Jazz en el Museo. Parecía sólo un epígrafe más de la ingente actividad con la que la Asociación Qultura se empeñaba en zarandear las salas del Museo de Cádiz haciéndolo más dinámico, más accesible, más cercano a otros públicos. Así, en un verano de hace 14 años Pedro Fernández y su hija Marina (a ella la descubrimos un par de años después) planearon un modesto pero sólido ciclo musical en el centro de la plaza de Mina que tan buena impresión causó, que terminó por cobrar entidad propia. Un ciclo que creció, poco a poco, mutando de escenarios y de nombres. Desde ciclo de Jazz en el Museo pasando por el Festival Qultura Jazz a desembocar en nuestro Festival JazzCádiz que en pocos días celebramos. Diferentes rótulos para siempre mantener la misma esencia: una programación de calidad y cercana. Jazz para todos y con el buen gusto por delante.

Quince ediciones, nada más y nada menos, nos separan hoy de aquel primer cartel que estuvo compuesto por Gitanes Swing (con Juan Sainz); Julián Sánchez Sexteto, Flamenco Standards Band (Luis Balaguer, Pedro Cortejosa, José López...) y Juan Galiardo Trío (pianista al que le debemos la primera semilla con aquellos seminarios de jazz que programa en verano en el Conservatorio). Y con no pocos de esos nombres nos topamos en el reclamo de la presente edición de un festival armado “de riesgo, de pasión, de creatividad y de belleza”, como destacan sus organizadores y con Marina Fernández, gloriosa, al frente.

Porque, en parte, de eso trata este nuevo encuentro musical. De celebrar sus quince años de vida con guiños al pasado –la meca con la vuelta de ese Salvador Sobral al que pudimos escuchar en Cádiz un verano antes de su consagración mundial en Eurovisión– pero también con vistas a futuro –con una coproducción propia del festival insertada por primera vez en la programación–.

Calidad, novedad y disfrute. En los conciertos, sí, y en la programación pedagógica con Forum Jazz, en el Aulario de la Bomba, que alcanza su tercera edición en una clara muestra del compromiso de JazzCádiz con el sector.

Una programación completa que abraza más de una veintena de actividades durante una semana –del 15 al 24 de julio– que tiene como escenario principal de conciertos el Baluarte de la Candelaria pero que también alcanzan otros espacios como las azoteas de los hoteles Las Cortes y el Parador Hotel Atlántico.

De hecho, el programa de actuaciones comienza hoy con ese Jazz en las Azoteas inaugurado por Alicia Tamariz que presenta su primer trabajo personal como compositora, pianista y cantante, Aletheia.

Tamariz se forma en la Universidad Superior de Cádiz y en la de Évora (Portugal), además de estudiar con profesores internacionales en diversos seminarios de jazz. Posteriormente inicia un recorrido musical de más de tres años por gran parte de Latinoamérica bebiendo de sus ricos folclores. Continúa su recorrido en España acompañando musicalmente a su padre (Juan Tamariz) por innumerables auditorios y teatros, aglutinando valiosas experiencias escénicas. Actualmente reside en Málaga, donde forma parte de la escena musical, y desde 2018 imparte clases de piano-jazz en el Centro de Artes y Música Moderna de Málaga (CAMM).

El ciclo se completará en el Parador el día 17 de julio con la actuación de Juan Sainz & Malick Mbengue Quartet En clave flamenca. Ambos, profesores de jazz de la Escuela de Música Moderna y Jazz de la UCA, y músicos profesionales de largo recorrido con base en Cádiz. Mbengue, a la percusión flamenca, africana, latina y jazz; y Sainz (el de aquellos Gitanes Swing): como batería de jazz, latin y flamenco.

La acción en el Baluarte de la Candelaria llegará el día 20 de julio con la Brazulada del trompetista Julián Sánchez, artista que también aparecía en el cartel de la primera edición del festival, y que en esta ocasión estará acompañado por Enrique Oliver (saxo tenor), Fernando Brox (trombón, flauta), Valentín Murillo (saxo alto, flauta), Javier Galiana (piano, voz) y Joan Masana (contrabajo).

Sánchez se ha formado entre Granada, Barcelona, Nueva York y Brasil, país al que rinde homenaje con Brazulada, y ha actuado en festivales de jazz nacionales e internacionales como el Festival de Jazz de San Sebastián, o el de Quito, entre muchos otros.

Al día siguiente, la fortificación frente al Carmen será invadida por el Universo normal de Lucía Fumero, una barcelonesa de raíces argentinas y suizas que empezó a estudiar música clásica en el Conservatorio Municipal de su ciudad, donde se tituló con el Grado Profesional de Música en 2010. Después, en la Universidad de Música de Rotterdam, cursó un grado superior de música moderna especializada en músicas latinas, mientras que actualmente continúa sus estudios en la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMuC) dentro de la especialidad de piano jazz.

Fumero (piano y voz) llegará a Cádiz en formato trío acompañada por Martin Leiton (contrabajo y leona) y David Xirgu (batería y percusiones).

Pero Lucía Fumero no es la única –ni la única Lucía– que actúa en el Baluarte de la Candelaria el 21 de julio. Y es que la batería, percusionista, improvisadora, compositora y profesora de batería de jazz en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla, es decir, Lucía Martínez, trae su Calma al Festival JazzCádiz.

Dueña de un lenguaje muy personal y de una inigualable técnica y sutileza como intérprete, Martínez protagonizará la segunda parte de la sesión doble de este festival con un concierto donde estará rodeada por João Pedro Brandão (saxo y flauta), Pedro Neves (piano) y Carl Minnemann (contrabajo).

Y si el jueves JazzCádiz tiene sesión doble, el viernes vivirá uno de sus días más especiales con la puesta en escena de El carnaval de los animales. Cádiz dentro de una orquesta de jazz. Se trata de una reunión de músicos de Cádiz, unidos al calor de Javier Galiana y Miguel López, en un proyecto de adaptación de la partitura de Camille Saint-Saëns en estilo de jazz. El resultado es la presentación de un trabajo de gran formato para un ensemble mixto numeroso (22 músicos), una orquesta creada con el talento de la ciudad y sus aledaños para la ocasión del 15º aniversario del Festival de Jazz de Cádiz, en una propuesta de producción conjunta.

Es reunión porque el proyecto reclama el regreso, puntual al menos, a su ciudad de tantas figuras del jazz que hoy son habituales de las escenas de ciudades como Madrid, Amsterdam, Barcelona o San Sebastián. De esta forma, con textos de la dramaturga gaditana Ana López Segovia, trabajarán músicos como Carmelo Muriel (flauta/ saxo alto), Pedro Cortejosa (saxo tenor/ flauta), Carlos Ligero (saxo alto), Adriana Calvo (saxo alto), Juanjo Cabillas (saxo alto/ flauta), Miguel López (saxo barítono/ teclado), Manolo Calvo (trompeta), Julián Sánchez (trompeta), Pablo Castillo (trompeta), Alejandra Artiel (trompeta), Miguel Barrones (trombón), Luis Balaguer (guitarra), Nono García (guitarra), Javier Galiana (piano), Juan G. Galiardo (piano), José López (contrabajo), Alejandro Tamayo (contrabajo), Javi Bermúdez (bajo eléctrico/ trombón), Juan Sainz (batería), Malick Mbengue (percusión), David León (batería) y Carlos Cortés (percusión/ batería).

A partir de entonces, se dibuja un fin de semana inolvidable que continúa el sábado con una figura clave del jazz patrio como Antonio Serrano que con su Tootsology muestra a través de su armónica una de las carreras más impresionantes del jazz, la de Toots Thielemans con el que, además, Serrano -también miembro del último grupo del genio Paco de Lucía– tuvo el placer de tocar y grabar.

Serrano, gran inductor de la armónica en el flamenco, viene en formación cuarteto con Pablo Gutiérrez (piano), Toño Miguel (contrabajo) y Esteve Pi (batería).

Y para coronar esta edición de lujo del Festival JazzCádiz, una de las voces más emocionantes del panorama jazz internacional, el portugués Salvador Sobral. El artista -que saltó al gran público en 2017 consiguiendo la puntuación más alta de la historia de Eurovisión- regresará a un festival que no le es desconocido para presentar su último trabajo Bpm. Sobral se acompañará de André Santos (guitarra), Max Agnas (piano), André Rosinha (contrabajo) y Bruno Pedroso (batería).

Lo dicho, un festival que es una oda al buen gusto.

Forum Jazz pone en contacto a alumnas y mujeres profesionales

Completa y variada es la programación del Forum Jazz de este año en el que alcanza su tercera edición pero, entre la oferta de talleres, exposición y clases magistrales nos llama la atención la actividad Las niñas y la música. Inspirando a las músicas del futuro, que se celebra el miércoles 20 en La Bomba. Así, a través de la Fundación Inspiring Girls, y dirigidos a niñas de 13 o 14 años estudiantes de música o interesadas, se organiza lo que se llama unos speed networking, unos eventos dinámicos y divertidos donde las niñas participantes, repartidas en grupos, tendrán la oportunidad de charlar con mujeres profesionales del mundo del jazz pero de diferentes perfiles, que cada 10 minutos irán rotando a otra mesa para que todas las participantes puedan conocer de primera mano su profesión.

Además de esta propuesta, Forum Jazz se inaugura este año el 18 de julio con la conferencia Verdea JazzCádiz. Iniciativas ecológicas en festivales, a cargo de la directora de la cita, Marina Fernández y los promotores de Las Bicis Naranjas.

Al día siguiente Juan Sainz y Malick Mbengue impartirán la clase magistral La Clave Flamenca; otras perspectivas en el tratamiento del lenguaje rítmico flamenco; mientras que el día 21 Julián Sánchez hará lo propio en Nordeste de Brasil y su expansión musical. Y el día 22 tendrá lugar la conferencia on line Jazz en Ucrania, a cargo de Mariana Bodarenko.

Además, en el Baluarte de la Candelaria se celebra desde el miércoles la exposición 15 años de jazz y más y el domingo el concierto didáctico y taller Zopli2 a cargo de Clara Gallardo y Joaquín Sánchez.