A poniente todo sigue igual
Un día después de recibir el Premio Nacional de Gastronomía, Ángel León cambia el traje de chaqueta por el delantal para continuar creando
Sólo un día después de recibir en el Casino de Madrid el premio Nacional de Gastronomía 2012 que le acredita como mejor jefe de cocina del país, Ángel León regresó a su casa, a su restaurante Aponiente, soltó el galardón, se despojó del traje de chaqueta, se puso la ropa de faena y comenzó a trabajar como si fuera un día más, como hizo cuando obtuvo su estrella Michelin, con naturalidad, sin estridencias, con la conciencia tranquila, orgulloso pero sin perder de vista la tierra que pisa. Cocinar, crear, servir y servir, regalar experiencias, y servir, colocar manteles, y cuidar que todo esté perfecto para los clientes, para que ese mundo mágico que ha creado a pocos metros de ese mar que adora continúe en el lugar divino que ya ocupa en las guías gastronómicas más prestigiosas del mundo.
A su alrededor, su equipo, ese que él denomina mi tripulación, está feliz de ver al patrón de vuelta, al hombre que guía el timón con mano firme en un mar lleno de competencia pero donde se premia la calidad, la originalidad, el estudio y la utilización de productos desconocidos para la gran mayoría, pescados humildes que después de pasar por sus diestras manos se convierten en manjares, como las lisas de estero, a las que llegan a alimentar especialmente para que se conviertan en una delicia que se puede probar en Aponiente, un restaurante que ayer parecía más un plató de televisión por la presencia de numerosas cámaras de cadenas nacionales dispuestas a captar al mago de los fogones, al denominado Chef del mar en plena marea creativa, al único capaz de sacar todo el sabor a las algas y al plancton marino, con los que consigue crear asombrosas salsas o embutidos que te obligan a cerrar los ojos.
"Aún no me lo creo", acierta a decir Ángel, que regresó ayer a El Puerto de Santa María con la satisfacción de haberse impuesto a otros grandes cocineros, como Mario Sandoval, jefe de cocina del restaurante Coque y al valenciano Ricard Camarena, que el próximo lunes también estará en la provincia invitado a unas jornadas de las Bodegas Barbadillo en Sanlúcar, donde ofrecerá una ponencia junto a otros colegas.
El Premio Nacional de Gastronomía es un espaldarazo más para Ángel León pero también para toda la cocina sureña, porque algo que siempre ha defendido el cocinero gaditano es la calidad de los productos de la zona. "Aún tenemos muchas cosas por hacer en Aponiente", dice Ángel, que se muestra satisfecho con lo que ha conseguido desde ese rinconcito marinero que ha conseguido atraer la mirada de los amantes a la gastronomía de todo el planeta. Como dato baste decir que el New York Times incluyó a Aponiente en la lista de los 10 restaurantes más recomendables del mundo. Ahí es nada.
Ayer, Enrique Moresco, alcalde de El Puerto, lo felicitó públicamente por el galardón obtenido, que recogió de manos del ministro de Industria, López Soria, y manifestó su enorme satisfacción porque se reconozca a Ángel León como el mejor Jefe de Cocina del país, "lo que sin duda redunda en beneficio de la ciudad de El Puerto de Santa María, cuyo nombre está estrechamente ligado al conocido como chef del mar".
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