Elena Santiago: "El olor es tan evocador que te ayuda a enfrentarte a tus recuerdos"
Literatura
La escritora gaditana presenta su segundo libro, los relatos de ‘Alhucema y limón’, este 19 de diciembre en la Asociación de la Prensa de Cádiz
"Al final, siempre volvemos a la infancia"
Cuando en la primavera de 2021 Elena Santiago publicó su primer libro, la novela corta Cuando la marea baja Cuando la marea baja, la recién nacida autora ya avisaba de que “un buen número de relatos” pedían paso para convertirse en su segunda publicación. Año y medio después, Alhucema y limón, que se presenta este 19 de diciembre, a las 19.00 horas, en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz, es una realidad.
“Se trata de 31 relatos, la mayoría historias protagonizadas por mujeres que, a través de las sensaciones olfativas, se reencuentran con su pasado”, descubre la autora que reivindica la capacidad “evocadora” del olor que “llega tan directamente al cerebro” que “te ayuda a enfrentarte con tus recuerdos, tanto los positivos como los negativos”, reflexiona.
Así, son dos placenteros viajes olfativos, el olor de la alhucema y el olor del limón, los que ha elegido Santiago para titular esta obra editada por el sello jerezano Peripecias. “En casa de mis abuelos la alhucema se echaba en los braseros para aromatizar el hogar”, rememora la gaditana que con la flor de lavanda viaja “a momentos agradables” de su infancia, mientras que el aroma a limón la fortalece llenándola “de vida, de energía”.
En cierta manera, también le ocurre un tanto a muchos de los personajes que desfilan por las páginas de su libro, tremendamente humanos, tremendamente honestos, en ese regreso allá donde quiera que les conduce el olor que desata el conflicto.
La creadora no esconde el cariz “autobiográfico”, en mayor o menor medida, de algunos de sus textos. Así, Manuela, nace de la imborrable impresión de la visita que Elena Santiago, junto a un grupo de amigas, hace a la titular del relato tras la muerte de su hija, una querida amiga de la universidad. “Fue en el verano de la pandemia, un verano tan fuera de lugar, en una situación tan fuera de lugar... Las mascarillas, sin poder abrazarnos, que es lo que más necesitábamos, y ver a esa mujer con 97 años, viuda, con su única hija acabada de morir, y en aquella reunión donde la gran ausente era como si estuviera allí sentada con nosotras... Fue tan impactante todo que a los tres o cuatro días tuve que escribir sobre aquello”, reconoce.
También Los jueves con Kirk –donde ficciona sobre un viejo amigo de los años de estudio– o Las alas negras –donde su protagonista hace encuestas por las casas, como las hizo Elena Santiago antes de ser profesora– parten de experiencias personales, aunque su desarrollo “es totalmente de ficción, de Kirk no me acuerdo ni de dónde era, sólo que fuimos buenos amigos, nada más, y en mi etapa haciendo encuestas, afortunadamente, yo no sufrí ningún episodio de acoso”, aclara.
Relatos, al fin y al cabo, salidos de la imaginación de su autora. Relatos que nos reconcilian con el mundo y con nosotros mismos. Relatos escritos durante muchos años, pulidos en este último y vueltos a reescribir por una mujer que cree firmemente que “para escribir hay que ser un gran lector y corregir mucho sobre lo escrito”.
“Soy consciente de que escribo por afición pero es que la palabra nos pertenece a todos. Es lo maravilloso de la literatura, pues para realizar cualquier otra manifestación artística, la pintura o la música, por ejemplo, hay que aprender otro lenguaje, y sin embargo el lenguaje de las palabras lo traemos incorporado”, se congratula la escritora que será presentada en la cita de este lunes por los periodistas Mónica de Ramón y David Gallardo.
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