Maniobras Canex de la Armada: El entrenamiento de Bony y 42 equipos caninos más en Cádiz

Bony se dispone a verificar si hay explosivos. Su guía, del Ejército de Tierra, le ha soltado porque el robot ha visto algo sospechoso y la perra confirmará si se trata o no de un artefacto peligroso que haya que desactivar. Es uno de los múltiples entrenamientos que hará durante esta semana, junto con Yago y otros canes, en el mayor ejercicio de unidades caninas, que se desarrolla en Cádiz con hasta 43 equipos -guía y perro- de las unidades de Infantería de Marina de la Armada, los Ejércitos de Tierra y el Aire, Policía Nacional, Guardia Civil o el Centro militar de Defensa.

"Vamos a hacer un total de 90 ejercicios diferentes, cada perro hará unos 30 en sus especialidades, seguridad, combate e intervención; detección de explosivos y detección de drogas y estupefacientes, que también es muy importante para nosotros", explica el comandante Ginés Rodríguez, de la Fuerza de Protección de la Armada y segundo director de Canex 22, como se denominan las maniobras. "Hacemos dos al año, uno para los unidades de Infantería de Marina y otro para todas la unidades de España de Defensa, como es este", añade en el cuartel del TEAR de San Fernando, uno de los escenarios.

"La finalidad es unificar tácticas y procedimientos avanzados y sacar una forma de trabajar que sume para todos", indica el capitán Francisco Ramón Sánchez Videlo, mientras que entra la Policía naval junto con dos equipos cinológicos. "Ahora mismo vamos a empezar una actuación ante una masa descontrolada en el que el perro tiene también su parte de trabajo para intentar disgregar a los alborotadores", apunta. La Fuerza de Protección de la Armada tiene entre sus misiones la seguridad de las instalaciones militares.

En el TEAR, la Base de Rota, La Carraca o el puerto de Cádiz

Este lunes se entrenaban en estas instalaciones del TEAR también con búsqueda de explosivos en subterráneos o actuaciones desde embarcaciones, en La Carraca o en el puerto de Cádiz con búsqueda de estupefacientes en buques, utilizando el María Zambrano de Salvamento Marítimo o el Ciudad de Valencia. Mañana lo harán en la Base de Rota, donde realizarán ejercicios en el interior del Juan Carlos I y distintas fragatas y desde helicópteros, y el jueves terminarán en el Retín. "Allí trabajaremos con disparos, para que los perros se acostumbren a un ambiente bélico".

Para todo ello cuentan además con instructores civiles, que se han unido a las Canex para aportar su experiencia y otros puntos de vista. Pedro Salas, instructor y uno de los mayores expertos del país, se encontraba ayer en San Fernando compartiendo con los miembros de las Fuerzas Armadas. "Toda la ciencia del entrenamiento animal es joven y está avanzando mucho", contaba. De hecho, una de ellas es el avance con perros multitarea, que ya están haciendo en ejércitos de otros países y que se empieza a trabajar ya aquí "para dar más capacidades técnicas a los perros, que puedan afrontar diferentes especialidades y disminuir los equipos necesarios en los operativos".

Salas daba algunas claves para la instrucción de estos animales. "Es importantísimo que forme un buen binomio con su guía, y muchas horas, mucha constancia, son los ingredientes necesarios para esto", decía.

Y es que, como explicaba el comandante Ginés, en su caso, el perro "es un infante de Marina más", un soldado. "El guía con su perro tienen un vínculo muy especial y de hecho su relación dura todo el tiempo que el perro tenga este trabajo, que suele ser de unos 8 años", afirma. "Son parte de su familia y luego solemos cederlo a personas para que lo cuiden. El descanso del guerrero".