Costas rectifica y autoriza los chiringuitos "tal y como estaban"

Este verano habrá chiringuitos en las arenas de las playas gaditanas "prácticamente en las mismas condiciones que la pasada temporada", confirmó ayer a este periódico José Luis Reyes, jefe del dominio público marítimo-terrestre de la Demarcación de Costas Andalucía Atlántico-Cádiz. El departamento perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino ha dado su visto bueno a los planes locales de temporada, que contemplan estos establecimientos playeros. Ahora será una comisión mixta dependiente de la Junta de Andalucía la que debe dar su conformidad.

La polémica que abrió a finales de marzo el secretario general del Mar del ministerio, Juan Carlos Martín Fragueiro, parece haber quedado zanjada. Para ello ha hecho falta una presión social e institucional sin precedentes, a la que sólo faltó una plataforma ciudadana tipo Yo también vivo del chiringuito. Bromas aparte, lo que sí ha demostrado el rechazo al afán restrictivo del secretario general del Mar a la hora de interpretar la Ley de Costas es el peso socioeconómico que tiene el sector en una Andalucía de sol y playa, por mucho que se empeñen los técnicos en combatir la estacionalidad del turismo. En la comunidad autónoma existen unos 800 chiringuitos, que emplean a unas 40.000 personas, según los datos de los empresarios de este subcampo de la actividad hostelera de temporada alta.

Durante el debate no faltó ni la opinión de un experto en Gestión turística de playas, una novedosa disciplina que, entre otras cosas, se plantea la productividad de las playas urbanas estableciendo una relación entre ingresos anuales por metro cuadrado.

Pero ¿en qué rectifica ahora la Dirección General? El Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Demarcación de Costas, limitó la superficie de los chiringuitos a los 150 metros cuadrados, determinó que habrían de ubicarse en los paseos marítimos en vez de en la arena y que hubiese una distancia entre los establecimientos de doscientos metros lineales. "Se trata de ubicar o reubicar en estrecha colaboración de los Ayuntamientos aquellas instalaciones que no son acordes con la Ley de Costas", y de "compatibilizar el disfrute de los ciudadanos con la pervivencia de aquellas actividades que respeten la ley", dijo entonces el secretario general.

"El argumento de peso para dar el visto bueno a los planes locales de temporada de playa y con ellos a los chiringuitos, ha sido legal y de dimensiones: el título habilitante de la concesión administrativa y el tamaño permitido a los establecimientos: más de 20 metros cuadrados y menos de 150", explicó José Luis Reyes.

"Se han autorizado prácticamente en las mismas condiciones que en los dos o tres últimos años. Ahora, el visto bueno final debe dárselo una comisión mixta en las que están representadas administraciones y empresarios", añadió, "que tratará todos los aspectos técnicos que puedan ir surgiendo, como la celebración de barbacoas".

Hace algo más de una semana, el jefe del dominio público marítimo- terrestre de la Demarcación de Costas se mostró muy cauto sobre el asunto, emplazó la decisión final al visto bueno de los planes de temporada y al papel fundamental de las Delegaciones Provinciales de Medio Ambiente y Comercio y Turismo de la Junta.