Fernando está a punto de cumplir los 18 años de edad y es el mediano de tres hermanos. Tiene una minusvalía del 99%, es decir, se encuentra prácticamente en estado vegetal y está valorado como dependiente en grado máximo. A pesar de su incapacidad, Fernando tiene conciencia de todo lo que ocurre a su alrededor y disfruta de los viajes que realiza en la autocaravana acompañado de sus amigos y de su familia .

Carmen y Fernando compraron hace 7 años una autocaravana para poder viajar junto a su hijo con la mayor seguridad y comodidad posible, ya que su estado de salud les obliga a transportar aparatos médicos de urgencia (aspiradores de secreción, nebulizador), silla de ruedas, medicamentos y alimentación especiales y multitud de instrumentos. Todo para poder atender y socorrer a Fernando cuando lo necesite, favoreciendo con todo ello su calidad de vida en condiciones de igualdad con la sociedad. "Se trata de una ambulancia particular", cuenta Carmen.

Es por ello por lo que decidieron invertir más de 60.000 euros en un vehículo así. "Pago unos impuestos altísimos por esta autocaravana y tengo derecho a estacionar en un parking público", señala la madre.

Fernando y sus padres han viajado por toda Europa sin problemas y sin embargo ya han tenido dificultades para estacionar en los aparcamientos públicos de varias playas gaditanas. De hecho, el padre de este niño ha estado a punto de ser detenido en varias ocasiones: primero en El Palmar y después en Tarifa. Pensaron que en Zahara de los Atunes no se encontrarían con el mismo problema. "Es un sitio seguro y en caso de problemas, el cuartel más cercano está próximo a la playa", comenta Carmen.

Pero de nuevo les ocurrió. El 31 de julio a las 10 de la mañana la Policía Local les informa de que ese mismo día el Ayuntamiento va a instalar controles de gálibo en el parking de acceso a la playa, con lo cual la altura y el ancho de su vehículo no se ajustaría a los límites y tendrían que marcharse de allí. Según la madre, durante algunos años vienen siendo molestados en distintas localidades del litoral gaditano por estacionar con su autocaravana en este tipo de aparcamientos y en varios de ellos se están implantando elementos de limitación de acceso. "Dicen que el motivo es que ocupamos demasiado espacio", declara Carmen.

Cabe destacar que la autocaravana está debidamente identificada con la tarjeta que lo autoriza como un vehículo destinado a personas de movilidad reducida, y ese día se encontraba ocupando una plaza designada al aparcamiento de minusválidos.

Seguidamente explicaron a los agentes que estaban debidamente estacionados acogidos a la Ley de integración y accesibilidad para discapacitados con movilidad reducida. "Los agentes fueron correctísimos, vieron a mi hijo, entendieron la situación y nos facilitaron el número del juzgado de guardia. Incluso al día siguiente vinieron a visitarnos para ver como iba todo", asegura Carmen. La pareja de agentes se puso en contacto radiofónico con su superior para informar de la situación, y según Carmen, el mando les contestó: "que se vayan a los aparcamientos del centro del pueblo, que también están habilitados", e insistió en que se marcharan.

La patrulla informó al mando de que no les exigirían desalojar el parking y que los padres de Fernando seguirían cauces legales. Y así fue. Carmen y Fernando acudieron al cuartel de la Guardia Civil más cercano e interpusieron la denuncia contra el ayuntamiento de Zahara.

Los agentes de seguridad de este municipio decidieron desde el primer momento prestar apoyo a esta familia. "El sargento se interesó muchísimo por nosotros", comentaba Carmen agradecida y el propio comandante asegura que tienen todo el apoyo desde la Policía Local y la Guardia Civil.

Según la alcaldesa de Zahara de los Atunes, María Luisa Ruíz , "el problema es que cientos de comerciantes nos exigen diariamente zonas para aparcar, ya que en esta época del año, Zahara reúne alrededor de 60 caravanas al día en estos aparcamientos." E insiste en que además de un camping, a escasos 100 metros del lugar donde se instalaron Fernando y sus padres, existe otro parking en mejores condiciones adecuado para el estacionamiento de este tipo de vehículos y con pasarelas de acceso a la playa. Pero el aparcamiento del que habla María Luisa pertenece al término municipal de Tarifa.

La actitud de determinadas administraciones crea malestar e impotencia a este tipo de familias. Carmen considera peligrosa la implantación de estos topes de gálibo en espacios públicos de entrada a la playa, ya que impiden el acceso de los vehículos de emergencia cuando unos segundos pueden resultar vitales.