Pioneros en Farmacia asistencial
Dos farmacéuticos lanzan desde La Isla y Chiclana el proyecto andaluz de toma de tensión arterial monitorizada
Cerca del 30% de las decisiones terapéuticas sobre tensión arterial basadas en la toma aislada podrían estar equivocadas. Es una de las conclusiones de un programa piloto desarrollado en farmacias de las ocho provincias andaluzas con 123 pacientes. Eso ha llevado al Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos a promover que la farmacias ofrezcan a sus usuarios un servicio de Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA). En la Rana Verde, en Chiclana, hay una pequeña farmacia que regenta Alberto Virués. Precisamente ahí, hace unos cuatro años, surgió la idea, saltó la chispa y comenzó a gestarse este programa que ahora quiere dar respuesta en Andalucía a una demanda real de atención por parte de la población. Virués se alió con Francisco Javier Marín, con farmacia en San Fernando, y ambos echaron a rodar un proyecto que busca promover un nuevo servicio farmacéutico.
La farmacia siempre ha estado relacionada con la toma de tensión. Lo que Virués y Marín querían era dar un paso más. Observaron que había una necesidad en la sociedad debido al mal control sobre el problema de salud que es la hipertensión. De ahí que Virués se plantease ofrecer en su farmacia la toma de tensión durante 24 horas.
"Compré el aparato", explica Virués, "y empecé a hacer la prueba. El paciente tiene que llevar puesto el manguito durante 24 horas. Da una serie de resultados que son totalmente objetivos y con ellos el médico evalúa luego si hace falta tratamiento o no, si el tratamiento es suficiente, si hay que subir dosis, si hay que bajarla... Es una prueba que al médico le da seguridad con respecto al paciente que tiene delante".
El aparato, pequeñito, se programa previamente con cada uno de los pacientes, anota Marín. "Las horas en las que se levanta, se acuesta, se toma la medicación, a una hora, a otra...; todo eso se registra y se le coloca el aparato al paciente. El tensiómetro se retira al día siguiente. Se programa normalmente para que haga tensiones cada 20 minutos al día y cada media hora por la noche, con lo cual tenemos un registro exacto de lo que está pasando con ese paciente en una actividad normal. Eso se descarga después en un programa informático, se obtienen unos valores y la farmacia elabora un resumen de esa información que lleva el paciente al médico".
Las pruebas que comenzó a hacer Virués tuvieron éxito. El farmacéutico de la Rana Verde comenta que tenía una comunicación "fenomenal" con su centro de salud de referencia: "Los médicos estaban enterados, yo se lo expliqué. Y ese feed back que íbamos creando, de la parte médica hacia mí y de mí hacia los médicos, lo comenté con Kiko Marín y empezamos a compartir el aparato. Como no es una prueba de urgencia, ni lo usamos todos los días sino que son pacientes muy específicos, podíamos compartir el aparato durante un tiempo".
Se trata de aportar otros valores a los servicios sanitarios, apunta Marín. "Vimos la importancia de poner eso a disposición de la gente y lo fácil que podía ser desde la farmacia aportar algo al diagnóstico de una patología tan frecuente como es la presión arterial. La experiencia que tenemos con los centros de salud es muy buena. El médico está encantado de que el paciente le llegue con un MAPA".
A raíz de esa experiencia, Virués y Marín se dijeron: esto no se puede quedar aquí. "Nos propusimos liderar o lanzar un proyecto a nivel de Andalucía", relata Virués, "y facilitar la experiencia, al resto de los farmacéuticos de Andalucía. Empezamos con el Consejo Andaluz. Nos dieron apoyo e hicimos una prueba con un grupo de farmacias en la provincia de Cádiz. Varias farmacias compartieron mi aparato, de tal manera que lo íbamos trasladando a través de las cooperativas de distribución y de sus conductores, que nos ayudaron muchísimo. Pusimos a una persona en el Colegio y durante dos meses estuvimos haciéndolo; salieron unos resultados fantásticos en cuanto a necesidad de los pacientes". Tras esa experiencia en Cádiz comenzó otra en Andalucía con el Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos. "Formamos a los coordinadores, a las personas que en cada Colegio se encargarían de seleccionar las farmacias y coordinarlas en su provincia. Luego Kiko y yo, y la comisión, hicimos la formación a todas esas farmacias".
"Nosotros somos muy asistenciales. Queremos que además de la dispensación, que se da con un grado de excelencia, el farmacéutico salte del mostrador y sea capaz de sentarse con el paciente y ofrecerle otros servicios de salud, que es lo que corresponde a la farmacia del siglo XXI. Tenemos que pasar de una farmacia de dispensación de medicamentos a un centro donde se sirva salud", explica Virués.
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