Interminable, mortífera y lejana, la guerra en Afganistán ya no tiene ningún sentido para los europeos, que en el décimo aniversario que se cumple hoy lo único que piden es que los soldados regresen a casa.

"Nunca fue una guerra muy popular, pero ahora menos que nunca", opinó Robert P. Matthews, experto en Afganistán del centro de paz Noref, con base en Oslo.

"Hubo desde el inicio una confusión sobre cómo fue transmitida por parte de los gobiernos. La presentaron como una misión humanitaria, pero Afganistán no sólo se trata de una misión humanitaria sino también militar, y la gente no quiere estar en Afganistán salvo que se trate de una misión humanitaria", añadió.

No hay ninguna gran manifestación prevista ni nada similar en Europa para marcar o denunciar el décimo aniversario de la misión iniciada el 7 de octubre de 2001 para acabar con el régimen talibán de Kabul y la red Al Qaeda.

"Un sentimiento de indiferencia total domina Europa", dijo Etienne de Durand, del Instituto de Relaciones Internacionales Ifri.

Bryan Parry, fundador de una asociación de ayuda a los ex combatientes británicos, destaca la diferencia entre el conflicto en Libia, "muy seguido por los medios de comunicación", y Afganistán, "que cayó en el olvido" en los últimos meses.

Pero la guerra está lejos de estar acabada. Diez años después de la ocupación por una coalición internacional, los insurgentes talibanes siguen tan campantes en Afganistán, donde la guerra es cada vez más mortífera y el Gobierno y sus aliados occidentales cada vez más impopulares.

"La gente percibe que hay un engaño, y esto se complica cuando hay fallecidos (soldados de la OTAN que mueren); cada año hay más tropas y más violencia, más es menos, más violencia y menos resultados", explicó Matthews.

Desde 2001, los países europeos han perdido cerca de 750 efectivos, en una trágica lista que encabeza el Reino Unido (382 muertos), Francia (75) y Alemania (53), según el recuento realizado por la web icasualties.org.

Este "problema de comunicación" se agravó a partir de 2005, cuando resurgió la insurrección talibán. Los actos de violencia se han incrementado a partir de 2007 y cada año es más mortífero para los soldados extranjeros y los civiles. Según un estudio de la universidad estadounidense Brown, desde el 7 de octubre de 2001 la guerra ha dejado 33.877 muertos entre civiles, insurgentes, soldados afganos y extranjeros.

"Cada vez que hay un atentado crece la percepción negativa de la guerra", dijo el experto de Noref.

Actualmente, sólo un 28% de los europeos se declaran optimistas en cuanto a las posibilidades de estabilizar la situación en Afganistán, según un sondeo publicado por German Marshall Funds (GMF). Una mayoría de los interrogados (66%) exigen un retorno o una reducción significativa de las tropas, mientras que tan sólo un 3% quiere que éstas aumenten.

La mayoría de los países europeos se hicieron eco de la demanda y ya anunciaron planes para el retorno a casa de sus casi 30.000 efectivos de los 140.000 de la fuerza de la OTAN liderada por EEUU. Así, el Reino Unido anunció que comenzará a repatriar a 500 soldados de aquí a fines de 2012. Francia prevé retirar un millar (de los 4.000 que aún tiene desplegados) mientras que España e Italia también se preparan para traer a sus efectivos. La única que hasta ahora no ha anunciado ningún plan es Alemania, que tiene cerca de 5.000 soldados en el lugar.

EEUU empezó a retirar sus primeras tropas de Afganistán, iniciando un movimiento anunciado en junio por el presidente Obama.

Pero mientras EEUU y los europeos inician el repliegue, los talibanes intensifican sus ataques y los extienden a la casi totalidad del país, incluida la capital, Kabul, pese a sus numerosas barreras de control y fuerzas de seguridad.