El conservador Rui Rio asumió ayer oficialmente el liderazgo del Partido Social Demócrata (PSD) de Portugal, cargo que deja el ex primer ministro Pedro Passos Coelho y frente al cual aspira a volver a gobernar el país. "Queremos ganar las próximas elecciones y liderar un Gobierno capaz de sustituir a una solución gobernativa atrapada en contradicciones insuperables", sostuvo en su discurso de cierre del congreso del partido.
Rio se refería así al Ejecutivo del socialista António Costa, formado a finales de 2015 gracias a una inédita alianza parlamentaria con los marxistas del Bloque de Izquierda y los comunistas, que desplazó a la oposición al PSD. Se trata, dijo, de un Gobierno "que navega al sabor de la coyuntura y no prepara el futuro como debe ser preparado", una situación frente a la que, prometió, su formación se enfrentará bajo su nuevo liderazgo con propuestas centradas en recuperar el favor de la clase media.
"El programa de ajuste que fuimos obligados a cumplir (tras el rescate) afectó particularmente a la clase media. Nuestra apuesta tiene que ser conseguir, de forma segura y sostenible, reforzar la calidad de vida de esos portugueses", aseveró.
Rio ha asumido su nuevo rol en un momento complejo para el partido: aunque aún es la segunda opción política de Portugal y la primera entre el voto de derechas, su intención de voto se ha desplomado en los últimos meses y actualmente los socialistas les sacan catorce puntos de ventaja.
Pretende recortar distancias, según ha expuesto, con una oposición más dura en lo relativo a las políticas sociales, un terreno tradicionalmente más transitado por la izquierda; Rio ha llamado la atención a la necesidad de aumentar la natalidad, fortalecer la salud pública y evitar la despoblación en el interior.
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