El avión es el medio de transporte más utilizado por los viajeros para desplazarse entre la Bahía de Cádiz y la zona centro del país, por encima del tren y del autobús, y excluyendo el vehículo privado. La preferencia es de una amplia mayoría. Reparta a 100 viajeros en Madrid y ciudades de las comunidades vecinas con intención de viajar a Cádiz sin utilizar el coche. De ese grupo de viajeros, hasta 52 personas embarcarán en los aviones de las aerolíneas Iberia o Spanair; 35 reservarán su plaza en los confortables vagones de Renfe y hasta 13 usuarios se subirán en los económicos autocares de la empresa Viajes Rico.

Pese al incremento de su tráfico, los trenes Altaria están lejos de alcanzar el nivel de uso del transporte aéreo en Cádiz. Varios factores juegan en su contra: la diferencia de tiempo empleado por trayecto -justo cinco veces más que el avión sin contar tiempo de facturación en aeropuertos-, la menor oferta de plazas disponibles -unas 1.200 diarias frente a las 1.800 "aéreas"-, y el hecho de que la terminal de Madrid-Barajas sea utilizado como escala de numerosos viajeros internacionales antes de llegar al aeropuerto de Jerez, condición que incrementa el tráfico entre ambas instalaciones.

Según los datos aportados por Renfe, la línea de Altaria entre Cádiz y Madrid (dos trayectos diarios de ida y vuelta), que tiene paradas en Jerez, El Puerto de Santa María y San Fernando, transportó el año pasado un total de 353.000 viajeros. En el otro extremo de la provincia, los trenes entre Algeciras y la capital, que circulan vía Málaga, fueron utilizados por 225.300 personas.

Frente a los 353.000 usuarios de la línea ferroviaria de la Bahía gaditana en 2008, las rutas aéreas entre entre Jerez y Barajas fueron empleadas por 525.000 usuarios, según las estadísticas anuales de Aena -Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea-.

Sólo Iberia, la primera aerolínea en Cádiz, vendió en 2008 unos 380.000 billetes para su ruta Jerez-Barajas, cubierta cada día con cuatro vuelos de ida y vuelta. Spanair registró unos 139.000 pasajeros en la misma ruta, y Vueling, que mantuvo sus enlaces con la capital en el primer trimestre pero después los canceló de forma definitiva por baja rentabilidad, sumó unos 6.000 usuarios.

Tanto en Iberia como Spanair existen posibilidades de conseguir billetes de ida y vuelta más baratos que en el servicio de Altaria, aunque para ello hay que unir una buena dosis de antelación en la reserva y mucha suerte. Las variables tarifas de la aerolínea líder oscilan entre los 92 y los 260 euros (ida y vuelta) en clase turista, mientras que las de Spanair se sitúan entre 71 y 286 euros, siempre en función de la ocupación alcanzada por las máquinas.

Renfe despacha los billetes del Altaria gaditano a precio fijo: 107,7 euros (desde la capital). Con el objetivo de mejorar sus ya altas ocupaciones, la empresa implantará a partir del 11 de marzo una promoción para las reservas de última hora por la que los billetes de todos los servicios de Alta Velocidad-Distancia, incluidos los Altaria de la provincia, se podrán adquirir en internet con descuentos de hasta el 50% dentro de las 24 horas previas a la salida del tren. Con esta medida, Renfe pretende cubrir las plazas sobrantes de los vagones. En el tren, como en el avión, un asiento vacío es dinero que se deja de ganar.

Para los bolsillos menos pudientes, la línea de autobuses de Viajes Rico se mantiene como la mejor opción para viajar entre Cádiz y el centro de la Península, con billetes de ida y regreso por poco más de 40 euros. Según la información facilitada ayer por la empresa, unos 137.500 viajeros utilizaron este servicio de transporte el año pasado.

Los autobuses no son tan confortables como el tren y tardan hasta siete horas y media en alcanzar la capital, pero su servicio destaca por la total disponibilidad: hay tres viajes de ida y vuelta programados en invierno, y hasta seis durante los fines de semana y meses de verano, aunque Viajes Rico incrementa esta oferta lo que sea necesario en función de la demanda de billetes.

Los autobuses pueden ser la última opción, pero representan la única infalible frente a unos trenes que agotan cupos con frecuencia y unos aviones que llegan a alcanzar precios prohibitivos.