Provincia de Cádiz

Un mitin con menos ironía pero con una líder absoluta

  • Susana Díaz fija su estrategia: populismo sin límites, ella sola tira del carro y Rajoy es su único rival.

"Si le sale mal la estrategia, se cae ella sola; pero si le sale bien, tenemos líder para más de 20 años. Es un ciclón que arrasa con todo". Un veterano militante del PSOE gaditano, nada amigo de figurar en listas electorales, acaba de resumir en pocas palabras la figura de Susana Díaz. El mitin de ayer en Cádiz, el primero de una larguísima precampaña que durará no sé cuántos meses y pico, acaba de terminar. Él sabe que su partido no está para lanzar las campanas al vuelo, que reeditar los éxitos de antaño queda aún algo o muy lejos, pero se va feliz. Lo de Susana Díaz, dice, le recuerda a otros tiempos, a unos tiempos en los que un tal Felipe González y un tal Alfonso Guerra dibujaban desde un atril la España venidera.

Los mítines en el Palacio de Congresos de Cádiz para presentar a los candidatos a alcaldes en la provincia no es algo nuevo en el PSOE. Es ya una tradición. Pero cualquier parecido entre el acto de ayer y el de ocasiones precedentes es pura coincidencia. Salvo el lugar elegido, todo ha cambiado en el Partido Socialista: las personas, los mensajes, la estrategia electoral... y hasta los mítines. Sí, porque antes los encargados de enfervorizar a la militancia eran los teloneros (léase Luis Pizarro, el recordado Alfonso Perales, Rafael Román o, sobre todo, Francisco González Cabaña). Sin papeles de por medio tiraban de la ironía y la gracia de esta tierra con una facilidad pasmosa y, ea, medio camino estaba ya andado. Para los primeros espadas (léase Zapatero, Chaves, Griñán o, sobre todo, Rubalcaba) quedaban los mensajes más profundos, más institucionales, más elaborados. Pero ya no es así.

El mitin de ayer va camino de la somnolencia. El anfitrión Fran González, candidato a la Alcaldía de Cádiz, e Irene García, secretaria provincial del PSOE, hacen lo que pueden. Pero enganchar a un auditorio abarrotado, lo que se dice enganchar, pues como que no. Ni por asomo. Pero en estas que Susana Díaz sube las escaleras, ajusta el micrófono y grita: "Que lo sepáis: el 22 de marzo de marzo vamos a ganar en Andalucía. Y vamos a ganar bastante bien". Y adiós al tedio.

Es su primer acto de precampaña en Andalucía tras el adelanto de las elecciones andaluzas. Y Susana Díaz, de manera consciente o no, aprovecha para mostrar su estrategia de líder absoluta. Parece como un ensayo de la campaña electoral que arrancará el 6 de marzo. Y deja claro que en estas elecciones, y quizás en las siguientes, estará ella sola contra el mundo. A unos les parecerá soberbia, a otros les parecerá valentía, pero el ciclón Díaz se muestra como una persona capaz de tirar del carro, de su partido, de Andalucía, de España y hasta de la ONU si hiciera falta. No es que ayer lanzara a sus candidatos a la precampaña, qué va, es ella la que se lanzó al ruedo mucho antes de que dieran la salida y sin esperar a nadie.

Pero la estrategia tiene más elementos: es medir los tiempos, es alzar la voz cuando se precisa, es echar mano a un populismo mayúsculo y es dejar claro a quién se enfrenta. Porque no citó a Juan Manuel Moreno (candidato del PP a la Junta), ni a su predecesor (Javier Arenas), ni a Teófila Martínez (por aquello de estar en Cádiz). Díaz sólo citó a Rajoy, a quien situó como el culpable de todos los males de Andalucía. ¿Casualidad? Lo dudo porque por no citar ni citó a Pedro Sánchez.

Susana Díaz triunfó ayer ante la militancia socialista de la provincia. Eso es una evidencia así de grande. Pero yo sigo pensando que un mitin del PSOE sin Cabaña es menos mitin.

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