El presidente moldavo, Vladímir Voronin,se ha pronunciado este viernes a favor de realizar un recuento de los votos de los comicios parlamentarios del pasado domingo, tal y como exige la oposición.

En una carta al Tribunal Constitucional, Voronin, "en calidad de presidente del partido (de los Comunistas de Moldavia) que se ha alzado con la victoria en una competición honesta y democrática", señaló que el recuento permitiría restablecer la estabilidad política en el país, según la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.

Agregó que "el proceso electoral ha sido altamente valorado por los observadores internacionales de la OSCE, el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y de los países de la Comunidad de Estados Independientes" y señaló que "los comicios fueron declarados democráticos y libres".

Con el fin de "establecer unas condiciones sólidas para que el órgano legislativo recién elegido pueda realizar un trabajo estable" se dirige "al Tribunal Constitucional para que tome una decisión sobre la necesidad de un recuento de los votos", indicó.

"Estoy convencido de que un recuento de los votos, realizado de acuerdo con la legislación vigente y los procedimientos establecidos, será el principal argumento para el establecimiento de la estabilidad política, la paz y la confianza mutua en la República de Moldavia", concluyó.

El pasado día 8, la Comisión Electoral Central de Moldavia anunció los resultados definitivos de los comicios parlamentarios del pasado domingo, que confirmaron la victoria de los comunistas, pero no les dan el control absoluto del Legislativo.

Según los resultados definitivos, los comunistas obtienen en la nueva Cámara 60 de los 101 escaños, cuando necesitaría 61 para poder formar Gobierno y elegir al presidente del país, lo que en Moldavia es prerrogativa de los diputados.

La oposición, a su vez, se hace con 41 escaños, lo que le permite bloquear la formación del Ejecutivo y la elección del jefe de Estado o plantear sus condiciones a los comunistas a cambio de su apoyo.

Las protestas en la capital moldava comenzaron el lunes pasado, tras el anuncio de los resultados preliminares que daban al gobernante Partido Comunista el control absoluto de la Cámara y el derecho de formar Gobierno y elegir al presidente del país.

La oposición denunció un fraude y llamó a sus partidarios a manifestarse en la capital, pero las protestas degeneraron en violentos choques con la Policía y el saqueo de la sede del Parlamento y la residencia presidencial.

El presidente moldavo acusó a Rumanía de estar detrás de los disturbios, que calificó de intentona golpista, impuso un régimen de visados con el país vecino y declaró persona no grata al embajador rumano en Chisinau.

Los manifestantes, que el martes tomaron el centro de la capital moldava y mantuvieron enfrentamientos con la Policía que provocaron casi 300 heridos, portaban banderas rumanas y coreaban eslóganes en favor de la unificación con Rumanía.