Las organizaciones humanitarias de voluntarios llegan hasta donde no llega la Junta. El caso de Rachid es el ejemplo. "Miles de menores fueron enviados de manera clandestina a las costas españolas antes de la crisis por sus familias y ahora se nos están haciendo mayores. Faltan recursos para ellos y la Administración ya no se siente responsable", explica Michel Bustillo, de la Asociación Hogar La Salle Jerez. Es, en definitiva, como si a nuestros hijos, una vez cumplidos los 18, les abriéramos la puerta de casa y le dijéramos ahora el mundo es tuyo.

La Asociación Hogar La Salle Jerez, la que de momento cuidará a Rachid durante su difícil recuperación, nace para dar respuesta a jóvenes en riesgo de exclusión social y uno de sus coordinadores, Manuel Muñoz, reconoce que entre esos jóvenes los ex tutelados son los más numerosos.

La organización cuenta con el apoyo de la obra social de La Caixa y está formada por un equipo multidisciplinar compuesto por una psicóloga, una mediadora intercultural, una trabajadora, educadora social y pedagogo.

"Tenemos actualmente dos programas en acción. Uno es un centro de día, donde trabajamos con talleres educativos y de búsqueda de empleo y, entre los que se incluye, por ejemplo, clases de español para inmigrantes. También en este centro existe la línea psicoterapéutica, donde llevamos un seguimiento de jóvenes y familia para dar respuesta a la problemática que les rodea. El segundo programa es en el que se enclava Rachid, un hogar de emancipación, donde residen jóvenes mayores de edad ex-tutelados por la Junta de Andalucía, donde trabajamos con ellos de una forma integral para alcanzar con éxito los objetivos establecidos en su Proyecto Educativo Individualizado, y donde juega un papel fundamental la colaboración de otras entidades y empresas para la inserción socio-laboral, ese empuje tan necesario para ellos y para su paso a la vida adulta y de una forma autónoma", afirma Muñoz.