Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Crítica de música

Évora y Magallanes culminan el V Centenario en Sanlúcar

  • El Paseo de la Calzada acoge el estreno de la obra sinfónica ‘Magallanes. Réquiem in memoriam’, del compositor José Miguel Évora, que fue seguida por casi 3.000 espectadores

El compositor José Miguel Évora dirige la orquesta en un momento del concierto.

El compositor José Miguel Évora dirige la orquesta en un momento del concierto. / Jesús Marín

Una noche de poniente largo recibió en Sanlúcar la creación de José Miguel Évora: ‘Magallanes. Réquiem in memoriam’.

La explanada de la Calzada sirvió de auditorio para el estreno absoluto de esta obra. Según la organización, alrededor de 2.900 personas llenaron todas las sillas y gradas dispuestas para la ocasión. Aquellos que se dieron prisa en acudir a la oficina de Turismo Local pudieron acceder a las invitaciones gratis que el Ayuntamiento, organizador del evento, dispuso en número de 2.500 y que posteriormente se ampliaron en 400 más, ante la gran demanda que despertó el cartel anunciador.

Al final no hubo carpa, pero eso no significó que el despliegue no fuera potente: un enorme escenario donde la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) en su formato más amplio, junto con dos coros, se pudieron desenvolver cómodamente. Luces y megafonía sin escatimar. Dos grandes pantallas, y asientos para todos. Gala Évora, hija del compositor, de la obra dio la bienvenida con unas breves palabras.

Y el concierto comenzó con los primeros compases anunciando una obra en clave impresionista, utilizando los recursos de la orquesta para describir la aventura de la primera Circunnavegación.

‘Magallanes. Réquiem in memoriam’ no responde a lo que habitualmente se conoce como una Misa de Réquiem, ya que Évora marcó grandes diferencias con el género. Ni las partes que usualmente se desarrollan en una composición de Réquiem estuvieron presentes, ni las que sí lo estuvieron ocuparon el orden que deberían haber ocupado.

En este sentido, lo cierto es que, tanto para profanos como para entendidos, la comprensión de la obra resultó algo difícil. Tampoco ayudó que el folleto impreso que se distribuyó no indicara las diferentes secciones o partes de lo que se iba a interpretar.

Y llegado este punto tengo que aclarar que quien suscribe intentó bajarse justo antes del comienzo el programa a través del código QR que figuraba en dicho folleto, sin conseguir más que un enlace a la web del Ayuntamiento. Sin embargo a la hora de escribir este artículo he vuelto a escanear el código, y ¡oh! maravillas de la técnica, el programa sí está en el dichoso código. Y como tampoco se proyectó nada al respecto durante el concierto en las dos grandes pantallas desplegadas, pues nos quedamos con las ganas... En cualquier caso, creo que el público no se enteró al final de si realmente estaba activado o no el código a la hora del concierto... En fin, las cosas del directo como dicen los de la tele… En cualquier caso, saber y disfrutar son verbos perfectamente compatibles, y en mi opinión cuando las cosas se conocen mejor se las disfruta.

La soprano canaria Tania Lorenzo tuvo una muy destacada intervención. Su voz me pareció clara, dulce y con una excelente técnica canora. Supo sortear una complicadísima partitura que la mantuvo, a mi modo de entender, demasiado tiempo en los agudos, con obligadas bajadas repentinas a los registros más graves, sin pasar por la zona intermedio más cantábile. Muy bien.

El cantaor Manuel Moreno Maya ‘El Pele’ tuvo una intervención con buenos momentos y otros no tanto. También se vio en la tesitura de tener que cantar en las zonas más altas del registro vocal, y a veces luchando con la orquesta, que en ocasiones sonoramente lo sobrepasaba. Abordó el mirabrás, la seguiriya, e incluso las cantiñas de ‘Las Mirri’, una cantiña sanluqueña alusiva al camino entre Sanlúcar y el Penal del Puerto de Santa María.

El Coro Carlos V y la Escolanía Schola Pueri fueron parte esencial del estreno absoluto de la obra de Évora. Muy bien dirigidos por Héctor Eliel Márquez, afrontaron con suficiencia las partes ‘ex novo’ de la composición, y también las partes que Évora extrajo de la misa de difuntos gregoriana. Muy bien.

La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla acudió a Sanlúcar en su formato más grande, y probablemente sea la primera vez que en los últimos años la ciudad de la desembocadura del Guadalquivir haya contado con tan gran despliegue orquestal. La ocasión no era para menos, pues quinientos años de una gesta como la de la Primera Vuelta al Mundo no se celebran todos los días. A mi modo de ver el trabajo de los maestros fue importante, dedicándose con empeño en una composición nada fácil, que no deja muchas concesiones al disfrute y con muy pocos motivos recordables a lo largo de la partitura. En mi opinión, la obra de Évora no consigue sacar el máximo partido al potencial de la ROSS, ya que abusa un poco del unísono de los instrumentos en los ‘tutti’, sobre todo en las cuerdas, lo que a la postre resta riqueza musical a lo que se está escuchando. Tampoco es fácil para una orquesta de esa categoría interpretar una pieza al aire libre, con sonorización por micrófonos. Es evidente que por muy buena que sea la megafonía instalada, que fue el caso, sin embargo no se obtiene el mismo sonido que con el directo orquestal natural, donde cada instrumento puede ser escuchado en su verdadero timbre.

Fue un gran acontecimiento para culminar los actos oficiales del V Centenario de la Primera Circunnavegación en Sanlúcar, lugar de partida y regreso de la expedición de Magallanes y Elcano. Y el objetivo de que el acto fuera en gran formato y pleno de público se cumplió con creces. Otra cosa es que la estética de lo elegido sea o no del agrado del espectador. Pero esta es una cuestión que dejo en manos de cada uno de los que en gran número asistieron al estreno absoluto de ‘Magallanes. Réquiem in memoriam’.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios