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Cultura

Dolorean y The Capris ofrecen dos sensacionales conciertos en Campus Rock

  • La banda de Oregón embrujó a un público que no pudo resistirse a la preciosista melancolía de Al James

El segundo concierto de la nueva edición de Campus Rock llenó la fría noche gaditana de sonidos anglosajones, que arrancaron los vítores de un público cálido y entregado que no entiende de temperaturas u horarios cuando se trata de escuchar buena música.

Aunque The Capris asumieron desde el primer minuto su papel de teloneros, no sería justo pasar de puntillas sobre su magnífica actuación, en la que mostraron en apenas 45 minutos unas tablas y un buen gusto poco comunes.

La banda liderada por el risueño Adrian Pitts (guitarra, voz y armónica) ofreció un concierto muy inspirado, repleto de momentos enérgicos, en el que se paseó con éxito a través de diversos estilos musicales como el blues, el rock o el country.

Destacaron temas como Simple Man o una muy lograda versión del Honky Tonk Women de The Rolling Stones, además de la inteligente mezcla de instrumentos clásicos del rock con violín y clarinete.

A las once de la noche, agradecidos por la cálida acogida y la buena respuesta del público, The Capris dieron paso a Dolorean, no sin antes manifestar su admiración por la banda procedente de Portland.

Al James, líder del grupo estadounidense, se personó sobre el escenario acompañado por un guitarra, un bajo y un baterista, y con un breve saludo inició el repertorio con Heather Remind Me How This Ends, perteneciente a su trabajo You Can't Win. Voz melancólica y de timbre precioso, sosiego e introspección, reminiscencias folk y guiños a Neil Young, Elliott Smith o el mismísimo Nick Drake.

Al tercer tema de la noche, tras lanzar un par de piropos a la ciudad de Cádiz, Al James presentó el nuevo trabajo de Dolorean interpretando The Unfazed: más árboles otoñales, morriña y una voz que encandila, que tiene un timbre especial y que es capaz de llenar ella sola una hora y media de concierto.

Poco a poco, los miembros de Dolorean se fueron sintiendo cómodos sobre el escenario (mucho tuvieron que ver los "¡bravo!" que arrancaron al público), y el melancólico Al James agradeció a The Capris su magnífico concierto para luego explicar cómo habían llegado cansados desde Madrid y cómo la belleza de las tierras gaditanas los habían sacado de su cansancio.

El concierto continuó con Jenny Place Your Bets y My Still Life (de Not Exotic y You Can't Win respectivamente), cambiando la acústica por la eléctrica, aunque dejando las mismas sensaciones sobre el escenario. Y la banda pudo haber seguido tocando toda la noche, hasta la madrugada, o hasta el día siguiente, porque la música de Dolorean funciona como una suerte de narcótico dulce que te arranca de tu mundo para transportarte a un bosque melancólico y sosegado en el que te apetece quedarte hasta que te has arrancado todas las tristezas de encima.

Para cuando se despidieron de los asistentes más de uno debió sentir que el bueno de Al se llevaba consigo un poco de cada uno.

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