Los hechos se remontan a septiembre de 2010 cuando una gaditana de 55 años de edad, que se encontraba ese día en Ceuta se cayó accidentalmente en un rellano de unas escaleras. El golpe de la caída fue tan brutal en la pierna izquierda que no la podía mover y presentó un bulto enorme. Pese a la gravedad del traumatismo y que la pierna presentaba un gran hematoma y sentía un dolor terrible en glúteos y muslo, se limitan a darle calmantes, le dan de alta y la envían a casa sin realizarle una simple Electromiografía (EMG).

Una vez pactada la EMG, a las ocho semanas, se practicó al poco tiempo, pero tardó en ordenarse su práctica a la vista de los síntomas que padecía la mujer. Todos esos retrasos acabaron en un situación de agravamiento del seroma glúteo, que fue lo que finalmente se diagnosticó. La mujer no fue intervenida hasta junio de 2011, casi un año después de la caída.

El bufete Ortiz de Cádiz fue el que se encargó de la demanda. “Ante este cúmulo de despropósitos y conjunto de déficits asistenciales a cuál más gordo, Bufete Ortiz presentó en un primer momento Reclamación Patrimonial ante INGESA, dependiente del Ministerio de Sanidad y se dictó resolución administrativa con informe favorable del Consejo de Estado estimando una indemnización para esta paciente de 10.000 euros”, explican los abogados.

Ante lo insuficiente de la indemnización, contando con que la cojera que supuso la caída le había llevado al sistema a aceptar la invalidez de la paciente, la reclamación llegó a la Audiencia Nacional. Ahora la Audiencia ha fallado contra el INSS, que ha elevado la cifra de la indemnización a los 109.603,38 euros, aparte de los 10.000 ya dictaminados. En la sentencia de la sección octava se dan por probadas varias negligencias médicas qu esta mujer sufrió por parte de los facultativos del centro de Ceuta que la atendió.