Campaña en la sierra de cádiz

La Guardia Civil controla el oro verde

El oro verde de la Sierra de Cádiz está por las nubes. Más de un negocio de Compro Oro está pensando pasarse a la agroalimentación y adquirir aceitunas. El aceite de oliva virgen extra se ha convertido en un producto de lujo, pero sigue siendo esencial en la dieta mediterránea y no puede faltar en las cocinas. En el pasado mes de octubre se inició la campaña de recogida de aceituna en la provincia, que, una vez más y por culpa de la pertinaz sequía, no se espera tan abundante como desde el sector olivarero se desearía. Además, los agricultores tienen que enfrentarse a un problema que no es baladí: los robos en sus explotaciones.

Para vigilar el campo y hacer disminuir drásticamente los niveles delincuenciales en los campos de Cádiz, la Guardia Civil ha puesto en marcha una campaña de vigilancia en la que se han implicado distintas especialidades del Instituto Armado.

El pasado viernes un equipo de este diario acompañó a la Benemérita en uno de sus controles para vigilar el transporte de aceitunas y las almazaras receptoras. Así comprobamos que los agentes están pendientes de que se cumplan las normas sanitarias y exigen el DAD (Documento de acompañamiento al transporte) para comprobar la trazabilidad y el origen del producto. “La cuestión –decía un agente– es que hay personas que llevan su cosecha de aceitunas a una almazara para obtener aceite virgen extra. Normalmente se le cobra 16 céntimos por kilo de aceituna molida, más 60 céntimos por cada envase de 5 litros. Muele su propia aceituna y se la lleva a casa. En la etiqueta se advierte claramente que ese aceite es para autoconsumo y que está prohibida su venta, pero hay algunos paisanos que sí que las ofrecen a los consumidores en ventas y demás establecimientos de los pueblos de la Sierra, cometiendo una infracción por la que pueden ser sancionados”.

Durante la patrulla por la Sierra los agentes detectaron algunas balsas con vertidos ilegales en algunas almazaras. “La cuestión –informan– es que este año el alto precio del aceite ha animado a muchos agricultores a decantarse por una práctica que se llama maquila, que es como se denomina el proceso de llevar tu aceituna a la almazara y que te lo envasen para consumo propio. Pero alguna está haciendo tanto aceite que se ha desbordado y eso es algo muy peligroso”.

La cuestión es que los denominados vertidos de alpechín, un residuo que deja el molido de la aceituna, es altamente contaminante y debe estar en una balsa impermeabilizada. La Guardia Civil encontró dos vertidos ilegales, provocados porque las almazaras han molido demasiada aceituna. Uno de ellos lo encontramos incluso en el Parque Natural de Grazalema, por lo que, además de la correspondiente sanción, se dio cuenta a Medio Ambiente. El problema es que estos vertidos, si no están bien encapsulados, acaban por llegar a los acuíferos y al consumo humano, lo que, por su toxicidad, es extremadamente peligroso.

Sólo durante la jornada del viernes se detectaron 21 infracciones por DAT mal cumplimentado y dos de vertidos, además de inmovilizarse 20 toneladas de aceitunas por tener el DAT incorrecto y existir dudas en su trazabilidad.

Desde la Guardia Civil informan que el descenso proyectado en la producción de aceite ha creado “un escenario donde las sustracciones de este preciado fruto podrían aumentar. La combinación de factores económicos y la mayor apreciación de la aceituna puede generar un incentivo adicional para actividades ilegales”. Es esto lo que ha creado la necesidad urgente de intensificar las medidas de seguridad y prevenir el robo de aceituna, protegiendo así los esfuerzos de los agricultores y la estabilidad del sector oleícola.

Este incremento de la actividad delictiva en explotaciones agrícolas y ganaderas se asienta sobre patrones dispares. En principio el perfil de los autores responde a varones de nacionalidad española, aunque también se han identificado rumanos, con escaso poder adquisitivo y reincidentes. En numerosas ocasiones residen en las mismas localidades donde se ubican las explotaciones, o en localidades cercanas.

El modus operandi que se viene detectando consiste en una actuación principalmente nocturna en explotaciones aisladas, aprovechando de esta manera la ausencia de personal y la disponibilidad de la aceituna ya recogida y almacenada en cubas. Suelen ser grupos de al menos dos personas, desplazándose en turismos o furgonetas de cierta antigüedad, permaneciendo el conductor en situación de alerta para detectar la presencia policial.

En cuanto al transporte de aceituna, la reglamentación dice que este debe llevarse a cabo en las condiciones higiénico sanitarias pertinentes, nunca en sacos que hayan sido utilizados para otros fines (por ejemplo, para almacenar productos fitosanitarios). Además, se debe llevar inexcusablemente el DAT (Documento de acompañamiento al transporte) debidamente cumplimentado, indicando origen del porte (parcela y polígono catastrales o SIGPAC), datos de la persona o entidad destinataria, datos del transportista, datos del porte, datos de calidad comercial agroalimentaria, declaración, autorización, lugar, fecha y firma.

En la actuación tomaron parte el Equipo Roca, Usecic, Pegaso, Unidades de Seguridad Ciudadana, Trafico y Seprona.

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