"Entre 1850 y 1866, Cuba fue el mayor receptor de esclavos"

Mercedes García Rodríguez abrió la última sesión del congreso sobre el tráfico negrero, con la antigua colonia como protagonista

Mercedes García Rodríguez.
Mercedes García Rodríguez. / Ana Golpe
P.V.

Cádiz, 07 de octubre 2017 - 02:09

El destacado peso de Cuba y su importancia en el tráfico de esclavos centró la última jornada del congreso internacional Cádiz en la red del tráfico negrero, que recordaba el bicentenario de la firma del tratado bilateral entre España e Inglaterra para acabar con el tráfico esclavista. El papel de la isla protagonizó ayer la intervención de distintos especialistas, que se acercaron a temas como Pedro Martínez y Compañía, la gran casa de comercio de esclavos en el reinado de Isabel II (María del Carmen Cózar), Semillas y conocimiento en la red del tráfico negrero: Cuba- España-África (Leida Fernández) y Esclavitud y racialización en las Antillas hispanas, siglo XIX (Consuelo Naranjo).

Mercedes García Rodríguez, de la Universidad de La Habana, fue la encargada de abrir las intervenciones de la tarde con una charla sobre el Contrabando de esclavos y la corrupción en Cuba, en un estudio que "forma parte de una investigación conjunta sobre la trata clandestina". Una investigación centrada en el tráfico y las redes de los comerciantes negreros en la zona norte de Cuba: "Los archivos cubanos están muy bien delineados en las embarcaciones que llegaban a la costa sur, pero no tanto respecto a Pinar del Río y las zonas noroccidentales de la isla. Un espacio -explica la historiadora- llena de zonas arenosas pero también con muchos cayos, que hacían imposible el paso de naves de gran calado". Por eso, el tráfico clandestino de esclavos se realizaba empleando embarcaciones menores para llegar a la costa, para lo cual se hacía necesaria la "colaboración de marinos expertos en reconocer los caladeros y escondrijos. Y muchos de estos marinos eran contratados en Estados Unidos". Una vez en tierra, la red de traficantes "empleaba señales de distintos tipos para indicar a los marinos que podían acercarse, faroles, banderolas... tan amplias eran estas redes que implicaban a los soldados destinados en los baluartes". El comercio ilegal de esclavos era "un gran negocio que incluía a pescadores, tesorería, guardias, funcionarios... Los grandes armadores de la época hacían aportaciones de dinero a estas redes en las que movían todas sus influencias, que no eran pocas".

"A pesar de las presiones de Inglaterra, el tráfico de esclavos continuó siendo una realidad y Cuba fue el mayor receptor de esclavos entre 1850 y 1866. En un artículo aparecido en la prensa inglesa, se registraba que en 1850 habían entrado de contrabando en la isla unos 12.000 esclavos. En 1863, más de 14.000. En pocos años, la entrada de esclavos se triplicó de tal forma que, en cinco años, podían contabilizarse casi 50.000 esclavos", confirmó la historiadora.

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