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Provincia de Cádiz

"No se lo dije a mi madre porque me daba miedo y porque era muy chica"

  • Una joven relata, llorando, que fue agredida sexualmente por su padrastro desde los 12 a los 15 años · El acusado lo niega y el fiscal pide para él 18 años de prisión

¿Por qué no se lo dijo a su madre, por qué no le dijo que estaba siendo agredida sexualmente?, le preguntó la abogada defensora a la joven. La muchacha seguía llorando, apenas lograba articular palabra en algunos momentos de su declaración. El presidente del tribunal acababa de intentar calmarla. "Tranquilícese, que ya están terminado", le había dicho. ¿Por qué? ¿Por qué no lo dijo antes? "Porque me daba miedo. Porque no podía. Porque era muy chica...", respondió al cabo la joven. A su lado, una funcionaria del Servicio de Atención a las Víctimas trataba de ayudarla a superar el trance. Cerca, en el estrado, vigilante y de pie, un guardia civil. Por detrás de la mampara que protegía a la joven, el procesado en el banquillo. Fue su padrastro durante años. ¿Por qué no dijo nada hasta que tenía ya 15 o 16 años? La joven continuaba llorando. "¿Para qué iba a decirle nada a mi madre si ella ni siquiera se defendía de él? ¿Cómo iba ella a defenderme a mí?".

La escena formó parte del juicio celebrado ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz. Los hechos sobre los que hay dos versiones enfrentadas sucedieron en El Puerto, a lo largo de varios años, cuando la joven que ahora es mayor de edad no lo era, desde que ella tenía 12 años hasta los 15. Hasta que un día, tal como explicó ayer su abuela, le contó lo que según ella estaba pasando en su casa.

Lo que ocurría, según mantiene el fiscal tras oír al acusado, a la joven, a los testigos y a los peritos, es que el procesado, pareja de la madre de la denunciante, obligaba a su hijastra, bajo amenazas, a hacerle felaciones y a practicar otros actos sexuales. El acusado sostuvo ayer que eso no es cierto. Pero el fiscal no le creyó y pidió al tribunal que lo condene a 18 años de prisión. Quince por agresión sexual continuada y otros tres por maltrato habitual.

La defensa reclamó la absolución. La abogada del procesado cuestionó la versión de la denunciante y llamó la atención sobre las contradicciones que, dijo, hay entre lo que la joven contó en su día en la Comisaría de Policía, lo que dijo su abuela que le había dicho y lo que ha relatado finalmente en el juicio. La diferencia fundamental estriba en que unas veces sólo se mencionan tocamientos y otras, felaciones y otros actos sexuales que deparan sanciones penales más elevadas.

Los tocamientos dejarían los hechos en abuso sexual (en lugar de agresión) en caso de condena. Y es una versión que se acerca a la del procesado, quien negó haber tenido algún tipo de relación sexual con su hijastra pero al tiempo puso sobre la mesa una historia que le da a la joven un papel distinto.

El acusado dijo que su hijastra lo provocaba sexualmente, que lo buscaba, pero que él nunca accedió a sus insinuaciones. Contó que él la castigaba y que entonces la joven le decía que podía hacer con ella lo que quisiera si le levantaba el castigo. Que ella pasaba a su lado y le tocaba a él el sexo. Que "le ponía el culo por delante".

El acusado reconoció que le pegó algunas veces a la joven. Por llegar tarde y por ir con malas compañías, adujo. Ella explicó que la castigaba continuamente con un objetivo: proponerle luego dar por finalizado el castigo a cambio de sexo.

Una psicóloga dijo ayer que el testimonio de la joven le pareció "altamente creíble". El procesado está en libertad. La madre de la denunciante no tiene actualmente relación con él. "Ni la quiero tener", precisó la mujer cuando el presidente del tribunal le preguntó sobre el particular. "Él era normal y cambió cuando empezó a tomar drogas", explicó luego.

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