Tiene 35 años y es tornero de profesión. Durante más de una década trabajó en contratas del sector del metal, que a veces compaginó con una etapa deportiva en las filas del Puerto Real Club de Fútbol. Nada que ver con la actualidad. Hace tres años, la vida de Manuel Castaño cambió por completo. No sólo porque se convirtió en padre con la llegada de su hijo, Aday, sino porque éste nacía con una importante alergia a la proteína de leche de vaca, a la que se han tenido que adaptar. "Ha sido complicado, porque nos pilló por sorpresa y hemos tenido que aprender mucho y estar pendientes de cosas que siempre hemos pasado por alto". Detalles, a priori, tan insignificantes como no poder dar un beso al pequeño después de tomar un café con leche o que alguien le de la mano tras haber comido queso.

Aday no puede ingerir ningún producto elaborado con esta proteína y tampoco poco entrar en contacto físico con ellos porque "enseguida le salen 'panes' o ronchas y puede llegar a ser mas grave si no lo corregimos a tiempo. Sólo basta que un amiguito le toque con algún resto de chocolate con leche en las manos, para que empiece la urticaria, se le hinchen los ojos o deriven en situaciones mucho más complejas".

El caso de esta familia no es muy diferente al de otras muchas personas que presentan alergia o intolerancia a la leche, el huevo, el gluten, el azúcar o los cereales. Ingredientes que están presentes en la gran mayoría de los productos en el mercado, por lo que encontrar los que no lo lleven es una tarea ardua. Los etiquetados, según la familia, "tampoco ayudan demasiado, porque son muy difíciles de entender y suponen un riesgo".

Manuel e Inma, su mujer, se recorrían toda la provincia de Cádiz y parte de Sevilla, para poder encontrar alimentos aptos para su hijo. Y no siempre lo encontraban. "A veces nos hacíamos mas de 100 kilómetros para comprar un producto que no pasaba de los dos euros, gastábamos más en el viaje".

Así, Manuel decidió dejarlo todo y emprender una etapa como empresario, abriendo en Puerto Real sinalergenos.com, un establecimiento especializado en estos productos. "Esto es un negocio, pero su origen está basado en la necesidad que teníamos nosotros y otras familias, de dar mayor calidad de vida a nuestros hijos".

Hace apenas dos meses que inició está aventura y al margen de lo económico, su experiencia esta siendo mucho más gratificante de lo que pensaba. "Vienen muchas personas a darme las gracias por aglutinar en una tienda todos lo productos que pueden consumir sin riesgo alguno para su salud y la mayoría se sorprenden de lo que encuentran". No es para menos: tortilla de patatas sin huevo, chocolates sin gluten ni lactosa, o pan apto para celíacos, son algunas de las muchas alternativas que se ofrecen a intolerantes o alérgicos.

Cuando Manuel habla de lo que le impulsó a crear este establecimiento recuerda el día del cumpleaños de su hijo y se pone serio. "Es muy duro darle a un niño su tarta de cumpleaños para que sople las velas y después quitársela, porque ni tan siquiera puede tocarla. Tampoco acudía a las fiestas de sus amiguitos porque si repartían golosinas, no podía tomarlas, y para él era muy difícil de entenderlo con su edad".

Por eso, uno de los principales objetivos que se marcó fue romper con eso y ofrece tartas de todo tipo, exclusivas para alérgicos. La familia elige los ingredientes o compuestos que no debe llevar y se realiza en unos hornos especiales, donde se garantiza que no se va a contaminar, ya que sólo se fabrican este tipo de tartas especiales.

Entrar en este pequeño establecimiento hace que broten dos preguntas: ¿A qué saben estos productos? y ¿cuánto cuestan? Respecto al sabor, Castaño asegura que "están muy conseguidos, en la mayoría no se nota la diferencia y es un auténtico placer para muchos clientes volver a saborear cosas que tenían olvidadas o que nunca han probado". Sobre el precio, reconoce que es algo mayor que el de los productos de consumo habitual, "eso lo saben sus consumidores, pero son bastante asequibles y algunos apenas tienen diferencia."

Sinalergenos.com está en la calle Real de Puerto Real, aunque también distribuyen a toda España mediante la compra on line de su página web. Es uno de los pocos sitios de la provincia donde se puede encontrar este tipo de productos.