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Provincia de Cádiz

La noche más cálida... y oscura

  • El Grupo Operativo de Apoyo y Prevención de la Policía Local de Los Barrios entra en los clubes de alterne en un dispositivo especial Armas y drogas, objeto de la acción policial

Dicen que noche hay más de una. Las hay apacibles, cálidas; y otras que no lo son tanto. Las que se viven en los hoteles o clubes de alterne, en los que se dan cita hombres y mujeres, están revestidas de calidez. Al menos eso es lo que anuncian las luces de neón de sus fachadas, pero es una calidez falsa, que se desenvuelve en un escenario superficial, con actores que apenas intervienen unos minutos, y desaparecen.

El Grupo Operativo de Apoyo y Prevención (GOAP) de la Jefatura de Policía Local de Los Barrios conoce bien este guión. Con la presencia en el municipio de varios hoteles de este tipo, una de las funciones que tiene asignadas este grupo es la de diseñar y desarrollar dispositivos de vigilancia en locales de concurrencia pública conflictiva, que es como la policía los tiene catalogados.

La muerte de un joven por atropello el pasado 20 de noviembre a las afueras de un bar dedicado al streptease provocó la puesta en marcha de una operación policial contundente y efectiva por parte del GOAP. El factor sorpresa es de vital importancia en este tipo de operaciones, y solo quienes aprueban este dispositivo lo conocen de antemano. Evitar posible filtraciones resulta fundamental para garantizar el éxito.

La noche en que este dispositivo se llevó a cabo, hace unas semanas, comenzó en la sede de la Jefatura de la Policía Local barreña, donde, minutos antes de salir, los miembros del GOAP y los componentes de la patrulla de Seguridad Ciudadana que esa noche les sirvieron de apoyo dieron los últimos retoques a la operación policial.

El responsable del grupo, Daniel, explica al resto de agentes cuál es el plan de la noche. Los locales de alterne a los que el GOAP acudirá son Platinium, La Fontana, Los Lagos, Show Paradise y Cuba Bar. Todo está diseñado al milímetro: el recorrido, la forma en que se accederá a los locales, el lugar que ocupará cada uno de los policías una vez dentro, y el papel de los miembros de la patrulla de Seguridad. Todos conocen perfectamente la disposición de los locales y dónde están ubicadas sus entradas y salidas. Cada agente sabe qué trabajo va a realizar su compañero.

¿Qué buscan? Fundamentalmente drogas y armas, muy habituales en los clubes de alterne, que suelen ser utilizados por traficantes para cerrar o celebrar un acuerdo. Los agentes de policía no encontrarán impedimento alguno para acceder a estos locales porque tienen competencia para ello. Sus encargados colaborarán sin oponer resistencia alguna.

Todo está preparado, pues, para iniciar el dispositivo. Tras la reunión previa en la Jefatura, el GOAP se dirige al furgón en el que tienen almacenado todo el material necesario para afrontar la operación. Para este servicio especial, además del material habitual, como pistola o grilletes, los policías salen protegidos con cascos, chalecos antibalas y anticuchillo, defensas y detector de metales.

"Todo está perfectamente engrasado y entrenado. Los locales los conocemos a la perfección y el cometido de cada uno de nosotros está muy definido", cuenta Daniel, responsable del equipo, mientras el vehículo policial ya está en marcha. Hasta la colocación de los policías en binomios dentro del furgón está previamente establecida.

El GOAP tendrá que actuar con rapidez. Nadie les espera, pero en cuanto sean vistos en el primero de los locales, las chicas que los frecuentan empezarán a informar, por teléfono, a las compañeras que se encuentran en las discotecas del resto de hoteles.

El primero de los locales de alterne al que llegan los agentes del GOAP es el Platinium. La maniobra es muy rápida. En apenas un minuto, el furgón aparca rápidamente en la puerta, la patrulla de Seguridad obstaculiza con su vehículo la entrada y salida del garaje, y acceden al interior en columna de a uno. El Platinium es solo el inicio de la noche, pero la secuencia será la misma hasta completar el dispositivo.

Una vez dentro, cada uno de los policías que compone el grupo toma posición. Daniel advierte, en voz alta, de que se va a efectuar una inspección policial. Ordena apagar la música y encender las luces; y pide a hombres y mujeres que se coloquen juntos, y por separado. Cada grupo en un lugar del local.

La escena es muy similar en todos los clubes de alterne que visitan esa noche. Hombres y mujeres -ellas semidesnudas- compartiendo una copa repartidos por diferentes puntos de la barra de la discoteca, o en pequeñas mesas repartidas por la sala. Televisores de plasma colgados en la pared -con escenas eróticas en unos, y el canal Nova en otros-, quedan en silencio a pesar de que ya no se oye música. Un ambiente tenue y rosado, por el efecto de las luces, lo llena todo.

Separados hombres y mujeres, los agentes piden a los primeros que se vacíen los bolsillos y declaren si llevan armas o drogas. El perfil del usuario de este tipo de locales es muy variado. Extranjeros y nacionales, tanto jóvenes como hombres de mediana edad. Algunos de ellos con antecedentes por robos o tráfico de drogas.

A las chicas, de entre 20 y 30 años, se les pide que enseñen el bolso. Aunque la mayoría son extranjeras, su situación legal es competencia de la Policía Nacional, por lo que el GOAP solo les requisará droga, en caso de que la lleven. A una de ellas se le intervino un pequeño punzón. Según dijo, lo utilizaba como mondadientes.

Como ya adelantó Daniel, el consumo de drogas en estos lugares es muy habitual. Incluso suele ser objeto de compra y venta entre mujeres y hombres. Tanto ellas como ellos, siempre llevan la cantidad justa para no ser detenidos por tráfico ilegal.

Acceder a locales de este tipo, con numerosas personas, exige el empleo de tácticas destinadas a controlar a quienes, por hallarse en un colectivo, podrían provocar un altercado mayor. Cuando se detecta a alguien que sigue este patrón, los agentes lo separan inmediamente del grupo para impedir comportamientos más difíciles de afrontar. El operativo siempre se lleva a cabo siguiendo los principios básicos de proporcionalidad, congruencia y oportunidad. Durante la actuación, los agentes que no están identificando o cacheando a los clientes, apenas intercambian palabras con ellos y, solo cuando es estrictamente necesario, les solicitan que saquen las manos de los bolsillos, o las mantengan en la cabeza. Aunque el dispositivo policial se realiza siguiendo el mismo procedimiento en cada uno de los locales, el ambiente que se vive en los bares de alterne es diferente al de los establecimientos dedicados al streptease.

Son por lo general más pequeños, con plantas superiores, y con una estética parecida en cuanto a iluminación y mobiliario, aunque con nuevos elementos como las cachimbas, algunas de ellas con forma de kalashnikov. Las identificaciones que se realizan a lo largo de toda la noche advierten de que algunos de sus usuarios -con grandes cantidades de dinero encima- ya tienen antecedentes por drogas o robo. "Este es el público más habitual", cuenta Daniel.

Así lo ponen de manifiesto las sustancias intervenidas: hachís, cocaína, marihuana y MDA. Cuarenta denuncias por drogas y tres por armas blancas: punzón, navaja y un cuchillo de 20 centímetros de hoja que un hombre llevaba atado a su pierna.

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