180.010 gaditanos sin empleo. Es la cruda realidad. Pese a planes estatales, autonómicos y provinciales puestos en marcha sin descanso en los últimos años, nada parece dar resultado. Los principales actores implicados en este asunto (políticos, sindicatos y empresarios, además de la Universidad) parecen tener claro que el camino para dar un vuelco a la situación pasa por la innovación y los nuevos yacimientos de empleo. Así lo expusieron en el reciente encuentro celebrado por Diario de Cádiz. Sin embargo, cambiar la mentalidad empresarial e industrial en una provincia históricamente ligada a determinados sectores productivos parece difícil.

El paro se ha convertido en uno más de la familia (de hecho, hay muchas en Cádiz en la que todos sus miembros están sin trabajo) y puede caerse en la relajación de sentirlo como algo propio, acostumbrarse a ello.

Desde que estalló la crisis y hasta la fecha, los datos oficiales no dejan lugar a dudas. El paro ha escalado mes a mes y lejos queda aquella etapa en la que el paro bajaba en todas las comarcas gaditanas. Hoy, la sociedad reclama soluciones y nadie parece encontrarlas.

· Atendiendo a las estadísticas, parece difícil. Desde el mes de febrero de 2007 hasta el último dato oficial de paro registrado, febrero de 2011, el desempleo ha crecido en la provincia un 73,8%: hoy hay en la provincia de Cádiz 77.304 parados más que hace cuatro años. Sin embargo, la evolución, pese a que el número de gaditanos sin trabajo sigue creciendo, dice que ese crecimiento va a menos. De lo que no cabe duda es de que el año 2009 fue nefasto para Cádiz (como para el resto de España). En esos 12 meses todo fue a peor en la provincia y desde entonces no se ha conseguido recuperar.

No obstante, volviendo a los datos del Ministerio de Trabajo, el paro creció entre 2007 y 2008 en 8.791 personas; entre 2008 y 2009, en 41.027 personas; entre 2009 y 2010, en 19.033 personas, y entre 2010 y 2011, en 8.453 (siempre teniendo como referencia el mes de febrero). Si se recurre a la simple matemática, se deduce que la reducción en el aumento del paro desde 2009 hasta ahora se ha producido en orden del 50% menos cada año. De continuar así, se podría llegar a febrero de 2012 con otra reducción del 50% sobre los datos de 2011, esto es, en torno a 4.000 desempleados más. Eso supondría que en esa fecha venidera, Cádiz tendría alrededor de 186.000 parados.

· Los cinco sectores en los que se basa la estadística han sufrido un espectacular aumento del paro en la provincia desde 2007. Sin embargo, el que ha visto un mayor incremento ha sido la construcción.

En los últimos cuatro años, el aumento del paro en la provincia en este campo ha sido del 181,9%: en 2007 había 13.300 desempleados y en febrero pasado, casi llegaba a los 38.000. Sin embargo, ha sido el único sector que ha reducido sus parados en el último ejercicio: de 2010 a 2011, en Cádiz hay 1.257 parados menos en este campo laboral. Todos los demás siguen creciendo.

Otro vital para el crecimiento económico de la provincia, la industria, ha experimentado en estos cuatro años un incremento del 85,6% en el número de parados (hoy tiene 6.600 más que en 2007). Sin embargo, también en el último año ha frenado casi drásticamente la sangría laboral, con sólo 47 parados más entre 2010 y 2011.

¿Cómo se entiende entonces que el paro siga subiendo? La respuesta la tienen los sectores servicios y sin empleo anterior. Entre ambos, en la horquilla temporal que aquí se analiza, han sumado a la provincia un total de 45.332 personas sin empleo (el 58,6% del total incrementado).

· En 2007 se produjo un hecho sin precedentes en la provincia de Cádiz. El cierre de la fábrica de Delphi en Puerto Real llevó a todas las administraciones (estatal, autonómica, provincial y locales) a hacer un frente común para, como aseguraron entonces, "hacer de la crisis una oportunidad".

Se anunció la creación del Plan Bahía Competitiva, se pusieron en marcha las ayudas de la Orden de Reindustrialización del Ministerio de Industria, se anunció la "inmediata" puesta en marcha de Las Aletas y comenzaron a inyectarse ayudas con cargo a los planes E, Menta y Proteja, que fomentaban la contratación en los municipios.

De todas estas apuestas, sólo las contrataciones temporales de los planes mencionados en última posición consiguieron crear puestos de trabajo, claro que de forma eventual. Sobre Bahía Competitiva, llama la atención que de todas las empresas que la Junta fue anunciando sucesivamente, sólo una, Gadir Solar, está funcionando con una plantilla fija. La otra, Alestis, con participación de la propia Administración autonómica, de momento sigue cerrada.

Hay que incidir en un hecho: fue la propia Junta, y no las empresas, la que anunció la instalación de todos aquellos negocios que después, uno tras otro, se fueron al traste en su mayoría por problemas de financiación. Y todo pese a que, en algunos casos, consiguieron subvenciones estatales y autonómicas.

En cuanto a la Orden de Reindustrialización del Ministerio de Industria, este periódico ya publicó un balance de los resultados: más de 400 millones de euros en ayudas dirigidas al sector industrial de la provincia, que en estos cuatro años tiene 6.600 parados más.

· El desempleo en estos cuatro años ha aumentado un 73%, mientras que la población activa lo ha hecho un 5,74%. Es decir, en el último trimestre de 2010 había 30.700 gaditanos más en edad de trabajar que en el último trimestre de 2007. Entonces eran 534.100 personas y, en diciembre de 2010 (último dato publicado al respecto), era de 564.800 personas.

· Lo datos son rotundos. Según los datos de Trabajo, el año 2007 finalizó en la provincia con 14.644 contratos indefinidos realizados y 503.723 de carácter temporal. El año 2010 ha acabado con 9.249 contratos indefinidos formalizados y 397.097 temporales. Tampoco la evolución en afiliación a la Seguridad Social ha mejorado. En estos cuatro años hay 39.683 afiliados menos: de los 389.690 de febrero de 2007 se ha pasado a los 350.007 de febrero pasado.

· Desde la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), el discurso es idéntico desde hace varios años, con la única diferencia de que conforme pasa el tiempo, los números varían. Su presidente, Miguel González Saucedo, no para de asegurar que en la provincia de Cádiz hacen falta alrededor de 30.000 nuevas empresas para conseguir paliar el desempleo de las distintas comarcas.

El problema es que, lejos de que esta petición reciba algún aliento de esperanza, la realidad, de nuevo, choca con ese reclamo.

No sólo no se crean nuevos negocios, sino que en el último año han sido miles los que han tenido que cerrar sus puertas. Ahí están los datos del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, que cada semana ve aumentar el número de empresas declaradas en concurso de acreedores por no poder hacer frente a sus deudas.

El secretario general de los empresarios gaditanos, Javier Sánchez Rojas, también fue muy claro en su previsión (en una entrevista concedida a Diario de Cádiz). Con los datos en la mano, los negocios de la provincia no iban a poder contratar a nadie. El objetivo es, simple y llanamente, poder sobrevivir. Además, aseguran que, a falta del siempre esperado parque industrial de Las Aletas, hay suelo suficiente en la provincia para instalar nuevas empresas; lo que faltan son emprendedores, nuevos negocios que decidan invertir.

· De momento, nada. El presidente de Unicaja, Braulio Medel, lo aseguró de forma tajante en su reciente conferencia pronunciada en unas jornadas en la Diputación. Las medidas adoptadas por el Gobierno no sirven para que fluya el crédito, ni a empresas ni a familias. Ocurre que, precisamente, esa es la principal exigencia del mundo empresarial: que los bancos "abran el grifo" para poder recurrir a préstamos que den un respiro a la liquidez. Si la previsión financiera es que no sólo no habrá créditos sino que, además, subirán los tipos de interés, el círculo vuelve a cerrarse.

Claro que ese, especialmente, ha sido uno de los problemas que ha llevado no sólo a Cádiz, sino a todo el país, a esta situación: vivir por encima de sus posibilidades, a base de créditos que amortizar a largo plazo. Deuda sobre deuda que ahora toca pagar.