Provincia de Cádiz

El hombre acusado de matar a su mujer en El Puerto asegura que él era el maltratado

  • El acusado declaró hoy en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Cádiz que "jamás" ofendió ni amenazó a su mujer, que sí "tuvo intención" de matarlo "en varias ocasiones"

El hombre acusado de matar a su ex mujer (de 49 años y en proceso de separación) en El Puerto de Santa María en el año 2008 cuando ésta estaba comprando en un asador de pollos en compañía de una amiga ha asegurado en el juicio, que se celebra en la Audiencia Provincial con jurado popular, que era él quien sufría malos tratos y que «jamás» la ofendió, ni la amenazó, ni le hizo «daño».

A preguntas de la Fiscalía, el acusado ha manifestado que hasta «dos o tres años» de los hechos el matrimonio «fue normal y, a partir de ahí, horribles de maltratos de ella hacia mí». Además, ha asegurado que le «atacó con un cuchillo grande de cocina en seis o siete ocasiones».

La víctima fue denunciada por amenazas por el acusado y fue condenada a una orden de alejamiento. No obstante, en la sentencia consta, según señaló la fiscal, que fue amenazado con un cuchillo de untar mantequilla. A este respecto, el acusado ha manifestado que cuando denunció dijo que era un cuchillo grande, «pero pusieron un cuchillo pequeño».

Además, ha aseverado que la mujer «tuvo intención» de matarlo «en varias ocasiones». A pregunta de la fiscal sobre el por qué no reflejó esto en su denuncia, ha señalado que lo manifestó ante la Policía «y no quedó escrito».

El acusado ha reiterado de varias formas y maneras que «jamás» ofendió ni maltrató a la mujer, así como que jamás la persiguió ni la buscó, que tampoco puso un candado en el frigorífico ni le cortaba la luz y el agua y la dejaba encerrada. Asimismo, ha insistido en que era él el maltratado y ha afirmado que llamó «a la Junta de Andalucía pidiendo auxilio y socorro» y «se rieron» de él.

En cuanto al día de los hechos, ha manifestado que no fue a buscarla, que se la encontró y que se «alteró», aunque no ha señalado el motivo de dicha alteración. Asimismo, ha manifestado que la navaja con la que apuñaló a la víctima la llevaba encima porque su intención era «ir al campo», a donde, según ha explicado, iba en muchas ocasiones a coger espárragos.

El acusado ha manifestado que cuando se encontró a la mujer habló con ella para decirle que «si no tenía bastante» con el «daño» que ya había hecho (ese día había recibido el agresor un auto que concedía a la mujer la vivienda como medida provisional en el trámite de separación). Posteriormente, según ha relatado, perdió «todos los sentidos» y tuvo «una alteración extraña que no me había ocurrido nunca».

SABÍA LO QUE LE IBA A PASAR

Previamente a la declaración del acusado, las partes han hecho ante el jurado un alegato de sus planteamientos, en el que Fiscalía, acusación particular (ejercida por la hermana de la víctima) y acusación popular (ejercida por la Junta de Andalucía) piden asesinato y la defensa homicidio.

La acusación particular ha comenzado asegurando que «el sufrimiento y el dolor de la familia es irreparable» y ha manifestado que la mujer «estaba amenazada de muerte y sabía lo que le iba a pasar». Además, ha añadido que «lo que pasó en vida en los últimos meses fue lo más parecido a una película de terror».

La letrada que ejerce la acusación particular ha defendido que no fue «un arrebato» lo que impulsó al acusado a matar a la mujer, sino que «se dirigió al único sitio donde podía estar». Además, ha resaltado la «sangre fría» del hombre, que «no necesitó ni asistencia médica» tras matar a la mujer por ningún tipo de shock.

Por su parte, la fiscal ha defendido que «le hacía la vida imposible» a la mujer y que «le tenía comida la autoestima». Además, ha señalado que el acusado, durante la agresión «no resultó con ningún moratón siquiera porque la víctima no se pudo defender».

En cuanto a la denuncia presentada contra la mujer, la fiscal ha señalado que «es verdad que tenía una orden de alejamiento, aunque la que vivía escondida era ella» y se ha preguntado «qué maltratadora vive escondida».

NO ES UNA MALÍSIMA PERSONA

La defensa del acusado ha recordado que no niega la muerte de la mujer, pero ha asegurado que «no es una malísima persona». Asimismo, ha manifestado que «este caso es de maltrato de la mujer al hombre».

Según el escrito de calificación fiscal, la convivencia matrimonial había degenerado progresivamente como consecuencia del «control» y la «agresividad creciente» del acusado, que «impedía» el desarrollo de la mujer «como ser autónomo», descalificándola y aislándola de su entorno.

Tras abandonar la mujer el domicilio conyugal y volver posteriormente, los hechos se siguieron produciendo, con encierros en su domicilio, cortes de luz, agua y teléfono o impidiéndole comer y que se duchara. Por ello, la mujer presentó la correspondiente demanda de separación matrimonial a finales del año 2007 y abandonó el domicilio conyugal.

El día 26 de febrero de 2008, el acusado, que esa misma mañana le había sido notificado la atribución del domicilio familiar a la mujer en el procedimiento de medidas provisionales coetáneas a la separación matrimonial, cogió una navaja y se fue en busca de ella, a la que encontró, en compañía de una amiga, en un asador de pollos.

Según la Fiscalía, que pide 22 años de prisión, «sin mediar palabra y de forma sorpresiva, sacando la navaja que llevaba consigo, se abalanzó sobre ésta y, con el fin de causarle la muerte, le asestó de frente varias puñaladas». Una de ellas atravesó el pulmón y afectó al corazón, lo que le provocó la muerte.

El agresor fue retenido por el propietario del establecimiento ayudado por un vecino y posteriormente detenido y enviado a prisión, donde permanece desde que ocurrieron tales hechos.

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