Son dos y van sobrados de energía, talento y ganas de contagiar esa inexplicable necesidad de gritar, de meter ruido, de vivir sin tener que rendir cuentas ante ninguna clase de convención social o política. Punk desnudo a base de un tándem compuesto de batería (Guillem) y guitarra (Carles), que bajo el epígrafe de L'hereu Escampa bucea en las emociones de los años noventa.

Con apenas un ep a sus espaldas, los de Manlleu están dando mucho que hablar en las revistas especializadas en música independiente, que los señalan como los herederos de una corriente esquiva que en seguida se acomoda a referencias indómitas y al panfleteo más prosaico, que invita a la tontería y al todo vale.

Pero no es su caso. L'hereu Escampa es todo vísceras y honestidad, ruido, berrido y letras (en catalán, que es su lengua) que escapan rápidamente de cualquier forma de intelectualidad de baratillo.

Aunque lo que quizás más llama la atención de su primer y homónimo trabajo es cómo mezcla el punk con las tendencias emo, con un contrapunto romántico (entiéndase "romántico" en su sentido filosófico, no adolescente) que parte probablemente de su educación estética a lo largo de los años noventa (son muy jóvenes).

En definitiva, la discográfica independiente Famèlic ha encontrado en el dúo catalán una diamante sin pulir que basa gran parte de su valor en esa ausencia de artificios y medidas. Un proyecto tan auténtico y fresco que desarma cualquier prejuicio sobre un género tan amplio como el punk.

Hoy martes podremos verlos al fin en la Librerá café de Jerez de la Frontera a partir de las diez y media de la noche, y mañana miércoles en la sala Supersonic de Cádiz a partir de las once y media de la noche.