La crisis de los refugiados y las negociaciones entre Turquía y la Unión Europea (UE) han pasado factura a la canciller alemana, Angela Merkel. Según los resultados de la encuesta disfundida ayer por la cadena pública ARD, la jefa del Gobierno alemán ha perdido respaldo popular de forma notable tras los dos ataques islamistas de finales de julio en Alemania.

Sólo el 47% de los encuestados se siente "satisfecho" con el trabajo de la canciller, doce puntos menos que el mes anterior, lo que supone su segundo peor resultado en esta legislatura, tan sólo por debajo del 46% que obtuvo en febrero.

Merkel cae a la sexta posición en la lista de políticos mejor valorados del país, que vuelve a encabezar el ministro de Asuntos Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier con el 71%, seguido por el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble (60%) y el líder de Los Verdes, Cem Özdemir (50%).

De hecho, la encuesta señala que el 65% de los alemanes está "poco o nada satisfecho" con las polítcas de la canciller para abordar la crisis de los refugiados.

A pesar de esta bajada de popularidad el Gobierno alemán mantiene su confianza en el acuerdo firmado entre UE y Turquía sobre los refugiados, según indicó ayer el jefe de gabinete de la canciller, Peter Altmaier.

"No hay razón alguna para un plan B", afirmó Altmaier. El acuerdo, con el que se impide la afluencia de refugiados a la UE, no se ha visto afectado actualmente por las consecuencias del golpe militar fallido, indicó.

"No tenemos indicios que apunten a que las personas acogidas por Turquía o que son mandadas de vuelta allí, sean tratadas mal", afirmó el jefe de gabinete de Merkel.