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violencia de género

Más allá del caso Rubiales: No #SeAcabó

La delantera española Jenni Hermoso. La delantera española Jenni Hermoso.

La delantera española Jenni Hermoso. / Sergio Pérez/Efe

Escrito por

· Pilar Vera

Redactora

¿Acaparó el beso de los Rosenberg tanto espacio y tiempo como el famoso pico de Rubiales a Hermoso? No lo parece. Entre otras cosas porque es hoy en día cuando el poder de expansión de cualquier aleteo tiene alcance nuclear. Y, entre otras cosas, dirán muchos, porque no ha sido sólo un beso. Aquí estamos, dos semanas después del evento, aún hablando de él, actualizando casi a cada momento, sin que nada nos falte, ni siquiera, el surrealismo.

“Todos vimos claramente cómo fue el gesto, aunque no podamos saber exactamente qué paso –reflexiona al respecto Sandra Moreno, doctora en Derecho y especializada en Estudios Feministas–, pero la historia que Rubiales plantea es demasiado larga para ese segundo en el que ocurrió y en el que es muy fácil el bloqueo”.

La primeras palabras de Jenni Hermoso, antes de los vídeos y del comunicado, fueron, de hecho:“No me ha gustado pero, ¿qué podía hacer yo?”. “Hermoso no pudo expresar su consentimiento ni su deseo porque no tenía tiempo ni margen: usurpó su libertad sexual”, añade Sandra Moreno.

Y aquí topamos con la joya de la corona de la Ley del Sólo sí es sí, aquello de poner el “consentimiento en el centro”. Al respecto, Moreno critica el adanismo – “el consentimiento estaba en las leyes mucho antes de Irene Montero y la Ley del Sólo sí es sí: de hecho, ya estaba en el derecho romano”–, y subraya que se obvian aquellas ocasiones en las que el consentimiento está viciado: “Pues hay muchas circunstancias, como esta, en las que por distintos motivos la persona tiene poco margen para reaccionar”. Hay algunos escenarios en donde el consentimiento queda en suspenso que ya están supuestos por la ley: “La fuerza, la intimidación, la minoría de edad... La libertad sexual es la capacidad que tenemos para actuar al respecto sin presiones y sin sometimientos, y es un derecho específico de las mujeres porque es a las mujeres a las que coartan la libertad sexual”.

“El foco quieren ponerlo en si era consentido o no porque es la manera de salvarse: el tema principal es que es un superior del que puede depender su puesto de trabajo. ¿Qué pasa, que ellas no estaban eufóricas?”, apunta Mayca Romero, desde el colectivo Cádiz Abolicionista, subrayando también las zonas grises del consentimiento, que terminan validando la prostitución.

“Imagínate que Jenni Hermoso dice que sí claramente: la ley no la hubiera protegido. Un jefe puede hacer eso aunque ella se sienta presionada por el momento, por sometimiento, normalización, querer agradar... Hubiera estado sola. Ese es el peligro de no desarrollar el consentimiento: una mujer puede consentir, sin querer, cuando sigue existiendo un abuso de poder, jerarquía, dinero, violencia, chantaje... Las feministas no podemos olvidar a las que no protege esta ley”.

Romero pone un símil con la Ley de Violencia de Género, que cubre sólo los actos de violencia desde la pareja: “¿Y si me mata mi amigo, o un amante, o un primo, o un putero? Ese supuesto se ampliará, pero han pasado veinte años: hay que hilar más fino”.

El Código Penal tipifica como agresión sexual aquellos gestos o acciones de connotaciones eróticas que atentan contra la voluntad de las personas. “Al ser un beso que ella no había pedido ni había consensuado, y siendo además su jefe, entra dentro de agresión sexual. ¿Qué ocurre? Que antes de la Ley del Sólo sí es sí, este tipo de faltas tenía consideración de abuso sexual para distinguirla de otras más graves”, explica Moreno.

De acuerdo con la ley penal, al ser Rubiales su superior, la agresión sexual estaría agraviada. Pero ocurre que también es un comportamiento prohibido y sancionado por el protocolo interno de la Federación, aprobado unos meses antes y “el pico” no fue, además, la única conducta inapropiada: “Rubiales abraza a todas las jugadores y las aprieta demasiado. Es verdad que hubo una valoración previa del tribunal deportivo, que decidió que no lo podía destituir porque la normativa al respecto entró en vigor el 1 de enero de este año. Pero, para que el régimen disciplinario pueda ponerse en marcha, hay que ir perfilando el reglamento y al final, entre unas cosas y otras (elecciones de por medio), no se ha hecho, con lo cual la conducta se evalúa de acuerdo a la ley anterior de 1990: con lo que la única conducta valorada fueron los actos indecorosos, que suponen faltas graves, no destitución”.

Lectura de comunicado en protesta por las muertes machistas en la plaza Plateros de Jerez. Lectura de comunicado en protesta por las muertes machistas en la plaza Plateros de Jerez.

Lectura de comunicado en protesta por las muertes machistas en la plaza Plateros de Jerez. / D.C.

Para la especialista, a nivel mediático, el caso “no se ha planteado de forma correcta porque la gravedad no estaba en sí en el acto de decoro sino en el abuso de autoridad: no estamos hablando de cualquier persona, ni de cualquier momento, sino del presidente de la Federación de la campeona del mundo. Luego, parece que no se ha entrado en analizar otras faltas, como presionar a Jenni Hermoso y su familia, falsear un comunicado... Aun así, la FIFA lo ha sancionado y el Gobierno está dispuesto a meter mano”.

Que el equipo femenino haya ganado el mundial es un “hito feminista que va a marcar un momento en la historia del fútbol y de los deportes: han alcanzado una cota de popularidad altísima y podrá permitir que muchas más mujeres se profesionalicen. Tristemente, también ha puesto de manifiesto que no importa lo alto que llegues que siempre tienes que pagar un peaje sexual. Pero las jugadoras han dicho se acabó, también por abusó de poder en otras cuestiones”. Visto lo visto, las quince “niñatas” –así las llamaron– de la Selección que se negaron a acudir a la convocatoria tenían motivos para protestar.

Esta semana, Jenni Hermoso interponía una denuncia a la Fiscalía, paralizando cautelarmente el proceso disciplinario de carácter administrativo: “Hermoso ha valorado que merece la pena meterse en el incierto y complejo procedimiento penal, tal vez por las repercusiones que pueda tener el caso. Pensemos que la FIFA ya ha tomado medidas, y lo primero que ha hecho al abrir la investigación ha sido suspender de empleo y sueldo: esto es porque probablemente pida la destitución”.

“Al final, la Ley del Sólo es sí es sí, tal y como está redactada, más que beneficios ha traído problemas: el anterior cuerpo distinguía entre abuso (de carácter más leve) y agresión sexual y su consecuente graduación de la pena. Al mezclarlo, no se ha mejorado del todo la situación: ahora un delito levísimo, que merecería un reproche penal, sí, pero no se puede comparar con otros de mayor calado, se mete en la misma horquilla”.

“El problema –prosigue– es que para que la conducta se pueda encausar, hay que comprobar que en efecto se produjo un abuso de confianza y ella nunca consintió, y es de esperar que los abogados y asesores de Rubiales empleen toda la ingeniería posible. Además, en este caso, al tratarse de un superior, el juez está obligado a poner la máxima entre las mínimas, y se pierde la proporción entre conducta y pena, por lo que corre el riesgo de absolverse el delito. Que se estipule pena de cárcel es algo desproporcionado para un delito que no esté muy claro, y en caso de duda, pro reo”.

La ley ha sido redactada en contra del criterio de la inmensa mayoría de los jueces del Consejo General del Poder Judicial pero, para Sandra Moreno, no ha sido sólo torpeza a la hora de elaborar la ley sino que ha habido intencionalidad, “porque lo que tenemos por delante es una baza a favor del antipunitivismo, que es algo que incluye la Agenda 2030, que ciertos delitos (contra el honor, la libertad, la idemnidad sexual) se descriminalizacen”.

Sandra Moreno: "Estipular pena de cárcel para hechos como este hace que se corra el riesgo de absolver el delito"

Una de las cuestiones que se ha puesto de manifiesto alrededor del caso Hermoso-Rubiales es la del espacio. En gran medida, los conflictos relacionados con las políticas de control por género giran en torno al espacio. Quién se ve, quién se deja ver, quién hace qué, en dónde, quién está dónde. El equipo español se merendó a la leonas y ganó nada menos que un mundial de fútbol. Una gesta que quedó difuminada por un gesto de vergüenza ajena que fue hinchándose –e hinchando espacio, páginas y scroll tras scroll – día tras día, en un efecto bola de nieve. El gobierno saliente-entrante –y, muy especialmente, el Ministerio de Igualdad– quiso arrogarse la reivindicación como una manera de salvar los muebles. Irene Montero y Yolanda Díaz se dejaban ver en una manifestación contra los abusos en el deporte en medio de un goteo de asesinatos machistas: unos sucesos que no merecieron gran espacio a pesar de que el verano se cerró como uno de los más trágicos de los últimos años, con 16 mujeres asesinadas. Poco después, la quinta comisión de crisis al respecto llegaba a conclusiones tan esclarecedoras como que las mujeres en peligro no podían ir solas a recoger sus cosas. ¿Qué agentes hay para cubrir esta circunstancia, si la media nacional es de 60 mujeres en peligro por efectivo (57 en el caso gaditano)? ¿Por qué este tipo de protección no se ha agilizado?

“Porque los recursos no llegaban adonde deben –concluye Sandra Moreno–. El Pacto de Estado contra la Violencia Machista no se ha puesto en marcha, el presupuesto del Ministerio de Igualdad no se ha destinado a los recursos ni a los efectivos necesarios. Parece que no existiera interés”.

De hecho, como sabemos de sobra, el asesinato que ha acaparado más espacio-tiempo en el verano ha ido el confesado por Daniel Sancho en Tailandia. Dentro de esta misma provincia, se han dado dos feminicidios en las últimas semanas, uno de ellos, con la aparición de un cadáver descuartizado.

El desinterés puede que llegue por la propia saturación pero, para Moreno, esto se debe sobre todo a su condición de mujeres. “Luego hay cuestiones muy graves, como las violaciones y agresiones cada vez más violentas y en manada, por parte de chicos cada vez más jóvenes. Cuestiones que forman parte del ruido informativo, porque las vidas de las mujeres importan poco. Seguimos siendo ciudadanas de segunda: hay una sucesión constante de asesinatos machistas y la gente no reacciona”.

Sandra Moreno es vicepresidente del colectivo Feministas Radicales de Jerez que, precisamente, los primeros lunes de cada mes se concentra en la plaza Plateros con un “tendedero” con los nombres de las mujeres asesinadas. Este septiembre, de forma excepcional, el encuentro tendrá lugar mañana lunes.

Aunque 280 millones de euros para la lucha contra la violencia machista parece una cantidad contundente, para Mayca Romero no lo es tanto si tenemos en cuenta que están “repartidos en el tiempo y en todo lo que hace falta, incluidos recursos caros como son las casas, con todas las problemáticas que tiene que cubrir:desde la violencia sexual a las chicas en centros de menores”.

“Hay que orientar bien estos recursos –continúa–, que una mujer en una comisaría se sienta segura, con mujeres preparadas en violencia machista, que es el motivo por que el que más mujeres son asesinadas. El Ministerio de Igualdad y el de Interior deberían llegar a un compromiso veraz para detectar la violencia y poder trabajar de forma más específica según casos”.

Para las feministas, aunque el contexto sea distinto, “el nudo no se ha deshecho desde que la mujeres tenían que estar sometidas en su casa hasta hoy: la violencia no ha terminado y va mutando. La evolución nos tendría que haber ido arrojando otros datos”.

Uno de los principales problemas es que muchas de “las medidas que se toman se hacen para agradar a todo el mundo, y así no se avanza”, afirman desde la plataforma gaditana, añadiendo que “el feminismo de Montero hace tiempo que ha perdido” su confianza, y que la propuesta de Yolanda Díaz “no es muy diferente”.

“El feminismo –prosiguen– no le gusta a la mayoría, con lo cual hacen unas leyes edulcoradas en un intento de que todo el mundo las admita. Ese feminismo del 99% es el feminismo de nadie, y está claro quienes somos las perdedoras. Ese #SeAcabó lo será para unas cuantas”.