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Arte

Espacios de opinión artística, supremos estados de emoción

  • El Festival FACBA21, promovido por la Facultad de Bellas Artes de Granada, se consolida entre los proyectos artísticos más novedosos

‘La zambra de los guijarros’, obra de Fito Conesa.

‘La zambra de los guijarros’, obra de Fito Conesa.

La Facultad de Bellas Artes de Granada, pionera en tantas cosas, tuvo la feliz idea, hace unos años, de reinventar un proyecto que cambiara muchos de los conceptos expositivos y de proyección de lo artístico que, hasta aquel momento, existían en Granada. Se trataba de un programa híbrido donde se fundían, en una sola, muchas de las circunstancias que concurren en las distintas modalidades actuales de proyectos artísticos.

Por un lado, se partía de un antiguo modelo de feria de Arte con una intención menos extensa que las habituales y con unos criterios que acentuaban los postulados artísticos de la propia Facultad y de sus alumnos, para cambiar, en 2016, a un formato más mestizo y cruzado, ‘el festival’. Por otro había un interés máximo en fomentar pequeños proyectos comisariales y de buenas prácticas que dieran cobertura a proyectos de investigación de artistas en colaboración con investigadores, organismos y colecciones patrimoniales de la Universidad y una amplia batería de actividades paralelas para profundizar en las temáticas que, en cada edición se propone, bien sujetos a postulados sabiamente estructurados. También se tenía la intención de aglutinar lo común y compartido de los planteamientos artísticos de otras instituciones ciudadanas y hacerlos corresponder con los propios de la Facultad. Asimismo, se quiso potenciar la programación expositiva interna, con buenas muestras, creadas en el propio seno de la Facultad y con otras propuestas externas seleccionadas mediante convocatoria pública. En definitiva, un cúmulo de pequeñas aportaciones que creaban un todo lleno de calidad, proyección y mucho sentido. La Facultad de Bellas Artes siempre ha tenido un especial dinamismo y, en los últimos años, el apasionamiento y el entusiasmo han alcanzado cotas de verdadera trascendencia.

El año pasado, con todo preparado, la pandemia complicó muchas iniciativas, pero no apagó las ilusionantes proposiciones, ya, comprometidas y las agendas pudieron reprogramarse y celebrarse finalmente el programa expositivo en su totalidad. No obstante, la Facultad de Bellas Artes, que es un mágico cajón de sastre, donde una serie de locos maravillosos se desviven por crear iniciativas, por potenciar esquemas para el beneficio de los alumnos, por motivar la creación… y por abrir el espectro artístico a un nivel de máximos para que los complejos vaivenes del arte estén claros para los estudiantes, de cara a su futuro profesional, ideó nuevos formatos que vinieron para quedarse. De esta manera, sin que los efectos perjudiciales que concurren con el terrible virus y aunque exista un engranaje académico muy limitado, con presencias y ausencias que dejan en suspenso mucho del habitual transcurrir académico, la convocatoria de FACBA 21 del presente curso, bajo el lema ‘Mutatis mutandi’, se ha llevado a cabo con el entusiasmo y la pasión habituales y, de nuevo, un programa de expectante ilusión se ha hecho presente por todo el ámbito ciudadano, con exposiciones, cursos, seminarios, encuentros entre investigadores y creadores, ediciones, especiales proyectos y demás asuntos artísticos habituales hasta conformar uno de los programas más importantes del panorama nacional. Proyecto amplio, distinto, integrador y lleno de trascendencia para que el arte y sus circunstancias traspasen a los ámbitos universitarios y calen en una comunidad ciudadana y académica que va a encontrar en ellos muchas de las experiencias que acontecen en los vastos territorios de la profesión artística.

Para la Sala de la Capilla del Hospital Real, la artista sevillana Gloria Martín Montaño, una de las de mayor clarividencia artística de este arte andaluz en absoluta proyección, ha ideado ‘Propuesta para una colección temporal’, en el que los entresijos más íntimos de la oferta artística se han hecho presentes. Ella que, desde siempre, ha tenido un especialísimo interés por la obra en su espacio expositivo, por los aspectos museísticos del arte y por la propia esencia del continente donde se alberga la realidad material de la pieza artística, ha expuesto algunos de sus trabajos con el concepto metaartístico que ha caracterizado su obra; juntos a ellos, también, se presentan piezas pertenecientes a las colecciones de la Universidad de Granada, así como, los trabajos de una serie de jóvenes que han participado en un taller dirigido por ella y que ha tenido como puntos de reflexión las ideas sobre colección, taller, exposición, museo, copia, almacén…, conceptos que intervienen en ese espacio intimista que existe en el arte y que se encuentra en un segundo plano de toda experiencia artística. 

Si algo ha caracterizado a la Facultad de Bellas Artes de Granada, desde su creación, ha sido la sintonía total con las proposiciones artísticas más avanzadas donde se unifican realidades creativas distintas. En la sala de exposiciones de la propia Facultad se expone el proyecto ‘Anatomía de la melancolía’ realizado por tres jóvenes graduadas en Bellas Artes por la institución universitaria granadina, Ana Marjalizo (Jaén, 1997), María José Rodríguez Pérez (Granada, 1998) y Manuel Senén Ruiz (Alovera, Guadalajara, 1996). La instalación, el audiovisual, la performance, la danza y la música funden sus fronteras para crear un espacio reflexivo donde la emoción humana muestra sus circunstancias a través de un relato interpretativo que plantea los infinitos desarrollos y desenlaces de ese proceso depresivo tan frecuente en nuestra sociedad.

La artista multidisciplinar Cristina Beltrán lleva su proyecto expositivo a la Sala Zaida de Caja Rural. En ‘Láser Turbulenta’ la fotografía experimental alcanza su máxima potestad creando un amplio desarrollo efectista con la luz como concepto y desenlace plástico. El láser posibilita una realidad física con el sonido, la óptica, la espacialidad y la propia fotografía como motivos experienciales para situar lo más íntimo de nuestras emociones.

Alexandra Knie es una artista nacida en Alemania que vive y trabaja en Valencia. Su campo creativo parte de una especie de interactuación entre lo artístico y lo científico. En ese espacio se encuentra el proyecto ‘Bio-embroidery – Etudies of hybrid models’. Valiéndose de plantas y algas del herbario GDA de la Universidad de Granada busca su posible actuación en hilos sintéticos para desarrollarlos en experiencias con el bordado. El proyecto tiene como sede el Centro Cultural CajaGranada, Museo Memoria de Andalucía.

Lo ausente y lo presente son dos argumentaciones válidas para enmarcar el proyecto del argentino, residente en Madrid, Ilán Serruya, ‘Quedará el paisaje’, invitado por el festival a través de su programa de Seminario titulado La Variación Infinita que desarrolla sus contenidos en formato podcast y este año, también, a través de piezas creadas específicamente. En la obra de Ilán Serruya, lo que se ve y lo que se intuye, la identidad, la realidad, lo que está por verse desencadena un espacio reflexivo para encontrar ese imaginario que provoca una realidad ampliamente cuestionada. 

Fito Conesa, por su parte, ha desarrollado un curso con alumnos de la Facultad promoviendo obras de naturaleza sonoras. En este sentido, su proyecto presentado como display en el hall del Guerrero promociona una realidad que aglutina el eco de una zambra y los espacios sonoros y rítmicos provocados por elementos extraídos de la colección mineralógica de la Litoteca de la Universidad de Granada.

El festival continuará con su programación hasta el mes de julio, en sucesivas citas. Próximamente el Centro Lorca acogerá la exposición de la artista Ana María Aránega titulada ‘Tierra que la multitud invade’. En el Centro Cultural Gran Capitán tendrá lugar el proyecto ‘Quimera’ del artista Antonio R. Montesinos; continuándose la programación en el Centro Cultural Damián Bayón de Santa Fe con dos exposiciones simultáneas realizadas por los artistas Fernando G. Méndez, ‘Mesa Be, Mesa Ve’, y Timsam Harding, ‘Habitáculos y Testigos’, para finalizar en el Palacio de los Condes de Gabia con el proyecto del joven artista Carlos Cañadas, titulado ‘Lo que decías/nunca más/rápido/repítelo’.

FACBA21 da un golpe de efecto, aglutina, sin más, distintas proposiciones en torno a los amplios desarrollos del arte contemporáneo y sus múltiples circunstancias. Todo dirigido para crear una ambientación que llegue a todos los estamentos ciudadanos y proporcione distintos espacios de reflexión para que el arte más nuevo desarrolle, desde su propia configuración y especulación, nuevos estamentos de expectación e inquietud, nunca de indiferencia.

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