María Milagros Sánchez Brea, de 43 años de edad, fallecía el pasado 27 de julio a consecuencia de un tumor en la glándula hipófisis, un tumor que en un 95% de los casos tiene curación. Quizás el caso de María Milagros fue tan solo el de ese 5% de la estadística que por desgracia no logra superar el tumor, pero su familia se pregunta qué hubiera ocurrido si la mujer hubiese recibido un diagnóstico certero desde que comenzó a notar los primeros síntomas. Precisamente ante esta duda, los familiares de Milagros han querido hacer público su caso, por si puede servir de ayuda a otras personas que acudan a los servicios públicos sanitarios y no se queden conformes con el diagnóstico inicial, sobre todo en el caso de que no haya sido un especialista el que haya atendido al paciente.

Como usuaria del centro de salud Pinillo Chico, este fue el primer centro al que acudió María Milagros cuando comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza. El médico de familia le recetó en un primer momento un tratamiento de pastillas que estuvo tomando durante un mes, pero ante la persistencia del dolor, acudió varias veces al servicio de urgencia de ese mismo centro, donde únicamente le recetan una inyección para el dolor de cabeza. En vista de que el dolor no desaparecía y de que, además, no podía abrir el ojo izquierdo, la familia le recomendó acudir al servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Puerto Real, donde el neurólogo le diagnosticó también migrañas, según la familia "sin efectuar prueba alguna a la paciente", y le cambió el tratamiento que le recetaron en Pinillo Chico. Pero el dolor de cabeza persistía por lo que la mujer acude de nuevo al hospital de Puerto real, esta vez al oftalmólogo de urgencias, donde la doctora comprobó el fondo de ojos y le dijo que no tenía nada, que solo eran migrañas y que el ojo cerrado era consecuencia de los propios dolores sufridos.

En vista de su empeoramiento, su marido decidió llevarla al servicio de urgencias del hospital Santa María del Puerto, donde quedó ingresada, le realizaron una resonancia y observaron que tenía algo en la cabeza, por lo que fue trasladada urgentemente al hospital Puerta del Mar de Cádiz, siendo atendida por un neurocirujano que le diagnosticó un tumor en la glándula hipófisis, tumor que le fue extirpado. La evolución, sin embargo, no fue buena y necesitó tratamiento con radioterapia, quedándose finalmente ciega de los dos ojos. El tumor había crecido de forma desproporcionada y María Milagros falleció.

La familia, que no ha presentado denuncia, se pregunta "qué hubiera ocurrido si la doctora de Pinillo Chico la hubiera enviado a un especialista la primera vez". Tras agradecer la labor del hospital Puerta del Mar, la familia de Milagros recuerda que "la salud es lo más importante que tenemos" y pide que los médicos de atención primaria no sean tan reacios como hasta ahora a remitir a los pacientes a los especialistas.