Provincia de Cádiz

Condenado un hombre que denunció por agresión al policía que lo detuvo

  • La Audiencia absuelve al agente, al que el fiscal acusaba de un delito de lesiones, y subraya la extrema violencia del arrestado

La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a un vecino de El Puerto a la pena de nueve meses de prisión y multa de 540 euros por resistirse durante una detención policial y lesionar al agente que intentaba reducirle.

La particularidad de este caso reside en que fue el detenido quien denunció primero al policía. Lo acusaba de un delito contra la integridad moral y, alternativamente, de un delito leve de lesiones, pues consideraba que el agente se había excedido en el ejercicio de sus funciones durante su arresto y lo había agredido sin razón justificada.

El funcionario implicado, por su parte, sostuvo que su intervención fue correcta y solicitó -a través de su abogado- la libre absolución.

La tercera parte implicada en la causa, el fiscal, formuló escrito de acusación contra ambos. Al arrestado le imputaba un delito de resistencia en concurso ideal con un delito leve de lesiones. Al policía lo procesaba sólo por el delito de lesiones. El fiscal solicitó también imponer a los dos encausados medidas de alejamiento e incomunicación así como que ambos se indemnizaran mutuamente (el detenido al agente en la cantidad de 120 euros; y el agente al detenido en 200).

Celebrada la vista oral, el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia ha decidido absolver al policía y condenar al denunciante, si bien la resolución no es firme y su recurso ya ha sido anunciado.

La sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada María Oliva Morillo, recoge como hechos probados que el 2 de agosto de 2016, sobre las 22:00 horas, una dotación del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) compuesta por siete agentes realizaba labores propias de seguridad ciudadana en la barriada de Los Milagros, en El Puerto, un lugar conocido como punto de venta y consumo de sustancias estupefacientes. En la calle Virgen de las Montañas del citado barrio la patrulla observó cómo el acusado entraba en un portal; a su salida dos efectivos lo interceptaron a objeto de cachearlo e incautarle droga. El resto de los agentes permaneció en la calle realizando labores de vigilancia.

Cuando el acusado fue requerido para identificarse -señala la sentencia- éste adoptó una actitud desafiante e irrespetuosa contra los policías, a los que espetó expresiones malsonantes. Al ser sometido al oportuno cacheo preventivo, se opuso a ello de modo violento, lanzando un puñetazo dirigido a la cara de un agente cuando éste intentaba evitar que se introdujese en la boca un envoltorio. El detenido mantuvo una actitud "muy violenta y muy agresiva" con los funcionarios, lo que obligó al resto de la dotación policial a auxiliar a sus compañeros. Pese a ello, el arrestado continuó "forcejeando, braceando y pegando patadas con mucha violencia e intensidad", hasta que finalmente, "con mucho esfuerzo, pudo ser reducido por seis policías", quienes le agarraron las extremidades con la cara mirando al suelo. Así lograron engrilletarlo y conducirlo en un coche zeta hasta la comisaría.

"Como consecuencia de la agresión", el agente sufrió lesiones menores que precisaron de tres días no impeditivos para su curación.

"Como consecuencia de la violencia y la resistencia ejercida para evitar que le redujeran", el procesado sufrió igualmente heridas leves que tardaron en sanar cinco días, ninguno de ellos impeditivo.

"No ha quedado probado que, una vez reducido, el detenido hubiese sido agredido por el agente", concluye la sentencia.

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