Sucesos

El narcotráfico declara la guerra al Estado en Cádiz

Droga y armas incautadas tras una operación en el Campo de Gibraltar.

Droga y armas incautadas tras una operación en el Campo de Gibraltar.

El narcotráfico ha declarado la guerra al Estado. Lo ha hecho en la provincia de Cádiz, una zona por la que entran cantidades industriales de droga debido a su situación geográfica y que se han empeñado en convertir en una pequeña Sinaloa. “Aún no podríamos hablar de cárteles de la droga al estilo mejicano, pero los grandes clanes que operan en la zona se están asociando para crear estructuras más poderosas. Eso es muy peligroso”. Lo dice José Manuel Caamaño, un veterano policía ya jubilado curtido en mil batallas en la lucha contra este negocio, el segundo que más dinero mueve en el mundo tras el tráfico de armas.

Desde que el Gobierno reconociera que en comarcas como el Campo de Gibraltar se había perdido el principio de autoridad y decidiera poner en marcha el Plan Especial de Seguridad, los narcos han ido extendiendo sus tentáculos hacia otras zonas de la provincia. Las playas de La Janda, la desembocadura del Guadalquivir e incluso la Bahía de Cádiz han visto cómo los alijos han aumentado. Pero no sólo esto es lo preocupante. En los grupos de whatsapp por los que se comunican los traficantes han dejado ver sin tapujos sus intenciones. “Si quieren guerra la van a tener”. Y esas estamos. Porque como en todos los conflictos hay víctimas. La última se llama Agustín Cárdenas, pero antes también perdieron la vida mientras intentaban mantener la ley y el orden en la frontera otros agentes. Como ocurrió en junio de 2017 al policía local de La Línea de la Concepción, Víctor Sánchez, cuando perseguía contrabandistas de tabaco, o el guardia civil, Fermín Cabezas, durante la persecución de un vehículo cargado de hachís en mayo de 2019. “El principio de autoridad no se ha restituido en el Campo de Gibraltar”, decían esta misma semana los portavoces de Jusapol al subdelegado del Gobierno, José Pacheco, durante una concentración en la que reclamaron “menos promesas, menos palabras y más medios para luchar contra el narcotráfico”.

Los altercados ocurridos hace dos semanas en La Línea vinieron a corroborar la cultura del narco y el apoyo que encuentran en una parte importante de la sociedad. Entonces los muertos cayeron del otro bando. Dos personas murieron ahogadas en aguas de La Línea después de que su embarcación naufragara. Vecinos de La Línea iniciaron entonces una escalada de violencia contra los cuerpos de seguridad al entender que no habían actuado con la celeridad suficiente para salvarlos. Se sucedieron los enfrentamientos, los apedreamientos y hasta hubo disparos contra la Policía Nacional. 21 personas fueron detenidas tras estos hechos. “Pero esto no acabará aquí. No saben hacer otra cosa. Es su vida. Traficar. Primero lo hacían con tabaco, luego con hachís, ahora con cocaína, que cada vez entra más por el puerto de Algeciras desde Sudamérica. Es una lucha desigual, siempre van por delante”, decía un agente de la Policía Nacional mientras repite que necesitan refuerzos. “Más medios, más medios y más medios. Si no seguiremos perdiendo a compañeros”.

Juan Maestre, portavoz de Jucil, la rama de Jusapol que engloba a la Guardia Civil, contaba esta misma semana lo complicado que es vivir y trabajar en el Campo de Gibraltar. “Tenemos la problemática de que nuestros hijos van a la escuela con los hijos de los narcos, y aquí eso está instaurado como un trabajo, y hay que pararlo como sea. Queremos apoyo del Gobierno, apoyo judicial a la hora de trabajar porque en una operación se detienen a 20 personas y al final ingresan en prisión tres, y el resto sigue en la calle a espera de juicio y vuelven a trabajar en lo que saben. En la provincia de Cádiz el narcotráfico se está derivando a Cádiz, a Chiclana, Jerez, La Janda, la desembocadura del Guadalquivir, por eso el Plan Integral lo solicitamos para toda la provincia”.

Los agentes temen que la muerte de Agustín Cárdenas, que ha vuelto a poner en boca de todos la seguridad en Cádiz, no será el último incidente de este tipo que tengan que sufrir. Saben que las cosas han cambiado. La globalización del narcotráfico ha provocado que cada vez sean más violentos. Llegan los vuelcos de droga entre bandas rivales, las guerras entre clanes por hacerse con el control de las rutas más provechosas, todo muy al estilo de lo que ocurría en Colombia durante el narco-terrorismo impuesto por Pablo Escobar o en Méjico con los cárteles de Sinaloa, Nuevo Jalisco, los Zetas o el cártel del Golfo. Afortunadamente aún no hemos llegado a esos niveles. Pero están en camino. “Cada vez son más violentos. Cada vez tienen más armas y no tienen problemas en disparar”, decía un agente de la Guardia Civil después de que unos compañeros fueran tiroteados en el coto de Bornos al ir a desmantelar una plantación de marihuana.

Ha llegado el momento de dejar de banalizar drogas como el hachís o la marihuana. No sólo el polvo mata y no sólo por el polvo matan. Hasta que no suban las penas de prisión por traficar con estas otras sustancias a nuestra lucha le faltará una pata importante”, contaba otro agente de la Policía.

Es la guerra del narco en Cádiz. Y no es una película.

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