Provincia de Cádiz

Cuatro días ya sin 'Rafaelito'

  • El hijo pequeño del empresario, de 10 años, no sabe aún que ha desaparecido

El hijo perfecto. El padre de familia modelo. Muy trabajador, enemigo de los saraos y amante de las reuniones familiares. Así describen a Rafael Ávila Tirado, 'Rafaelito', el primogénito de Rafael Ávila Camacho, el continuador de la estirpe del conocido empresario sanluqueño, que fuera nombrado Empresario del Año en 2002, en su localidad natal.

Sanlúcar seguía ayer conmocionada ante la desaparición de Rafael. Se cumplían tres días, cuatro cuando estas líneas vean la luz, y la falta de noticias veraces ponía en guardia a familiares y amigos. A todos les costaba arrancar. Nadie quería meter la pata, decir nada inconveniente. Los rumores, malintencionados a veces, corrían como la pólvora. Así que los nervios estaban a flor de piel.

Poco a poco, tras vencer las reticencias iniciales, comenzaba a asomar un perfil, el de un trabajador como uno más, muy amigo de sus amigos, y muy correcto en el trato con sus empleados.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Sanlúcar, Francisco Yuste, muy amigo del padre, tiene en muy buena estima al hijo. "Es un trabajador nato. Lo que tiene se lo ha ganado a pulso", aseveraba a este diario. "Esto es como una película, no me lo puedo creer", agregaba Yuste, quien se enteró por un familiar del empresario sanluqueño de su desaparición. "Yo estaba el martes por la mañana reunido con la alcaldesa y me llamaron para decirme que había desaparecido y que todos los indicios apuntaban a un secuestro. Lo cogieron trabajando. Esto no es normal", lamentaba el dirigente empresarial.

Ana, que trabaja como administrativa en la asociación, sólo tiene buenas palabras hacia Rafael. Aunque hace años que apenas han tenido relación, le recuerda con mucho cariño de su época juveni ya que ambos estudiaron juntos Empresariales en Jerez. "Era muy buen estudiante. Sacaba buenas notas", dice con una sonrisa. Y sigue: "Jamás se juntó con malas compañías. Nunca lo he visto con nadie extraño, ni ha habido nunca nada raro en su entorno", dice la compañera de Universidad, quien, como todos, destaca la gran capacidad de trabajo de Rafael. "Se podía haber liado la manta a la cabeza y no haber hecho nada a cuenta de lo que tenía el padre. Pero no, siempre ha estado al pie del cañón".

Una empleada suya de Ávila Negocios Inmobiliarios, que comparte sede con la empresa Avisur (de la que, según su hermano, se desvinculó hace dos años) en pleno corazón de la localidad, en la calle Isaac Peral, hablaba del desconcierto que invade a todos, la incredulidad por la pesadilla que están viviendo. Hace ya varios años que trabaja para el desaparecido, al que define en tres palabras: "buena persona, trabajador, correcto".

En su casa, a medida que transcurrían las horas, aumentaba la inquietud. "Esto es un calvario", contaba su hermano José Manuel, convertido en el improvisado portavoz de la familia.

Rafael, de 45 años , está felizmente casado. Tiene tres hijos, dos mayores ya, de 23 y 18 años, y uno pequeño, de tan sólo 10 años. "A él no le hemos dicho nada. No sabe aún que su padre ha desaparecido", desvela José Manuel, quien aprovecha de nuevo para apelar a la colaboración ciudadana. Y a los medios de comunicación, que les asedian estos días a la espera de noticias, un ruego: "Por favor, que sean moderados. Lo estamos pasando muy mal".

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