Después de una importante inversión, a la que siguió la latente crisis económica, se generó una gran deuda en la conservera El Rey de Oros de Barbate, lo que hizo abrir la posibilidad de vender parte de su accionariado a nuevos inversores, presentándose hasta 40 posibles empresarios interesados. Blas Fernando Gracia Abadía era el único que decía que sí a todos los planteamientos que ponían sobre la mesa los herederos de esta centenaria empresa, además de alardear de que representaba los intereses de la empresa Bodegas Iniesta, perteneciente al futbolista del Barcelona, Andrés Iniesta.

La aceptación de esas condiciones y el respaldo que decía tener del grupo Iniesta fue convincente para Aniceto Ramírez, que firmó ante notario la venta de las acciones de la conservera el pasado año.

En una entrevista concedida a Ser La Janda, recogida por Diario de Cádiz, este empresario barbateño exponía que "la deuda era bastante grande, y teníamos que buscar algún inversor para la continuidad de la empresa". "Muchos de los que llegaron parecían serios y después no lo fueron, y éste señor, que parecía serio, porque es un gran estafador, o presunto estafador, nos lo admitía todo ante Notaría, todos los requisitos, todas las cláusulas resolutorias que poníamos". "Nos vendió muy bien la moto de lo de Iniesta, que pertenecía al Grupo Iniesta, un grupo de alimentación que incluía las Bodegas Iniesta, de vinos, y también la almazara de aceite, y que quería formar un grupo de alimentación", según el testimonio de Ramírez.

Así, les convenció, según relata, Aniceto Ramírez, de que Iniesta Fruit, pertenecía al grupo, y la matriz sería Alimentación Iniesta, por lo que "accedimos a él, porque la verdad es que las credenciales que nos aportó nos convencieron" aunque, "eran falsas por supuesto". Ante esa situación se firmó todo ante el notario, con cláusulas resolutorias, "y lo embaucador que era este señor, que aceptamos que comprara la empresa".

Tras haber pasado los dos meses marcados en una de esas cláusulas del contrato de compra venta, como era la de la ampliación de capital, Aniceto Ramírez acudió esta semana a la fábrica para reclamarle "por las buenas" a Fernando Gracia su cumplimiento, ya que "la empresa estaba en una situación crítica de disolución ante la ley mercantil". También había incumplido el compromiso de ponerse al día en el pago de los seguros sociales y Hacienda, ya que ellos habían resuelto esos pagos hasta que vendieron el 6 de noviembre de 2015.

Según Aniceto Ramírez, el nuevo propietario no le quiso recibir en un principio, llegándose incluso a encerrar con llave en su despacho. Después de mucho insistirle, les abrió con la intención de echarles de la fábrica diciendo en todo momento que era suya, "cuando ni siquiera ha registrado su cargo de administrador único en el Registro Mercantil".

Esa situación provocó una trifulca entre ambos, que terminó con la presentación de una demanda en el cuartel de la Guardia Civil, en la que también se expuso que "el falso representante de Iniesta acumulaba a sus espaldas 117 empresas estafadas".