Amor en libertad condicional
El chipionero Antonio Porta lleva dos días con su novia después de permanecer más de un mes preso en un centro penitenciario de la capital hondureña; "ahora empiezo las vacaciones", confiesa aliviado
"Ahora empiezo las vacaciones", afirmaba Antonio Porta mientras agarraba cariñosamente por la espalda a su novia María Antolina García, que se despedía de él para entrar al trabajo. Son las 9 de la mañana y Antonio lleva 36 horas en libertad condicional, después de pasar 40 días preso en una de las peores cárceles de Honduras, el penal nacional de Támara, en los alrededores de Tegucigalpa. "Esto es un pasito, no es todavía el final, pero al menos ahora estoy libre. Este mes y medio ha sido una pesadilla para mí", continúa. Y se acuerda de los malos momentos en la cárcel. "En la prisión ni podía dormir de la angustia", agrega. Desde el lunes, en cambio, duerme con su novia, y en una cama "de verdad".
Antonio llegó a Honduras 4 días antes de ser detenido y no tuvo tiempo ni de convivir con su pareja, a la que vino a pedir la mano. "Llegué a un hotel porque no nos conocíamos en persona y me pareció lo mejor. De hecho, puedo decir que nos fuimos entendiendo en la cárcel". Y es que Antolina no le ha fallado en ningún momento, "venía a visitarme todos los miércoles, sábados y domingos -los únicos días de visita para las mujeres- aunque tenía que perder días de vacaciones por faltar al trabajo. Y me ha apoyado siempre, me lavaba la ropa, me traía de comer, me cuidaba", explica, y "ahora me siento como en casa. Su familia me ha acogido muy bien y tenemos una relación muy bonita los dos".
Desde el lunes, Antonio vive con Antolina en una pequeña casa en una colonia humilde, que ella comparte con su hermana y dos sobrinos, que son el entretenimiento del chipionero. Le encantan los niños y confía en tenerlos con Antolina, eso sí, una vez que regrese a España. Para conseguirlo tendrá que esperar a que se resuelva su caso ya que ahora mismo está en libertad, pero con medidas cautelares y la acusación sigue en pie. El Gobierno de facto le imputa un delito de sedición y daños agravantes por participar presuntamente en una manifestación del Frente Nacional de Resistencia al Golpe de Estado y tirar una piedra a un coche patrulla.
Porta lo niega todo, y de hecho está a la espera de que le aprueben la reconstrucción de los hechos que podría desmentir las declaraciones de los policías, única prueba que sostienen en su contra. Mientras tanto, el fiscal pide entre 10 y 20 años de prisión por los dos delitos.
La detención de Porta se enmarca dentro del clima de represión que vive el país, agravado desde el golpe de estado hace 4 meses. Desde entonces, hay 114 acusados de sedición, entre los cuales Antonio y un joven colombiano son los únicos extranjeros. Pero no sólo el golpe de estado hace incómodo este país. Porta confiesa que aún en libertad no se siente seguro. "Aquí no se puede vivir tranquilo. Yo no salgo sólo porque me da miedo que me atraquen, y aquí antes te matan y después te roban. Aunque la mayoría de la gente es muy amable, no quiero quedarme". Para ello, ya tiene la solución: el próximo lunes Antolina empieza sus 15 días de vacaciones y van a aprovecharlos para casarse, primer paso para llevársela a España. Porta se va a encargar estos días de planearlo todo. "Nos va a casar el padre Marcos, un cura que me ayudó mucho en prisión", espeta. La luna de miel, sin embargo tendrá que esperar, porque Antonio no conseguirá la felicidad completa hasta que regrese a Chipiona. Mientras tanto, pasa el tiempo fantaseando sobre los lugares dónde llevará a Antolina, porque aquí aún no le dio tiempo de salir de la ciudad. "En Tegucigalpa no puedo sorprenderla, porque no conozco la ciudad y lo poquito que he visto no es muy lindo, en cambio Chipiona es el paraíso", comenta con un destello de melancolía en sus ojos mientras fantasea en voz alta: "La llevaré a la playa, de noche, a caminar descalzos por su arena blanca y fina y mirar el cielo y el mar, donde se refleja la luna". Una luna que lo fue a visitar el lunes al salir de la prisión. "Cuando salí me esperaba Antolina iluminada por una luna llena hermosa".
Con luna o sin ella, está claro que Antonio ya saborea las primeras mieles de su enamoramiento. Se le nota en la cara, en sus gestos, en sus palabras y hasta en el paladar, ya que después de 40 días de arroz y frijoles tres veces al día, vuelve a recuperar el gusto por la comida. "Siempre he sido muy delicado para comer, pero ahora, todo lo que me preparan me parece riquísimo". Y confiesa que pese al rechazo inicial, ya sustituyó el pan por las tortillas. Eso sí, se deleita por volver a comer pescadito frito. "En dos días he descubierto el plátano frito, la yuca, el pollo asado a la hondureña,... todo delicioso pero, ¿tú sabes lo que son unos boquerones fritos en Chipiona?" Aunque en la casa hay pocas comodidades, lo único que le falta es el ordenador e internet, el principal pasatiempo del chipionero. Fue en un chat donde conoció a Antolina y a través de la red mantuvieron la relación durante un año. "Yo no vine a Honduras a meterme en política, vine a conocerla y el único miedo que tenía era que no le gustase en persona, porque yo ya sabía que a mi me encantaría, pues la encontraba muy guapa, me gustaba su manera de ser y parecía sincera". Ahora, define su relación como un sueño, y asegura que pese a la mala experiencia, la aventura ha valido la pena. "Antolina es lo que siempre le he pedido a Dios, una buena chica y hermosa, morena, de pelo largo, ojos negros, lo que siempre he soñado". Lleva tatuada una india en el brazo y asegura que ya encontró la de carne y hueso, "una hondureña descendiente de Lempira", indica en referencia a un guerrero de origen maya-lenca que luchó contra los españoles cuando la Conquista.
Lempira es uno de los próceres de la nación, y además de dar nombre a la moneda nacional, es junto al libertador Francisco Morazán, el héroe del Frente de Resistencia, un movimiento social de oposición al régimen de facto donde Porta no se puede acercar más si quiere seguir disfrutando de su libertad condicional junto a su amada.
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