Fútbol El Cádiz CF, muy atento a una posible permanencia administrativa

Observatorio de la provincia

Más motor pero aún en el último puesto de la parrilla

  • Las ayudas públicas y los 'ahorrillos' de dos años de contención han devueltola alegría a los concesionarios, pero parece más un acelerón que una remontada

Los concesionarios funcionan en economía, al menos en la crítica actual, como un observatorio meteorológico. Pronosticaron el inicio de la recesión y ahora quieren ser la avanzadilla de la recuperación. El verano, las ayudas públicas del Plan 2000E y esos ahorrillos que se han reunido en los dos últimos años, bien por prudencia o por necesidad, han devuelto la vida al sector del automóvil. Por primera vez en dos años, el semáforo ha vuelto a ponerse en verde para las matriculaciones, que subieron casi un 5% en el tercer trimestre en la provincia y, con seguridad, seguirán aumentando en estos últimos meses del año para apurar los incentivos estatales.

El estímulo ha dado resultado y se espera que los coches tiren del resto del consumo, pero, por ahora, parece más un acelerón puntual que el principio de la remontada. Al menos mientras España siga en el último puesto de la parrilla en la carrera por la recuperación, como han coincidido en colocarla varios organismos internacionales. La razón de esta posición postrera no es otra que la fuerte destrucción de empleo y el martilleante, y aún ilimitado, incremento del paro. En la provincia, la población desocupada se ha mantenido al término del verano en la cota del 26%, pero esta estabilidad no es, esta vez, sinónimo de esperanza, sino que es consecuencia del descenso de los activos. 5.500 personas se dieron de baja del antiguo INEM en los últimos tres meses. Es una tendencia inédita en los últimos años, pero, además, impropia de la temporada estival, cuando, precisamente, los estudiantes y mujeres volvían al mercado laboral en busca de unos ingresos extra procedentes del turismo. Este cambio de comportamiento parece esconder un hecho: la desesperanza ha calado y la falta de expectativas ahuyenta especialmente a los jóvenes, que prefieren refugiarse en las aulas en busca de mejores tiempos.

Este paso atrás, y la incertidumbre por el rumbo de la economía, también han marcado la evolución del consumo. O más bien la involución porque la tendencia absoluta ha sido una contracción clara del gasto y la inversión, y, paralelamente, un crecimiento del ahorro, lógicamente también unido a las restricciones en el crédito. En los dos últimos años, los hogares y las administraciones gaditanos han aumentado un 11% el dinero acumulado en depósitos. En total son 12.702 millones, lo que supone una media por habitante de algo más de 10.400 euros.

Esta capacidad para acabar el mes con un fondo, por modesto que sea, es muy importante por dos razones: porque se produce en un momento de gran desempleo (26,3%) y de problemas de cobertura de las prestaciones; y segundo, porque contribuye a aminorar el alto endeudamiento. Prueba de ello es que la morosidad comercial (aquella procedente de las letras o las tarjetas de crédito) sigue descendiendo. Durante el verano, el promedio de impagos fue de 2.955, un 40% menos que hace sólo un año... Cuando la crisis ya estaba plenamente instalada y se había cobrado las primeras víctimas financieras e inmobiliarias.

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