Cada fotografía, cada libro, cada ilustración es un planeta. De todos los que visité ayer quizás me quedaría a vivir en una instantánea en blanco y negro de Pepe Fernández. París, octubre de 1980. María Kodama enfrenta a la cámara en pie con la sonrisa apacible y los ojos fogueando seguridad. Jorge Luis Borges, en primer plano, está sentado y nos da su perfil en el que se dibuja media boca llena de felicidad. De todas las constelaciones, de todos los planetas de este universo borgeano, que se puede visitar en la Casa Iberoamérica en una exposición con motivo de la XXVI Feria del Libro de Cádiz, me quedaría metida en medio de la intimidad de la controvertida pareja. Hay libros al fondo, me parece, acaso los que se exhiben en las vitrinas de esta muestra donde Jorge Luis Borges nos escruta, estrábico, desde las paredes, directo, desde sus libros.

María Kodama se siente, claro está, cómoda en este universo. Mientras Claudio Pérez y Raúl Manrique, comisarios de la muestra organizada por el Centro de Arte Moderno de Madrid, explican a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, cada detalle de este recorrido entre obras, recortes de prensa, ilustraciones y fotografías del escritor argentino, la viuda asiente callada con esa misma sonrisa de París, octubre, 1980.

Un par de niñas, no tendrán más de diez años, fotografían con sus móviles a Kodama. Ella se da cuenta. Se para ante ellas. Y posa. Con la misma seguridad. Con la tranquilidad del universo ya conocido a su alrededor. Tan cómodo gravita cada planeta en el espacio adjudicado en la Casa Iberoamérica, antigua Cárcel Real, que la primera edil anuncia que, a partir de ahora, la sala tendrá el nombre de Jorge Luis Borges. Claudio se siente "agradecido" por contribuir "aunque sea con este granito de arena" al bautizo de este espacio.

Nos movemos con solemnidad, con parsimonia, entre las primeras ediciones de todos los libros del autor de El Aleph. Del cuento hay un apartado especial donde encontramos el número 131 de la revista Sur (donde se publicó la obra por primera vez), la primera edición del libro y un facsímil manuscrito por el literato. Libros de Borges propiedad de Juan Carlos Onetti (con anotaciones del uruguayo) destacan también junto a otros ejemplares de Paul Valerie o de Oscar Wilde procedentes de la biblioteca personal del argentino.

Periódicos como La Nación o La Opinión (años 50-60-70) nos devuelven sus cuentos o la transcripción de las siete conferencias que en el 77 ofreció en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. Sus traducciones de obras de Virginia Woolf y Henry James, a un lado, los libros en colaboración, a otro, y las ilustraciones de Antonio Segui para La hermana de Eloísa y los dibujos de su hermana Norah, colgando de las paredes.

A un lado de una de las columnas, la carta a Jean Andreu del 62 dictada por el autor (ya ciego) a su madre, Leonor Acevedo de Borges. A la vuelta, Borges con máscara de lobo en una imagen que Claudio le tomó después que el literato le contara que apareció de esta guisa en una fiesta de Halloween en Estados Unidos gritando "¡Homo homini lupus!" (El hombre es lobo para el hombre).

El viaje sideral dura toda una vida. Mágica, extraña, insondable. Como el universo.

Raúl Marique: "La base principal de su universo es la lectura"

El director del Centro de Arte Moderno de Madrid, Raúl Manrique, se lo pensó dos veces antes de contestar, pero cuando se lanzó, lo hizo seguro. "¿La base principal del universo de Borges?... Es la lectura". "La lectura de la literatura universal, de su amplísimo conocimiento de la literatura clásica, inglesa, española...", enumeraba con respeto y entusiasmo. "Creo que un escritor, al fin y al cabo, reescribe lo que ha ido leyendo y la gran inteligencia de Borges le permitió reescribir toda esa multitud de lecturas de su vida", concluyó.  

 María Kodama: "Muestra sus diferentes facetas  y momentos"

La viuda de Borges hizo gala durante la inauguración de la muestra sobre el escritor de su inherente magnetismo y misterio. Después de disculparse por el retraso de su avión y dedicar hermosas palabras a sus "amigos" que han organizado "esta bellísima exposición que muestra las diferentes facetas y momentos de la vida de Borges", María Kodama aseguró que hace años, "muchos años", visitó nuestra ciudad "por motivos muy personales". "Estaba deseando volver porque ese encuentro fue mágico. Así que por estas razones, muy personales, la quiero mucho", aseguró.

Claudio Pérez: "Es la versión más grande expuesta hasta ahora"

Claudio Pérez Míguez, uno de los comisarios de la exposición y coordinador del Centro de Arte Moderno de Madrid, parecía satisfecho con el resultado de la muestra en la Casa Iberoamérica. "Ésta es la versión más grande de la exposición que hemos expuesto hasta ahora", reconocía sobre este proyecto que forma parte del llamado Año Borges, una iniciativa del centro que organiza la exposición. El comisario indicó, brevemente, que esta propuesta foto-biblio-hemerográfica y documental está compuesta por sellos, primeras publicaciones, periódicos, fotografías documentales y de reconocidos artistas, entre otros.