El crimen de Puerto Real arrancó con un secuestro exprés en Chiclana
Comienzan a declarar ante el juez los 16 detenidos de una peligrosa banda internacional acusada de este asesinato y que fue desmantelada en una importante operación conjunta
Durante la mañana de ayer comenzaron a declarar en el juzgado de Puerto Real que lleva el caso los miembros de la peligrosa organización criminal desarticulada por la Guardia Civil y la Policía Nacional en la madrugada del jueves. Entre otros delitos se les acusa de ser presuntamente los causantes de la muerte de D.M.C., un chiclanero de 36 años al que varios de ellos habrían secuestrado en su localidad para acabar quitándole la vida en un camino del Marquesado, en Puerto Real.
La operación, de la que ya informó este medio en su edición de ayer, se cerró finalmente con 16 detenidos entre Cádiz y Madrid, y la colaboración entre la Benemérita y la Policía Nacional ha sido determinante para que llegara a buen puerto un dispositivo delicado por la agresividad y la peligrosidad de los miembros de esta banda integrada por españoles y también por ciudadanos de países de la Europa del Este, como Ucrania.
Los 16 detenidos están repartidos entre las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz y otros cuarteles de la provincia. Ayer ya pasó ante la autoridad judicial el primero de ellos y en la mañana de hoy se espera que continúe la procesión.
Aparte del crimen de Puerto Real, los investigadores están intentado imputarles otra serie de delitos relacionados con el narcotráfico, la extorsión y agresiones.
La violencia de la banda llega a tal punto que la familia del fallecido reconoció ayer a este medio estar aún atemorizada. En un principio la investigación trabajó sobre la hipótesis de que la muerte de D.M.C. se debiera presuntamente a un ajuste de cuentas relacionada con el narcotráfico. Ayer un cuñado del fallecido aseguró que no quieren entrar en los motivos que provocaron el fatal desenlace. "Si mi cuñado se equivocó e hizo algo mal ya lo ha pagado con creces", dijo, pero aseguró que quieren "que paguen lo que han hecho".
El fallecido estaba casado y era padre de tres hijos, dos niñas y un niño, "que viven con miedo después de lo que pasó. Así que cuando nos hemos enterado de que los han detenido hemos respirado un poco, porque tenemos miedo hasta de salir a la calle".
El familiar de D.M.C. relató su versión de los hechos. "A mi cuñado lo secuestraron en Chiclana. Estaba en un bar pidiendo un bocadillo cuando lo llamaron por teléfono, salió y ya no volvió. Lo cogieron y se lo llevaron en su propio coche a Sanlúcar, allí cogieron a otro tipo y le dieron una paliza de muerte. Pero sin embargo sólo mataron a mi cuñado de una forma muy cruel". El coche del fallecido, que era nuevo, apareció quemado en El Puerto. Presuntamente intentaron que ardiera por completo para hacer desaparecer las pruebas.
La Policía Científica estuvo cogiendo huellas tanto en el vehículo como en la casa de Sanlúcar donde lo llevaron en primera instancia. Posteriormente, y según todos los indicios, lo introdujeron en otro vehículo y supuestamente consumaron su venganza, arrojando posteriormente el cadáver al Camino de Torrealta, detrás del Hospital de Puerto Real, donde fue encontrado la noche del 5 de agosto.
"Queremos que se haga justicia con esta gente tan mala. Que se sepa quienes son y que se lleven mucho tiempo en la cárcel", dijo este familiar del fallecido. "La Policía y la Guardia Civil han hecho un gran trabajo", añadió.
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