Fue un domingo Día de Difuntos, el primero de noviembre de 1987, a la salida del cementerio de Villafranca de Ordizia (Guipúzcoa). El cabo primero de la Guardia Civil Antonio Mateos Melero, natural de Vejer de la Frontera, de 33 años de edad, se dirige al bar de un familiar. Va de paisano. Disfruta con su familia del fin de semana libre. Lleva once años en el País Vasco y hace poco que tiene destino en Vitoria. Su hija hizo la Primera Comunión en mayo. Sólo tiene siete años.

Un coche conducido por una mujer le sigue los pasos a Antonio, pero él aún no se ha dado cuenta. El coche se detiene. La conductora hace un gesto a un hombre. El hombre se le acerca por la espalda. Y le descerroja dos tiros en la cabeza. Antonio se desploma. El hombre lo remata con otro disparo. Y huye en el coche con su compañera. José Antonio López Ruiz, alias Kubati, el asesino de Antonio, autor también de la muerte de la ex etarra Dolores González Catarain, alias Yoyes, muy cerca de aquel lugar, fue detenido en una cabina de Tolosa tan sólo diez días después, el 11 de noviembre de 1987.

A Kubati, uno de los miembros más sanguinarios del Comando Goiherri-Costa, le cayeron 1.076 años de cárcel, correspondientes a varios delitos, entre otros, los asesinatos del cabo primero vejeriego y de Yoyes. Como hoy Ignacio De Juana Chaos, en 2007 estuvo a punto de ser excarcelado gracias a una redención por estudios de 9 años. Sin embargo, la aplicación de la denominada doctrina Parot frenó su salida de prisión: los 9 años se descontaron de los 1.076 que sumaban sus penas y no de los 30 de cumplimiento máximo. Está en Puerto III, junto con Txiquierdi, Parot y otros peligrosos etarras.

"Saldrá de prisión en 2017 y entonces no sé qué me pasará por la cabeza. Ojalá no saliese nunca", dice, en declaraciones a este periódico, Francisco Mateos Melero, hermano del guardia civil asesinado. Casi 20 años después de aquel crimen, el mismo día que De Juana Chaos es excarcelado, promueve un homenaje a todos aquellos a quienes arrebataron la vida los terroristas. Será a las doce de este mismo mediodía en la Avenida Andalucía de Vejer, ante el centro de salud y la imagen de la patrona de la localidad, la Virgen de la Oliva.

Ayer por la tarde, Francisco ultimaba los detalles de organización del acto: unas flores, un reponso del párroco local y 25 velas, "una por cada una de las personas que asesinó De Juana Chaos", comenta decidido antes de posar con una camiseta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), a la que pertenece. En el pecho, entre el de otros guardias asesinados, se reproduce el rostro de su hermano. "Memoria, dignidad y justicia", se lee a la espalda.

"Los familiares de víctimas del terrorismo no estamos de acuerdo con la excarcelación de este asesino, con que 3.000 años de cárcel se le queden en 21", explica con indignación. "Sólo pedimos que cumplan sus penas íntegras. Porque es tremendo. Los gobiernos y los políticos creen que somos tontos", añade. Francisco rememora con dolor e indignación el día que su familia recibió la noticia de la muerte de su hermano: "no se portaron bien con nosotros. Tuvimos que viajar hasta Guipúzcoa en un coche camuflado de la Guardia Civil".

"La Justicia está muy mal planteada y en 40 años creo que debía de haber habido cambios políticos y judiciales importantes. Hace ya más de 30 que ETA mató al primer guardia civil. Y desde entonces no ha dejado de matar. Y encima se nos dice que hay que dialogar con ellos. Eso no es lícito.No nos vamos a callar. Vamos a seguir luchando de manera pacífica y sin tregua. Todos estamos en el punto de mira de estos asesinos", sentencia Francisco Mateos . A cara descubierta.