palacios Castillo de Santa Catalina, Puede verse hasta el próximo 21 de junio, de lunes a domingo, de 11.00 a 19.30 horas.

Los Momentos de silencio de Pepe Palacios se trasladan al Castillo de Santa Catalina. Es el resultado de una nueva etapa que ha ido macerando en momentos de recogimiento artístico y, sobre todo, espiritual. El pintor de las dunas se abre paso en nuevos caminos de investigación hasta alcanzar arquitecturas interiores eclesiásticas y paisajes naturales, en un juego entre lo real, lo soñado, la belleza, lo místico, el origen y el futuro.

Así se presenta esta tarde en la sala de San Nicolás del espacio municipal Momentos de silencio, integrada por unas 40 obras articuladas a su vez en varias secciones. Una de ellas, la más novedosa en su carrera, pasa por obras de pequeño formato de interiores de iglesias. Concretamente, varios "apuntes" de la Catedral de Cádiz, de la Iglesia de Santiago y de la Iglesia Mayor de El Puerto de Santa María. Una pintura meditada y muy disfrutada, puntualiza el pintor y creyente. "Ha sido maravilloso. Parar en silencio y contemplar estas escenas del interior... para luego reflejarlo en el lienzo". Un trabajo contemplativo realizado en óleo sobre papel cuya paso a la acción han llevado a Palacios a fundir lo sagrado y místico de estos ambientes sagrados, con su propio trabajo y su fe en Dios.

Reconoce que no es real todo cuanto se deja ver en estos cuadros de técnica depurada. "Cuando uno cierra los ojos en estos espacios la mente vuela, y eso he hecho", asevera.

Momentos místicos que también se prolongan en otra de las patas de la exposición basada en naturalezas. Una serie de piezas enmarcadas en pequeño formato, en blanco y negro, con la técnica del carbón, en alusión a los orígenes del arte. Pepe Palacios explica que el germen de estas naturalezas se encuentra en los retiros que hace cada dos o tres meses en el monasterio cisterciense de Santa María de las Escolanías, en la serranía cordobesa de Hornachuelos. De estos momentos consigo mismo, en plena naturaleza, saca a la luz decenas de obras con las que profundiza en "la cantidad de matices que hay entre el blanco y el negro, en grises, hasta alcanzar la máxima intensidad del carbón". Un trabajo lleno de escenas de árboles, troncos, tapias, vallas y la propia arquitectura del monasterio, que asoma entre tanta vegetación en blanco y negro.

Con esta búsqueda de nuevos senderos, su autor también regresa a sus comienzos y a los del propio arte. "El carbón es el inicio del dibujo y también recuerda a los orígenes del arte, cuando pintaban con palos quemados".

Y del pequeño formato al gran formato, que toma el resto de la sala, y que continúa por la temática natural de los árboles y de sus eternas dunas y marismas.

El color también se adueña de estos grandes óleos, cuyo "fascinante" trabajo le ha permitido profundizar en los planos y en la composición de las obras colmadas de elementos naturales. De mucho eucalipto, abundante en la zona cordobesa, entre otras especies. En este apartado, Palacios comenta que le apasiona la forma en que "los árboles buscan su propio espacio, en esta verticalidad ascendente".

Pero entre tanta naturaleza paisajítica de árboles y troncos se abren paso sus arenas, sus paisajes de dunas y marismas, en los que tanto se ha deleitado. Pero Palacios tiene claro que en esto de la pintura, un oficio que lleva en los genes y que aprendió de la mano de su padre, el artista gaditano Palacios Acuña, "hay que crecer, hay que avanzar y no quedarse estancado". Un reto que se marcó hace un par de años -que lleva experimentando en esta nueva obra-, y que pretende continuar. Ya no hay marcha atrás. De hecho, quiere llevar sus arquitecturas religiosas, en las que se ha sentido muy cómodo, al gran formato.

El recorrido merece una parada en el expositor en que exhibe sus cuadernos de apuntes, con bocetos de futuras obras de una gran rigurosidad creativa. Escenas, rincones, espacios, naturalezas exploradas y por explorar, de las que este autor de dilatada trayectoria tiene mucho que decir y que pintar. Mucho silencio encontrado y soledad buscada. Los momentos místicos de Pepe Palacios.

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