Desescalada en la Sierra de Cádiz

Mr. Matthews, el turista canadiense que prefirió pasar el confinamiento en un hostal de Grazalema antes que regresar a su país

  • El estado de alarma le pilló en la Hospedería Casa de Las Piedras y ahí sigue dos meses y medio después

  • La propietaria del establecimiento le ha estado llevando la comida a diario

Caty García, en la entrada de la Hospedería Casas de las Piedras de Grazalema, donde un turista canadiense ha pasado todo el confinamiento.

Caty García, en la entrada de la Hospedería Casas de las Piedras de Grazalema, donde un turista canadiense ha pasado todo el confinamiento. / Fito Carreto

La vida siempre consiste en elegir, en tomar decisiones una tras otra. Y a veces se acierta, otras se falla y la mayoría de las veces te quedas sin saber si has tomado el camino correcto. Y también hay veces que tienes que elegir en el momento y en el sitio en el que menos te lo esperas. Si no, que le pregunten al turista canadiense a quien el estado de alarma le pilló el 15 de marzo de descanso en una hospedería de Grazalema. Y cuando la dueña le comunicó que se veía obligada a cerrar el negocio, él tomó su decisión y prefirió pasar toda la cuarentena en su habitación de este hostal antes que regresar a su país. Y todo invita a pensar que no se ha arrepentido de su decisión, más que nada porque hoy, casi dos meses y medio después, ahí continúa. Como si de un confinamiento a la carta se tratara.

Es curioso. Todos los medios de comunicación llevan desde marzo contando historias de españoles en general y gaditanos en particular que pedían ayuda a las administraciones españoles para poder regresar a nuestro país desde los lugares más recónditos del planeta en los que se encontraban. Y resulta que aquí al lado, en el corazón de la Sierra, un turista extranjero elegía Grazalema para su reclusión.

Llegamos a la Hospedería Casa de las Piedras, ubicada en la calle del mismo nombre, pasadas las 14.30 horas del miércoles. Un vecino de Grazalema nos ha contado la historia del canadiense y la propietaria del hostal, Caty García, nos la ratifica de cabo a rabo. "Mr. Matthews suele venir a Grazalema todos los años. Viene solo y aquí se pasa una semana, porque dice que le encanta todo esto. Y estando aquí fue cuando estalló la crisis sanitaria, la cuarentena y el estado de alarma. Y, claro, tuve que comunicarle que me veía obligada a cerrar la hospedería y que con todo el dolor de mi corazón tenía que marcharse. Y fue cuando me preguntó si podía quedarse aquí, porque decía que en Canadá hacía mucho frío. No pude negarme", relata Caty García con mucha satisfacción.

Preguntamos si podemos hablar con Mr. Matthews, pero la propietaria de la hospedería, sabedora de que su cliente está a estas horas descansando, prefiere no molestarle "además de que habla muy mal el español", apostilla.

El pasado miércoles fue el día en que Caty García eligió para hacer limpieza a fondo en su hospedería tras dos meses y media de clausura forzosa. Su idea era abrir el negocio dos días después, y había que ponerse manos a la obra para dejarlo todo a punto. Por eso el turista canadiense ha tenido que estar toda la mañana dando vueltas por el pueblo, hasta que acabó la limpieza. Y ahora toca descansar, que el sol y el silencio que hay en el pueblo invitan a ello.

La Hospedería Casa de las Piedras tiene 16 habitaciones, aunque el negocio cuenta además con otros seis apartamentos ubicados en otro edificio. Y, como es lógico, ambos establecimientos han tenido que estar cerrados a cal y cano durante toda la cuarentena. La única que ha estado entrando a diario durante estos dos meses ha sido Caty García, que accedía a la hospedería para llevarle la comida a su cliente tan singular. De lo que cocinaba en su casa siempre le apartaba algo a Mr. Matthews. Y también se encargaba de lavarle la ropa, las sábanas y las toallas.

Así ha sido hasta hace pocos días, cuando han empezado a abrir los primeros bares de Grazalema coincidiendo con la entrada de la provincia en la fase 1 de la desescalada. "El hombre es muy correcto y muy educado y hace unos días me pidió por favor que ya no le trajera más la comida, que prefería comer fuera para no darme más trabajo", sigue explicando Caty García.

Nadie sabe cuánto tiempo más permanecerá Mr. Matthews en la Sierra, pero mucho está tardando el Ayuntamiento de Grazalema en tener un detalle con este turista canadiense que ha demostrado con creces su fidelidad y su cariño a este pueblo.

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