Cultura

El juego de Carmen Moreno de Whitechapel a Baker Street

  • La autora gaditana presenta su novela 'Sherlock Holmes y las sombras de Whitechapel' esta tarde en el café teatro Pay Pay

Bajo sus influjos cayeron Dickens, Poe, Wilkie Collins, Elizabeth Braddon... ¿Qué tenían las solitarias calles del oscuro Londres victoriano que inspiraron, y cuya evocación sigue inspirando, a escritores y lectores de todo el mundo? Por los más bajos fondos del East End, por donde habitan las prostitutas, los fumadores de opio, los huérfanos y los pequeños ladrones se interna también la escritora gaditana Carmen Moreno en su tercera aventura en la novela. Y, esta vez, más aventura que nunca. "Este libro es una novela de aventuras. No busquen una lectura esotérica o filosófica detrás. Es una novela al estilo del mismo Conan Doyle, de Stevenson. Es un juego. Un juego muy divertido". Así lo explica la autora que esta tarde, a las siete y media, presenta en el Pay Pay, y bajo el amparo del Centro Andaluz de las Letras, Sherlock Holmes y las sombras de Whitechapel.

La autora de Principito debe morir rechaza darle trascendencia, pero la obra la tiene. De hecho, su último libro puede presumir de ser "la primera obra escrita en castellano en la que Holmes persigue a Jack el Destripador -existen unas 75 novelas y pastiches que tratan este enfrentamiento- y la primera que este lector conozca en la que Holmes y Conan Doyle unen su capacidad criminológica en una investigación", según explica el crítico Juan Mari Barasorda en un magnífico prólogo que, además, funciona de modesto pero efectivo estudio de todos los aspectos a tener en cuenta antes de sumergirse en este paseo nocturno entre tinieblas, en este ese casi "juego de rol", en busca de la identidad de uno de los asesinos más misteriosos de todos los tiempos.

"Presentamos a siete de los principales sospechosos de los crímenes de Whitechapel sacados de la propia investigación, de los rumores en las calles de entonces y los que la historia ha señalado", adelanta Moreno que propicia que los lectores puedan ver a creador y personaje (Conan Doyle y Holmes) "investigar juntos" además de a otros personajes sherlockianos como el irregular Wiggins o al escritor y crítico Andrew Lang.

Una novela que sigue la estela, y que también es un homenaje, a las novelas de la época. "No se profundiza mucho en los personajes, donde el centro es la aventura, con investigaciones y trucos, claro", define, a grosso modo, la literata y editora del sello Cazador de Ratas. De hecho, una filial de la editorial, Licenciado Vidriera, lanza el libro.

Una novela donde Moreno respeta al "Holmes más canónico". "Es el Sherlock Holmes que conoce todo el mundo. No he querido desvirtuar su imagen, de hecho, era importante que fuera él y que Conan Doyle fuera Conan Doyle. Eso sí, y creo que no destripo, nunca mejor dicho, nada que el lector no sepa si digo que sería uno de los pocos fracasos del detective porque la identidad de Jack el Destripador nunca se supo".

Y es que en Sherlock Holmes y las sombras de Whitechapel, la escritora presenta a los sospechosos y nos cuenta el porqué pudieron ser el asesino y el porqué no. "Que cada uno se quede con la que más le guste... La que tiene más seguidores es la que apunta al príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence y Avondale, pero la que a mí más me gusta es la de los Fenian...", descubre la autora que habla con entusiasmo tanto de las diferentes teorías alrededor del caso como del propio Holmes. "No se nota lo mucho que me he divertido haciendo esta novela, ¿verdad?", ríe.

Porque Carmen ha caído rendida a los rincones tenebrosos del East End pero, también, como generaciones y generaciones, a la personalidad del pintoresco inquilino del 221 B de Baker Street. "Sherlock tiene algo de inmortal, como dice Rafa Marín -quien presenta hoy a la autora- es como Dios porque siempre va un paso por delante tuya. Sherlock está casi fuera de lo humano. Realmente es como un superhéroe, por eso no caduca, por eso siempre nos gusta leer sobre él, escribir sobre él, porque no muere, porque no es humano", concluye.

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