La Cofradía de Pescadores de Conil, en representación del sector pesquero de este puerto, criticó ayer la "pasividad" de las distintas administraciones en el control sobre la pesca y el "comercio irresponsable".

A través de un comunicado, criticó ayer que después "de las muchas vicisitudes" que están viviendo, por los costes de explotación de la embarcación y la suma de más exigencias para poder ejercer la profesión, ahora se suma la "presión" que reciben los caladeros por la pesca "cada vez más fuerte" que se está ejerciendo por individuos con barcos de pesca deportiva "que se dedican a capturar y vender en exceso todos los días del año, mientras que los profesionales cada vez tenemos menos días para poder ejercer nuestro trabajo".

Destacaron que este es un buen año de cefalópodos, "que suele ser la esperanza de nuestro puerto y que no vivimos desde hace diez años", pero apuntaron que tendrán "serias dificultades" para que se cumpla si continúa lo que está sucediendo hasta la fecha: que los calamares "se están pescando y vendiendo después por las casas, los restaurantes y todos los rincones habidos y por haber, e igual está sucediendo con la pesca del pulpo, justo cuando está en veda desde el 15 de septiembre al 31 de octubre".

Desde la cofradía de pescadores conileña indicaron que esta situación está provocando "una tensión enorme" en el sector al ver por un lado una competencia "desleal, injusta y brutal por parte de un muy importante número de furtivos, que quieren acabar con la pesca".