Ha costado pero la borrasca 'Efraín' terminó echando una mano. Los pantanos de la provincia de Cádiz logran terminar el año con un balance positivo, y eso cuando aún queda una semana para decir adiós definitivamente a 2022.

Los embalses de la provincia se encuentran este fin de semana de Navidad con 27 hectómetros cúbicos de agua más que lo almacenado hace justo un año según los datos que suministra el Sistema Automático de Información Hidrológica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas y Cuencas de Guadalete-Barbate.

La evolución de las reservas hídricas en la provincia, y en buena parte de Andalucía, ha estado marcada por el signo negativo, tanto que el temor a la sequía y a sus restricciones ha protagonizado buena parte del año. A mediados de agosto los pantanos gaditanos ya estaban por debajo del 30% y siguieron perdiendo agua hasta llegar al mes de diciembre, cuando se situaban ya por debajo del 25%. En verano en el Parlamento de Andalucía ya se hablaba de "sequía estructural" y se conminaba a los diferentes partidos políticos a arrimar el hombro ante una cuestión que "no era política, sino social y económica". "La sequía se debe abordar como una política de estado, dejando a un lado la ideología", argumentaba en aquel momento la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, al tiempo que pedía al Gobierno central celeridad en la ejecución de obras que son vitales para la comunidad en este sentido.

La situación fue tal que en agosto ya se producían incluso cortes de suministro de agua, aunque ninguno de ellos llegó a la provincia de Cádiz. En Málaga, por ejemplo, con el embalse de La Viñuela por debajo del 13%, algunos ayuntamientos establecieron restricciones en las duchas de las playas (en Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga), en horario nocturno (Antequera) y hubo agricultores que incluso tuvieron que despedirse de parte de sus plantaciones de aguacates para salvar el resto. Así las cosas, el país encaraba el mes de septiembre con un 35% menos de agua embalsada y el sur en alerta: la zona del Campo de Gibraltar, por ejemplo, llegó a estar muy cerca de la emergencia.

La llegada del otoño, con una situación meteorológica más propicia para las lluvias y el fin de los regadíos del verano, planteaba un futuro algo mejor que fue empañado rápidamente por la ausencia de precipitaciones continuadas en el tiempo.

Con la situación de los pantanos gaditanos todavía en negativo respecto al año anterior, llegó diciembre con una sucesión de temporales de lluvia en Cádiz que llevaran a algunos expertos a calificarlo como el mes de diciembre más lluvioso en la provincia desde 2009. De hecho, este mes de han batido récords históricos: por ejemplo, Grazalema fue el municipio con más lluvias a nivel mundial a mitad del mes.

De todas estas todas estas borrascas, 'Efraín' sirvió para darle un vuelco a los embalses gaditanos. En apenas 15 días, el conjunto de todos ellos lograban recuperar más de la mitad del agua perdida durante todo el año. Este temporal dejó los pantanos al 27% de su capacidad, pantanos que vuelven a estar por encima del 30% en esta última semana del año.

Cádiz tiene hoy por hoy 551,80 hectómetro cúbicos acumulados en sus reservas, 27 hectómetros más que hace justo un año. ¿Es sufuciente este agua para dejar atrás la sequía? Según la Agencia Estatal de Meteorología, aunque el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre de 2022 hasta este 22 de diciembre está un 6% por encima del valor normal correspondiente a dicho periodo, se encuentra por debajo de la media en el caso concreto de Andalucía. Las lluvias de este mes sí han ayudado a mitigar la sequía pero las acumulaciones siguen lejos de alcanzar la media del decenio, según datos facilitados por el Ministerio de Transición Ecológica.