Indultados dos agentes condenados por una paliza a un detenido

El Rey, a propuesta del Ministerio de Justicia, concedió un indulto a dos agentes de la Policía Nacional de Algeciras (A.B.V. y I.M.S.) condenados por un delito de lesiones a un vecino de esa ciudad. El jefe de Estado modificó parte de la pena impuesta a ambos por la sede de Algeciras de la Audiencia Provincial de Cádiz el 15 de mayo de 2009 y ratificada por el Tribunal Supremo. Así, se conmutó la inhabilitación especial para el cargo de policía para un periodo de cinco meses por la suspensión de un mes de empleo o cargo público.

El resto de la condena permaneció invariable: cinco meses de prisión e indemnización de 10.000 euros a la víctima.

La sentencia (ratificada por el Tribunal Supremo) consideró probado que los agentes agredieron a un hombre repetidas veces en la calle y en la Comisaría. Los hechos acontecieron el 24 de noviembre de 2005, cuando los dos policías se encontraban realizando su servicio en la calle Carteya vestidos de paisano y con un vehículo policial camuflado. Entonces oyeron un golpe efectuado contra su automóvil; y, según recoge la sentencia, "se bajaron, produciéndose un altercado entre los mismos y la persona que creían había dado dicho golpe". A raíz de este enfrentamiento, la víctima presentó varias contusiones y lesiones.

Posteriormente, otros agentes trasladaron al herido al hospital ya detenido y, tras una inspección médica, lo llevaron a Comisaría. Allí, el hombre se abalanzó contra uno de los condenados ambos cayeron por unas "pequeñas" escaleras.

Después, según la versión de la víctima, lo introdujeron en una pequeña habitación. Entraron los dos policías y, mientras uno se quedaba junto a la puerta, el otro le dijo "ahora te vas a enterar hijo de puta" y comenzó a golpearle brutalmente con la porra a la vez que le dirigía toda clase de insultos.

Otros agentes lo trasladaron posteriormente al hospital Punta de Europa; allí le hicieron un nuevo reconocimiento médico y detectaron heridas incisivas en la cabeza, contusiones (en manos, antebrazos, costados, abdomen y piernas), y la fractura de varios huesos de la mano y de un brazo. El Supremo estimó graves los hechos cometidos.